Cuando uno piensa en que hay que vivir dentro de la ley, piensa que tenemos a veces una complicada situación, ya que existen una serie de ordenamientos que nadie conoce y que además, muchos se empeñan en que no conozcamos o se aplican de manera inadecuada.
Un ejemplo lo constituyen las infracciones cuando no se pone claramente el motivo de la falta; la ley obliga a que se marque el artículo y el concepto, sin embargo, no vemos lo primero y luego cuando vamos a pagar nos damos cuenta que son motivos que nunca tuvimos al alcance, es decir, multas injustas, lo que propicia el consecuente reclamo y el molestar a los funcionarios que ponen orden.
En el caso de las leyes otras, sabemos que existen para todo, basta darse una vuelta por el portal del H. Congreso del Estado y ver, en el apartado de las leyes, cuántas tenemos y cuáles son. Muchas de plano no se conocen y por consiguiente no se aplican, y un claro ejemplo es la Ley de Imprenta, que tiene más de 70 años de existir y es letra muerta.
En el caso de la salud, la ley es más nueva, y como dice el presidente de la Gran Comisión, diputado Felipe Garza Narváez, es una asignatura pendiente de la actual legislatura el hecho de ver que se hagan adecuaciones acordes a los tiempos que vivimos, donde los problemas de salud pública están latentes, propiciados en un porcentaje altamente importante por el sobrepeso y la obesidad, lo que se considera como el enemigo a vencer por los que saben de medicina y de salud.
La obesidad es, digamos, la “madre” de la diabetes, la hipertensión, problemas de grasas en el cuerpo -colesterol y triglicéridos-, infartos y una serie de conflictos con el organismo que hay que atender, y decía el diputado Garza que uno de los temas que hay que actualizar es, sin lugar a dudas, el hecho de obligar a las cooperativas escolares a vender salud en lugar de alimentos chatarra.
De todos es sabido que en las escuelas nuestros hijos comen flautitas, tostadas, tacos y demás frituras, provocando una alimentación deficiente, porque independientemente del buen sabor que puedan tener, la nutrición y estos alimentos están peleados. No concebimos que las cooperativas sean las culpables de la obesidad, aunque sí contribuyen. Y decimos lo anterior, porque los hijos desayunan, comen y cenan en casa, y solamente consumen un refrigerio en la escuela.
Garza Narváez coincide con los que conformamos “Vive con Diabetes, A.C.” en el sentido de que hay que hacer algo, pero comenzar desde la casa, porque de otra forma, de nada servirá el esfuerzo que se realiza por propiciar una vida sana.
Hemos hablado hasta el cansancio durante los últimos quince años a través de medios como la radio, televisión, Internet y prensa escrita de la necesidad de instrumentar acciones que nos lleven a tener en cada institución educativa una cooperativa con productos sanos, aunque no es tan fácil como se supone, ya que al pedir lo anterior, los padres no consideramos que la gente tiene que preparar lo saludable, y eso lleva tiempo y dinero, y además, no todos los niños tienen el hábito de comer sano, lo que ocasiona que lo que se oferta se quede; recordemos, por ejemplo, que la fruta si no se consume inmediatamente se pone mal y puede llevar a enfermedades, es decir, la buena intención puede ser contraproducente.
El diputado Felipe Garza Narváez es consciente de que hay que tomar acciones, y ha coincidido también en el hecho de que hace falta instrumentar algunos cambios en la Ley de Salud así como en algunos sistemas educativos para que no solamente sea el hecho de obligar a cambiar, sino que la ciudadanía debe acceder a los cambios en casa para aprender a comer, aprender a dejar la vida sedentaria y entender que la medicina preventiva es la base de una comunidad que vive bien.
Ese lema de “Vivir Mejor” debe aplicarse a estilos de vida y no a “eslogans” publicitarios: es importante que desde nuestras instancias legislativas se procure hacer estas acciones para que los cambios nos permitan mejorar.
Hay muchas cosas que hacer en materia de leyes, y suponemos que los miembros del Poder Legislativo pueden comenzar a trabajar en este su último año, para adecuar todos esos ordenamientos pasados de tiempo y forma, y sobre todo, buscar que haya mejoras en la población.
El aspecto de la salud resulta altamente importante, es vital para todo, ya que sin ésta no podemos trabajar ni pensar adecuadamente.
En este sentido, insistimos en que la idea de Felipe Garza Narváez es muy interesante, y deseamos que se lleve al pleno legislativo para que los cambios puedan comenzar a surtir efecto en la población.
Ya hechos a manera de leyes, seguramente habrá otro tipo de acciones, y todos podremos tomar la responsabilidad que nos corresponde: los legisladores, haciendo la ley correspondiente, y los ciudadanos, maestros, padres y alumnos, procurando un cumplimiento, más por convencimiento que por obligación, porque el que observa las normas establecidas en la ley de salud se convierte en el primer beneficiario.
Tenemos que entender esto último: la ley de salud es para vivir bien, vivir mejor, y debemos ser los que procuremos su cabal cumplimiento.
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Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Leyes para todo cuidado
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