Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Descubre CFE “hilo negro”

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Los que vivimos en sitios donde las temperaturas son mayores a los cuarenta grados en el verano estamos impresionados con la capacidad deductiva de quien ocupa el cargo de superintendente de la comisión Federal de Electricidad, Gabriel Navarrete Navarro, de profesión ingeniero, y quien llegó a la brillante conclusión que las altas temperaturas y las vacaciones de verano disparan el consumo de energía eléctrica, lo que por consiguiente, se refleja en los recibos de los usuarios, provocando pagos millonarios, a los que en Victoria estamos acostumbrados gracias a la falta de sensibilidad del gobierno federal por atender las demandas populares.

Gabriel Navarrete es entrevistado y asume que por culpa del calor se gasta más luz: Victoria, Reynosa, y Nuevo Laredo, donde se han registrado las más altas de la temporada, son solamente algunas de las ciudades donde el termómetro, en un día “normal” de verano marca arriba de cuarenta grados centígrados a la sombra, por lo que hay que imaginarse el incremento que habrá en plena luz del día o, por ejemplo, dentro de un automóvil.

Se ha dado cuenta que por el intenso calor, las temperaturas que nos han llevado a pensar en los que fallecen por el llamado “golpe de calor” y en que la Secretaría de Salud ha tenido que instrumentar programas para evitar casos de deshidratación severa, muy comunes en lugares extremadamente cálidos.

Pero hoy, el funcionario federal, que es de ese grupo privilegiado que no paga energía eléctrica por una prestación anticonstitucional, ilegal e inmoral, nos solicita “ahorrar en el consumo de luz”. Se nota que el individuo no tiene ni la más remota idea de lo que es padecer calor.

Vaya usted al hogar de cualquiera de los miembros de esa camarilla de privilegiados y verá que tienen aparatos de aire acondicionado en todas las recámaras y cuartos de sus casas, y además, están prendidos todo el día; además, tienen calentadores de agua eléctricos, microondas, hornos que trabajan con energía de esa que a nosotros nos cuesta un… mundo, y a ellos se las regala el sistema corrupto de la Comisión Federal de Electricidad. Eso es parte de la justicia social que prometió el señor de Los Pinos cuando llegó a ocupar el cargo de Presidente de nuestro querido México.

Enoja, ofende y molesta el ver declaraciones faltas de un centavo de lógica y sentido común.

Dice el funcionario privilegiado que no depende de la CFE el hecho de modificar la tarifa a un cobro “menor”, aunque para nosotros el término “menor” lo cambiaríamos por “justo”, y luego afirma que “los usuarios tienen en sus manos la soluci9ón de reducir el consumo de luz, y a veces es tan sencillo como no dejar encendida la televisión cuando nadie la está viendo”.

Nos recuerda al señor Vicente Fox que nunca entendió (lógico) el por qué solicitamos en esta cálida región la disminución de las tarifas de luz en tiempo tan difícil: nunca visitó la entidad y durmió con abanico, como la mayoría de los mexicanos “y mexicanas”.

No tienen idea de lo que es llegar a casa y entrar a un cuarto que casi emite vapor por lo caliente que se encuentra, y cuando uno prende el abanico, éste arroja aire más caliente. Los que no tenemos aire acondicionado pasamos noches de pesadilla, sin poder descansar dignamente, y los que sí tenemos, no dormimos bien por el estrés que significa estar esperando el golpe al bolsillo a través del recibo de la luz.

Otra de sus brillantes deducciones nos lleva a concluir que los tamaulipecos somos irresponsables y que nuestros hijos están todo el día con videojuegos, la computadora o la televisión por culpa de las vacaciones, y entonces, nos exhorta a medir estos consumos, argumentando que es culpa nuestra que se gaste tanta luz.

Ojalá, y lo decimos honestamente, que el ingeniero Gabriel Navarrete Navarro supiera lo que vive una familia de clase media cuando llega el recibo donde nos asaltan con cantidades que tienen muchos ceros; ojalá que Navarrete supiera, o alguno de los que en forma irresponsable e inconsciente gastan luz todo el día porque no les cuesta, cómo hacemos los que no trabajamos en CFE y sí tenemos hijos que mantener, para pagar nuestros servicios.

Cuando vimos la nota a la que nos referimos, vivimos una serie de sensaciones que fueron desde la risa hasta el intenso coraje. La risa, porque de plano, entendemos que los que trabajan en puestos importantes de la CFE no tienen idea de lo que hablan cuando ni siquiera saben la manera en que padecemos las temperaturas muy elevadas que nos llevan a deshidratación… o descapitalización. Nos ha dado coraje, porque insistimos en que el gobierno federal debiera supervisar la manera en que gastan luz los señores que ahí trabajan, y nunca pagan un centavo por una estúpida e ilógica “prestación”, provocando que roben a la Patria con su desmedida forma de gastar luz.

Sí pediríamos a nuestros nuevos diputados federales hacer todo cuanto sea posible porque el gobierno federal escuche el reclamo justo de los tamaulipecos.

Claro, si vemos lo que se gasta cada día en una gira del C. Presidente, entenderíamos que no tienen tampoco allá la capacidad para entender que hay millones de mexicanos pobres, y millones cuyos ingresos no permiten hacer frente a gastos tan elevados, como el que hace cada dos meses la CFE.

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