Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *En automático

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Muchos nos quejamos de los avances de la tecnología y no sabemos apreciar lo que el ser humano ha avanzado en los últimos lustros: tecnificarnos ha sido una constante, sobre todo, a partir de 1970 cuando comienzan los grandes cambios que nos han llevado a casi todos a tener un ordenador con conexión a Internet prácticamente en cualquier parte del mundo.
Claro, los avances tienen pros y contras; recordemos el caso de las tarjetas bancarias y la nómina a través de cuentas que nos permiten ir a cualquier hora, en cualquier cajero, a disponer de nuestro salario: la gente se quejaba de que tenían que ir al cajero, que no podían retirar todo su dinero y que el banco les “jineteaba” sus recursos. En contraparte, disminuyeron los robos en bancos cuando las paqueras hacían de las suyas. Hoy es más difícil salir del banco con una gran cantidad porque todo prácticamente lo podemos pagar con nuestra tarjeta, siempre y cuando tenga fondos. Es una chequera más práctica, pues.
Lo malo es que se han incrementado los robos en cajeros. Como podemos ver, todo tiene sus cosas buenas y malas. La tecnología nos lleva a esto. El caso de la Comisión Federal de Electricidad tiene sus “bemoles”, es decir, sus peros: el usuario puede dar de alta su cuenta en Internet para saber cuánto debe e inclusive para pagar en línea; el problema es que si usted perdió la contraseña o algo por el estilo, no hay forma de accesar, y como está su cuenta dada de alta, le impide volver a abrir otra.
Y cuando comenzó el programa “CFE Mático” hubo también muchas declaraciones, a favor y en contra. Para los usuarios acostumbrados a navegar en la Internet, fue una cosa muy interesante, así como también para los que aceptamos desde el primer día el uso de cajeros automáticos.
El CFE Mático no es más que un cajero exclusivo de la paraestatal más abusiva del mundo para que usted y yo podamos llegar y pagar sin hacer tanta fila, sin pérdida de tiempo; el inconveniente es que mucha gente ignora cómo funciona este sistema y se tardan hasta 15 minutos en pasar el recibo e introducir la cantidad que les será sustraída de su presupuesto, bajo el pretexto de que todavía nos hacen el favor de subsidiarnos, pero no es el tema de hoy. Ahora queremos hablar de la tecnología.
Hasta hace unos meses, usted llegaba a las oficinas de la CFE y podía meterse al CFE mático a pagar sin necesidad de esperar horas en la fila, aunque a fuerza de ser sinceros, muchas veces hemos sido testigos de que los cajeros de este sistema no funcionan al cien por ciento: pocos días están todos en línea.
El caso es que se podía optar por formarse o pagar rápidamente.
Ahora es distinto.
Hoy, la Comisión Federal de Electricidad ha dispuesto que los pagos por concepto de energía eléctrica se hagan en su totalidad en los cajeros automáticos que ha dispuesto la paraestatal y que tienen como objetivo la recaudación por tal efecto. La gente no ha entendido todavía cómo funcionan.
Y mire que hay un policía privado casi siempre que les ayuda, pero hay quienes están peleados con la tecnología y aún no pueden hacer su pago por sí solos.
Hoy, la –o las- cajera se encarga de contratos y trámites que nada tienen que ver con un pago cotidiano de energía eléctrica.
Hemos visto gente que se queja afirmando que es una pérdida de tiempo porque a veces los cajeros no quieren aceptar los billetes. Este fallo ha sido constante y nos ha tocado introducir un billete de tal o cual denominación y que no es aceptado por el cajero; agarramos otro y lo introducimos y ese no tiene problema. ¿A qué se debe? No sabemos, pero el caso es que si usted va a pagar mil pesos, deberá llevar como mínimo unos mil 400 por si los billetes no quieren.
Muchos usuarios se quejan del sistema, pero a ciencia de ser francos, hemos de afirmar que es más cómodo y rápido, siempre y cuando se oriente bien a la gente.
La verdad, no pensamos que sea un mal sistema. Cuando funciona en su totalidad, la gente no tarda más de tres minutos en pagar, y si ya vamos preparados, en un minuto terminamos el trámite. Es más fácil y rápido y no podemos decir que es obsoleto, sino todo lo contrario.
El hecho de que se quejen algunos usuarios es porque no les gusta batallar o se espantan cuando ven máquinas. Es el clásico terror el progreso, pero hemos de entender que estos métodos son para facilitar trámites, ahorrar tiempo y dinero, y sobre todo, eficientar empresas que tienen una demanda insustituible.
Los cajeros automáticos de la red de la CFE son, a nuestro juicio, de los grandes puntos buenos que tiene la paraestatal.
Ahora solo falta que entiendan que la gente no gana para pagar las tarifas que, por cierto, acaban de declarar, son bajas en relación al subsidio y deben incrementarse.
No dudamos que estén bajas, que haya necesidad de adecuarlas al siglo veintiuno, pero también es justo pensar que un 90 por ciento de los mexicanos, es decir, casi cien millones, no ganamos lo suficiente para hacer frente a cobros de primer mundo.
Antes de pedir incremento en tarifas, debieran pensar en cuál es la situación de los ciudadanos, ¿no cree usted?
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