El GTC, un proyecto netamente español, posiciona a la isla canaria como firme candidata al telescopio supergigante de 42 metros
Ni el anuncio de la construcción del nuevo telescopio de 30 metros en el Hemisferio Norte (en Hawai, en vez de en el Sur, en Chile) por parte de los Estados Unidos ha podido ensombrecer este viernes la inauguración oficial del Gran Telescopio Canarias (GTC), con un espejo primario de 10,4 metros de diámetro, un paso más en la nueva era de la observación del espacio. Instalado en el complejo de telescopios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en el Roque de Los Muchachos en la isla de La Palma, el GTC incorpora todos los adelantos tecnológicos de los últimos 15 años.
El proyecto, netamente español con la colaboración de Estados Unidos y México, ha consolidado a esta isla como uno de los emplazamientos candidatos a albergar el supertelescopio europeo, que se espera entre en funcionamiento en 2018 y algunos de cuyos componentes ya se están fabricando. La ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología, Cristina Garmendia, ha anunciado que una delegación del Observatorio Europeo del Sur visitará próximamente el complejo del Roque de Los Muchachos para decidir en octubre si se presenta oficialmente la candidatura de La Palma en la carrera por albergar este nuevo gran proyecto.
Garmendia ha destacado cómo el GTC, “la mayor infraestructura científica del país”, sitúa a España “como la novena potencia científica mundial y la octava en astronomía”. Tanto la ministra como el presidente canario, Paulino Rivero, han remarcado el consenso social y político entre las administraciones estatal e insular “especialmente en tiempos de crisis”. Rivero ha advertido que “el sueño no acaba aquí” y ha propugnado el Roque de los Muchachos como “el mejor emplazamiento posible” para el telescopio de 40 metros. El Rey ha destacado los esfuerzos de este proyecto netamente español y los esfuerzos en I+D+I y en educación “especialmente en tiempos de crisis económica”.
Gran aportación a la astrofísica
Desde marzo pasado, los 36 espejos hexagonales del espejo primario del GTC ya registran luz y sus primeras 472 horas de observación han sido asignadas a proyectos sobre enanas marrones (objetos que no tienen la masa suficiente para iniciar los procesos de fusión nuclear en su interior, y son consideradas el eslabón entre los objetos de masa planetaria y las estrellas propiamente dichas), búsqueda de planetas extrasolares, la medición de la energía oscura (la responsable de la aceleración en la expansión del Universo), galaxias activas con agujero negro, y estudios sobre la intensidad del fondo cósmico de microondas (que ofrecería claves sobre los orígenes del Universo). Además de los espejos, la gran aportación del GTC a la astrofísica la aportan cuatro ingenios tecnológicos, el primero de ellos (la cámara de rango visible Osiris) ya en funcionamiento. Además, al GTC se incorporarán tres aportaciones de tecnología infrarroja: Canaricam, Emir y Frida.
Los Reyes de España han inaugurado estas instalaciones, nueve años después de que el Príncipe Felipe pusiera la primera piedra. Más de 1.000 personas y cien empresas han levantado y construido este artilugio 400 de cuyas toneladas se podrían mover sólo con una mano, gracias a un novedoso sistema hidráulico alimentado por 2.700 litros de aceite.
Antes de abandonar la isla de La Palma, los Reyes también han inaugurado en la Casa Salazar Cosmovisiones, un repaso documental sobre la observación del cielo desde el principio de los tiempos, elaborada dentro del proyecto Septenio, diseñado por el Gobierno de Canarias.