BOGOTÁ, Colombia (EFE).- Sólo algunas milésimas de segundo tarda el colombiano Jaime García Serrano en responder qué día será, por ejemplo, el 4 de agosto del año 22,767, en qué cayó el 3 de febrero del 709 de nuestra era, o qué día de la semana fue en el que usted nació.
Por algo es considerado “el matemático más rápido del mundo” y, sin embargo, tardó “casi cincuenta horas” en dar el resultado del numero irracional pi con 151,202 decimales, reconoció García Serrano.
El cálculo del pi (3.1416) fue logrado en enero de 2008 en la Universidad Complutense de Madrid, y es el sexto de los récords Guinness que ostenta el matemático y veloz ‘calculista’ colombiano, de 53 años, llamado también “la computadora humana”.
El Concejo de Bucaramanga, ciudad del nordeste del país, capital del departamento de Santander, en el mismo territorio de su Málaga natal, concedió este viernes a García Serrano la “Orden al Mérito Educativo y Cultural”.
García Serrano, que tiene su casa en Madrid, viaja por los cinco continentes durante casi todo el año y siempre, como “remate” de sus conferencias en aulas y ante los auditorios más heterogéneos, “es sometido a pruebas”.
“Soy humano y también tengo mis fallos, pero rápidamente los corrijo y la mayoría de las veces nadie se da cuenta, sólo yo”, admite el matemático en una entrevista telefónica con Efe desde Bucaramanga.
Miles de quienes le han escuchado en sus conferencias, con calculadora en mano, corroboran, en segundos e, incluso, minutos después, que las cuentas que García Serrano ha hecho mentalmente, son exactas.
En algunas de sus biografías en las miles de citas de su nombre y “hazañas” en Internet, se lee que García Serrano ha sido “descubridor de los métodos abreviados para resolver problemas por medio del cálculo mental”.
Añaden que el colombiano “logró lo que nunca antes pudo otro ser en la tierra- demostrar que es más rápido que una computadora”.
En sus conferencias recalca que sus métodos son la disciplina, el estudio y la búsqueda de algoritmos adecuados.
A ello se debe sumar “la práctica y la concentración”, como medios para lograr dotes en los cálculos mentales por más difíciles que éstos sean.
García Serrano desarrolló varios “métodos abreviados” para resolver problemas por medio del cálculo mental.
También puede memorizar un número de más de 220 cifras con sólo mirarlo “de pasada” y recitarlo sin una sola equivocación, y realizar increíbles demostraciones de memoria visual y auditiva ante los auditorios.
El matemático ha revelado en distintos reportajes y sin misterios que cuando era niño se inició en el desarrollo de su destreza para los cálculos mentales.
Cuando estaba en la escuela, en Málaga, un pueblo montañoso de Santander, la maestra explicó un buen día a los alumnos en la clase de aritmética que, para multiplicar por diez, bastaba solamente agregar un cero a la derecha.
García Serrano dedujo entonces que si se podía simplificar la multiplicación por diez, en matemáticas deberían existir otros recursos que facilitaran todas las operaciones, y en poco tiempo deslumbró a sus compañeros y a sus profesores.
Pero en García Serrano el mérito no es sólo su memoria, pues es capaz de calcular, en pocos segundos, raíces cuadradas, exponenciales, senos y cosenos que, centenares de veces, han dejado con la boca abierta a miles de quienes le han visto y escuchado.
El matemático vive aterrado cómo los estudiantes de hoy no saben sumar ni multiplicar, amparados por las calculadoras, y considera que eso limita su desarrollo mental.
Para García Serrano, hay que ejercitar a diario, desarrollar el potencial en la mente humana.
Hace pocos días admitió para un periódico de su tierra que preparaba un nuevo registro Guinness, pues está en posesión ya de los calendarios del año uno al año un millón, y ya se siente “preparado para batirlo con un récord de un número de billones de años, un número de catorce cifras”.