El divorcio tiene efectos negativos que se prolongan en el tiempo y ni siquiera un segundo matrimonio logra subsanar, indica un estudio realizado en Chicago, Estados Unidos.
La investigación, en la que participaron 8.652 personas de entre 51 y 61 años de edad, muestra que los divorciados sufren un 20% más de enfermedades crónicas -entre ellas, cáncer- que las personas que jamás se casan.
El porcentaje apenas desciende al 12% para los que se han vuelto a casar, indican los expertos que publicaron su estudio en la Revista de Salud y Conducta Social.
De acuerdo a los investigadores, las personas comienzan su adultez con determinado “acervo de salud”, que se mantiene o se empobrece dependiendo de la experiencia marital que se tenga.
La médica investigadora Linda Waite, socióloga de la Universidad de Chicago, señaló que el divorcio y la vejez socavan la salud porque disminuyen el ingreso y se desarrolla el estrés a raíz del cuidado de los hijos, por ejemplo.
Aunque como consecuencia las personas que se vuelven a casar -tras un primer divorcio- o quedan viudos suelen ser más felices -no sufren mayores depresiones que los que siguen casados ni que los que jamás se casan- ganan poco en lo que a enfermedades crónicas se refiere.
Estrés y preocupaciones
El matrimonio tiende a otorgar beneficios inmediatos para la salud en la medida en que mejora los comportamientos saludables en los hombres y el bienestar económico en las mujeres.
“Algunas situaciones de salud, como la depresión, parecen responder en forma rápida a los cambios de las condiciones diarias”, aseguró la doctora Waite.
“En contraste, las enfermedades como la diabetes y las del corazón se desarrollan lentamente durante un lapso considerable y revelan el impacto de las experiencias pasadas, razón por la cual la salud es socavada por el divorcio o viudez, aún cuando una persona vuelva a casarse”, agregó.
Anastasia de Waal, del centro de estudios Civitas, dijo que “esta investigación pone de relieve el hecho de que, mientras que el divorcio se ha convertido en algo cada vez más común, puede tener no sólo un tremendo costo emocional y financiero, sino también un alto costo para la salud”.
Christine Northan, consejera matrimonial de la agencia Relate, señaló por su parte que no estaba sorprendida por los resultados y añadió que “es otra razón para trabajar duro en lograr matrimonios duraderos, a menos que sea una relación muy destructiva”.