María Teresa Jardí/Con tal de que no se vaya, hasta a sus cuates entregan

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PORESTO.NET:

Una vergüenza para el usurpador y una tragedia para los mexicanos es que Genaro García Luna siga al frente de la Secretaría de (in) Seguridad Pública.
Como se multiplican los rumores de que, a raíz de la caída electoral del PAN, se van, largados, aunque los cobije el usurpador como a sus cuates que son. Y sobre todo como a los que tantas cosas no le saben a él y a su familia. Como arreciaban los rumores de que García Luna y Medina Mora se van. Y como por muy cobijados que estén por el usurpador Calderón, ya se sabe que los usurpadores y más cuando tan a la baja se encuentran y peor aún cuando la baja claramente salta a la vista que no va a revertirse “haga lo que haga”, quien tan malas cuentas ya le entrega incluso a su partido. Se les debió ocurrir, a lo mejor puestos de acuerdo con algún mando medio de Televisa, otro golpe efectista que de paso golpea a otro perredista.
Otra estupidez del fecalismo usurpador es el pensar, inculta que es la derecha y más aún cuando es tan facha como la mexicana, que golpeando a Godoy y a Ebrard golpean a Andrés Manuel López Obrador.
No son ya capaces ni siquiera de entender que AMLO, para el Movimiento Ciudadano, es el único que cuenta.
Vamos, hasta Cárdenas, que ya teme por su hijo, porque lo de Michoacán quién sabe hasta dónde estén pensando hacerlo llegar, pide, sensatamente, la salida de Ortega, quien no llegó y no se le debió apoyar para ocupar el puesto que no ganó y que ocupa como otro usurpador que también es. Hasta Cárdenas se da por enterado de que AMLO se cocina aparte y nada de lo que al PRD le hagan a él lo afecta.
De la manga se sacaron, otra banda, que a lo mejor existe incluso bajo el control de García Luna. ¿Por qué no? ¿Acaso la otra acusada del secuestro y asesinato del hijo de Alejandro Martí no es una policía protegida por él? Y ahora sacrifican a otros dos, que bien pueden ser responsables de cualquier cosa o inocentes de todo, como a lo mejor también lo es el “apá”, cuidándose, en todo caso, de no entregar al cabecilla, ni que estuvieran locos para dar al traste con el redituable negocio del secuestro. Licuado el cerebro por las drogas que deben tener, tratan al pueblo como si fuera un demente para siempre crédulo. Hasta deben pensar que algo de lo que dicen al más puro estilo de los shows de Televisa alguien se los cree.
La carga que el PAN ha sido para el pueblo y que seguirá siendo aún mucho después de que Calderón ya no sea más que un mal recuerdo es tan grande que no hay país que la merezca.
Y de ahí que sea tan grave el atentado contra los derechos de las mujeres y de las minorías diferentes que por manos del PRI han cometido, impresentables legisladores, en Yucatán, convirtiendo a este Estado en un laboratorio del mismo fascismo golpista, que en Honduras, secuestrando a Zelaya, impusiera como cabeza a un gorila.
Calderón es un caso muy similar al de Salinas y al de Fox. El pago para el pueblo es tan alto, por el abuso sin medida del ejercicio del poder, que en el mejor de los casos como prestación del servicio público el pueblo les entrega, que todo el desprecio de un pueblo no alcanza como condena de por vida y mientras el resto de sus generaciones existan.

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