Resulta bastante raro que el periódico The New York Times esté publicando noticias no tan nuevas, puesto que la nota en donde hace señalamientos sobre las cárceles de México como Universidades del crimen es tan tema muy desgastado, el problema va más allá de lo que podemos leer en un diario estaunidense tan prestigiado como ese, ya que hay muchos intereses yanquis que apuntan a una guerra política disfrazada que viene a ensombrecer esas buenas relaciones diplomáticas que en apariencia se quieren presumir.
El Presidente de México, Felipe Calderon Hinojosa anunció que en la reciente cumbre celebrada entre México Estados Unidos y Canadá se tocaron todos los temas habidos y por haber, y aunque reconoció que los grandes acuerdos no surgen de estas reuniones, sino de lentos acuerdos previos a dichas reuniones, subrayó que en Guadalajara se sostuvieron pláticas cordiales con sus homólogos de temas que atañen a las tres naciones, lo positivo es que ya establecieron el puente de comunicación.
El tema de la inseguridad pública y el narcotráfico es un tema ampliamente discutido y debatido en donde siempre encontraremos pros y contras, pero lo que queda en entredicho es precisamente los momentos en que se hacen las cosas, porque estoy convencida que la noticia publicada en The New York Times no es casual, y señalar además aspectos sobre la corrupción que existe en el sistema penitenciario, en la impartición de justicia y en muchos aspectos va más allá de querer desprestigiarnos internacionalmente, pues una “manchita más al tigre”, no nos hace ni más ni menos daño que un día antes de que la nota apareciera.
Eso aunado a la negativa por parte del Congreso norteamericano para que lleguen los recursos del tan llamado Plan Mérida en apoyo a las medidas de seguridad adoptadas por Calderon Hinojosa bajo el supuesto que se están violando los derechos humanos, parece algo infantil y la respuesta que se dio al respecto aún más solo se dijo oficialmente que quienes han hecho la declaración y afirman que ello esté ocurriendo están obligado a comprobarlo.
Con este nuevo boicot al pueblo México se están violando una serie de acuerdos y tratados que no solo afectarán el renglón de la seguridad pública, debido a que esas actitudes se pueden llegar a convertir hasta en discriminatorios en contra de los mexicanos, puesto que se está estigmatizando a todos por igual de corruptos y de continuar de esa tendencia mas voces se alzarán para cerrarnos las puertas, echando tierra a los proyectos que se tiene de competitividad laboral y para la flexibilización de las políticas migratorias que aún no se muestran claramente como se negociará con el Gobierno del Presidente Obama.
Tampoco sería raro que después de las declaraciones vertidas por el diario norteamericano venga la defensa de los simpatizantes de México, debido a que hace poco el congresista Eliot Engel propuso al Presidente Obama restringir la venta exterior de armas de asalto sobre todo para evitar que la delincuencia organizada se esté abasteciendo de éstas que se sabe proceden de Europa del Este y China, pero que muchas veces van a parar en manos del crimen organizado. Para muestra un botón, en cada detención de sicarios de los carteles más famosos siempre se decomisan armas de todo tipo de calibre, incluyendo de gran poder de penetración hasta para derribar a un helicóptero y atravesar los chalecos antibalas, muchas veces el armamento de los delincuentes es mejor, de mayor calidad y de más potencia que la que tiene la policía y el ejército.
Como están las cosas de graves que los que se encargan de la seguridad se están blindando. Solo hay que mirar como la Policía Federal de Preventiva o sea la Federal de caminos colocó barricadas de arena para prevenir cualquier ataque a sus instalaciones atrincherándose, y ni aún así consideran estar seguros, ahora los ciudadanos tendremos que aprisionarnos más en nuestras casas, debido a que ya todos estamos expuestos y no se ve por el momento de donde nos vaya a llegar la ayuda.
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