Óptica/Gastón Monge *El dicharachero de Gamundi

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El dirigente estatal del PRI, Ricardo Gamundi Rosas, aún está briago de la victoria que su partido obtuvo el 5 de julio, al haber arrasado sin consideración en los 8 distritos electorales de Tamaulipas, lo que le da el derecho, creo, de vitorear a lo cuatro vientos lo que le venga en gana…..Así, de nueva cuenta Gamundi se suelta de la lengua para decir a los medios de comunicación, que en el PRI no existen los acelerados, ya que todos respetan los tiempos y formas que impone ese partido a sus aspirantes a cualquier cargo de elección popular. Creo que en parte Gamundi tiene razón, porque si hay algo que tiene el PRI y que no tienen los demás partidos, es la disciplina y el orden, aunque antes de ello los aspirantes se rompan las medias, se rasguñen y se piquen los ojos…..Y es que en eso Gamundi no tiene la razón, ya que los acelerados y los adelantados siempre han existido en el PRI, los que son aplacados de manera inmediata por la dirigencia o por el propio gobernador en turno. Por eso digo que Gamundi no tiene toda la razón en lo que dice, ya que es aspirante a la alcaldía de Reynosa por méritos propios, aunque diga que esperará a que termine su gestión dentro de dos años…..Como ejemplo pongo los casos de Oscar Luebbert, alcalde de Reynosa, quien desde siempre se ha adelantado a los tiempos, lo que le ha costado caro, aunque lo hayan premiado con la alcaldía de ese municipio, pero ahora quiere ser gobernador, y eso lo dijo de manera muy reciente…..Ramón Garza Barrios es otro de los priístas acelerados. Recuerdo cuando fue aspirante a la candidatura al gobierno de Nuevo Laredo; se le adelantó a todos mediante una campaña muy sui géneris que le redituó la simpatía de muchos sectores, lo que lo hicieron candidato y luego alcalde. Ahora quiere ser gobernador….. Y si en el PRI los acelerados abundan, en el PAN también los hay. El ejemplo más reciente es el de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien tiene el sueño guajiro de ser candidato de su partido para la gubernatura Tamaulipas…..No dudo que a estas alturas, y por ser, dice el, muy amigo de César Nava, aspirante único a la dirigencia nacional del PAN, pueda servirle como escalón para obtener ese preciado lugar, el de candidato, no el de gobernador. Pero a Cabeza de Vaca lo persigue el estigma de haber sido un mal gobernante, de haber sido señalado aunque sin pruebas suficientes, de haber socavado y saqueado las arcas municipales, lo que en última instancia le costó a su partido la pérdida de Reynosa como bastión del PAN en el noreste de Tamaulipas…..Ahora veremos si con la visita que realizó ayer a la entidad Cesar Nava, la cosas se manejan como supone Cabeza de Vaca, o si realmente se llevarán a cabo de otra manera. Por lo pronto. Nava anunció aunque sin la autorización de su partido, que para las elecciones del próximo año, los candidatos deberán ser electos por los militantes y no por la dirigencia nacional, tal y como ocurrió en las elecciones del 5 de julio, que le costó a ese partido una de sus peores derrotas a nivel nacional y en Tamaulipas…..De ser electos los candidatos por la militancia, existe el serio riesgo, al menos en algunos municipio de la entidad, como en Nuevo Laredo, de que ocurra lo que ocurrió cuando Arturo Sanmiguel Cantú y luego Hugo Galindo Leal, fueron candidatos a la alcaldía. Las fricciones aparecieron, las que motivaron las fracturas y por consiguiente, las divisiones que mantienen al PAN en un letargo político que le ha dejado en los últimos años más derrotas que victorias…..Por ello creo que antes de pensar en ganar unas elecciones, en el PAN se debe pensar en una reorganización en serio, mediante la creación de una estructura política sólida y bien cimentada en una base popular y no de cúpula, como actualmente existe, y de allí partir hacia la democratización del partido, es decir, en la creación de una ideología que tienda a la descentralización del poder para distribuirlo en los diferentes sectores que puedan ser arte de esa estructura aún ficticia…..Eso es lo que al PRI le ha dado durante tantos años la confianza de ganar unas elecciones, porque el poder está descentralizado y sectorizado en sus bases, y no en una cúpula viciada por el poder y a la que su militancia y adherencia nunca podrán tener acceso. Por eso es que creo que César Nava tiene razón en retornar a la vieja estrategia de regresar a la militancia el poder de decisión para elegir a su candidatos, aunque ello conlleve el riesgo de acelerar las fracturas internas si no se democratiza antes la estructura de poder interno, que ha ido el lastre que durante muchos años le ha impedido acceder al poder en las entidades federativas, pese a que tenga el poder presidencial que se le está yendo entre las manos. Hasta mañana.

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