Proceso.com: Se consuma la imposición: Nava, nuevo presidente del PAN

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ÁLVARO DELGADO
MEXICO, D.F., 8 de agosto.- En lo que fue el trámite final de la imposición
de César Nava como su nuevo presidente, el Partido Acción Nacional (PAN) exhibió hoy
su peor rostro: El de la censura y la opacidad.

El desahogo del trámite de elección por parte del Consejo
Nacional se realizó a puerta cerrada, pero se decidió transmitir por
circuito cerrado de televisión el discurso de despedida de Germán Martínez,
quien lanzó una serie de descalificaciones contra quienes no identificó,
aunque –eso sí– ratificó sus loas a Calderón. “Este es y seguirá siendo su
partido”, le dijo.

Nadie entendía por qué Martínez negó “categóricamente” que se
presente al PAN como subordinado a intereses externos: “Niego
categóricamente que este partido está al servicio de los intereses de la
televisión”.

Y enseguida acusó, sin mencionar nombres: “Estamos esperando
todavía de algunos de los que hablaron explicación de esas concesiones de la
televisión”.

Uno “de los que hablaron” fue Santiago Creel, exsecretario de
Gobernación con Vicente Fox –quien no asistió, como Diego Fernández de
Cevallos– y otro fue Javier Corral, ambos críticos de los pactos de
Calderón con las televisoras, pero eso no lo sabía nadie, salvo los panistas
que estaban encerrados en el salón Manuel Gómez Morin.

Los periodistas, aunque tenían conocimiento de que ellos habían
sido dos de los diez oradores que hicieron uso de la palabra antes de
Martínez, jamás pudieron oir ni ver los discursos porque la jerarquía
panista impuso la censura.

De los 24 panistas que solicitaron el uso de la palabra, sólo se
le permitió hacerlo a diez, y al resto se le impidió hablar, entre ellos a
Manuel Espino, el expresidente del PAN que ayer comió con Nava, a quien
mandó “olímpicamente al carajo” por haberse filtrado a los medios ese
encuentro.

El circuito cerrado de televisión del PAN sólo transmitió el
discurso de Martínez, quien dijo que renunció al cargo “porque no quiero ni
debo ni seré nunca motivo de discordia entre panistas”, y se dio paso a los
periodistas al de María Elena Alvarez de Vicencio y al de Nava.

Corral, al concluir la unción de Nava –que obtuvo 290 de 371
votos de los consejeros, 39 decidieron anular su voto y 19 se lo llevaron a
su casa–, advirtió del intento de manipulación de los jerarcas del PAN y
propuso a los reporteros solicitar la grabación de las intervenciones de
los consejeros críticos, cuya descalificación de Martínez sí fue
transmitida.

Pero todos se lavaron las manos: Héctor Villarreal, vocero de
Martínez, dijo que él había dejado de tener responsabilidad en el PAN, y
Nava, nuevo presidente del PAN, también se negó a proporcionar la grabación
de las intervenciones de Creel, Corral, Fernando Canales y Juan José
Rodríguez Prats, quienes criticaron también la pérdida de principios de su
partido.

En su primera conferencia de prensa, y para fundar su decisión a
favor de la opacidad, Nava recomendó a los interesados solicitar al PAN la
información con base en la Ley Federal de Acceso a la Información.

Por su parte, Creel lamentó que Martínez no haya reconocido ni corregido sus
errores como él, aseguró, lo ha hecho: “Una situación de esa naturaleza, en
donde la camaradería castrense que acostumbramos en el PAN no se vio, y
sobre todo el error por parte de él no está corregido, de mi parte sí. Ahí
está la reforma electoral, muchas acciones e iniciativas que he dado. Aquí
nunca se corrigió el poder que tuvieron las televisoras en la gestión de
Germán Martínez.”

Al final, pese a que obtuvo 39 votos en contra, otros 19 votos
de consejeros que no se depositaron en la urna y 33 ausentes, Nava dijo
estar feliz porque el 88% de los consejeros le dio su apoyo.

En su discurso planteó unidad entre los panistas y el rescate de
los principios del PAN, y expuso: “Les pido, compañeros consejeros
nacionales, que no me instruyan ganar a costa de lo que sea. Se los pido
porque no aceptaría ganar esa encomienda, ni la pido ni la aceptaría, vamos
a ganar elecciones sobre la base de los que somos.”

También ofreció revisar la relación con el gobierno: “La
relación partido-gobierno debe estar construidas sobre bases claras:
autonomía en la coordinación y apoyo sin subordinación, ni un partido de
Estado, ni un partido del Estado”.

Por su parte, y ya cuando se iba, Calderón celebró la unción de
Nava, su exsecretario particular: “Me siento contento por este relevo
institucional en la vida orgánica del PAN (y) le deseo a César Nava éxito en
una gestión que será compleja, difícil, retadora, pero que a la vez es
esperanzadora para la vida del partido”.

–¿Prevaleció el dedazo? –preguntó un reportero.

Calderón se dio la vuelta y se fue.

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