MIENTRAS en el Partido Revolucionario Institucional aún saborean las mieles del triunfo electoral en el pasado proceso federal, en los partidos de oposición se manejan estrategias con miras a la renovación de poderes, alcaldías y diputaciones locales en Tamaulipas.
Tal es el caso del Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática cuyos dirigentes han dejado entrever la posibilidad de integrar una alianza que les permite vencer a su enemigo común: el PRI.
La mera probabilidad, como es natural, ha provocado comentarios encontrados respecto a la eventualidad de una fusión de intereses partidistas entre ambas organizaciones con ideales diametralmente opuestos.
Representando a la derecha e izquierda en el ámbito político nacional, el PAN y el PRD analizan los pros y contras para establecer una alianza que les permita competir por los cargos de representación popular que estarán en juego el año próximo.
Extraño, porque simple y sencillamente así lo representa tal probabilidad dadas las condiciones ideológicas de ambos institutos políticos y la reciente rivalidad, subida de tono por cierto, en la pasada elección presidencial.
Los perredistas, integrantes del Frente Amplio Progresista, nombraron como su presidente legitimo a ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR en franco reto al mandatario constitucional FELIPE CALDERON HINOJOSA, quien hubo de llegar por la puerta de atrás, al recinto legislativo para su toma de protesta.
Es decir, sobran motivos de mucho peso que han generado una situación antagónica entre ambos partidos que, al igual que el Tricolor, integran las tres corrientes políticas de mayor preferencia electoral en el territorio nacional.
Cierto es que en ocasiones, con motivo de la agenda nacional, diversos temas de beneficio social logren el consenso entre los representantes parlamentarios de distintos partidos políticos sin importar su tendencia ideológica.
Tampoco resulta extraño alianzas políticas entre partidos con similitud doctrinaria que les permitan integrar un frente común en tal o cual competencia electoral.
Sin embargo, en el caso Tamaulipas tan sólo el anuncio acerca de hacer causa común en la justa electoral que se avecina entre el PAN y el PRD es motivo de comentarios diversos.
Lo anterior no precisamente porque el Partido Acción Nacional requiera del apoyo del Partido del Sol Azteca en materia de generación de votos, pues es de sobra conocido que tal instituto político de izquierda no registra solidez entre los electores tamaulipecos.
De tal forma que una estrategia partidista en ese sentido realmente beneficiaría a los perredistas sin generar un resultado positivo de peso para la causa albiazul.
Para no quedarse atrás en el tema, FRANCISCO GARZA DE COSS, dirigente estatal de las huestes panistas, ha dado entrada al planteamiento del PRD respecto a la integración de una fórmula común.
GARZA DE COSS, asegura que su partido está abierto al diálogo por lo que no considera imposible tal estrategia política, siempre y cuando se establezca un punto de acuerdo.
Por cierto, cabe subrayar que la posibilidad surge apenas recién transcurrida la elección federal para la renovación de la Cámara Baja en el Congreso de la Unión, proceso en el cual el Partido Acción Nacional no logró ninguna representación en San Lázaro.
La eventualidad de una alianza entre el PAN y el PRD, así como el pacto de caballeros entre los aspirantes a la candidatura albiceleste al gobierno del estado de Tamaulipas son, entre otros, los asuntos más relevantes que se ventilan al interior del panismo cuerudo.
Lo mismo, la autorización para que los prospectos a la estafeta concentren su actividad de posicionamiento sólo entre la militancia a fin de respetar los lineamientos del Partido.
De entrada, diálogo de por medio, pactaron tal condición el senador de le república, JOSE JULIAN SACRAMENTO GARZA y el diputado local panista, FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA.
Pero no tan sólo en el Partido del Sol Azteca y Acción Nacional se toma decisiones que a su vez generan polémica entre la propia militancia y los observadores políticos.
Asuntos que en nada tienen que ver con preparativos para la elección local del año entrante, han surgido al interior del Partido Convergencia, instituto político de muy mala estrella en el firmamento político de esta entidad federativa.
Desde la misma designación como presidente del Comité Directivo Estatal de EMILIANO FERNANDEZ CANALES, tal organización partidista entró en pleno proceso de descomposición.
Papel de esquirol, traiciones, deshonestidad en el manejo de los recursos económicos, pésimo esquema relativo a la difusión y hasta una pizca de aderezo sentimental, son los resultados obtenidos por el Partido Convergencia en el pasado proceso electoral.
Como si todo eso no fuera suficiente para pensar en una purga urgente y necesaria, actualmente existen dos representantes partidistas en el IV Distrito Electoral: la ex candidata ROSSY PEREZ DE PEREZ y el ex coordinador de campaña MARIO CAVAZOS GUAJARDO.
¿Cómo la ve?
Y hasta la próxima.
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