Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Desempleados

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La palabra “desempleo” actualmente ocupa muchas de las pláticas de la sociedad: por todas partes vemos información referente al tema, y sabemos de alguno de nuestros conocidos que ha quedado desocupado por aspectos referentes a la crisis o recesión mundial que ha impactado en la economía local.

Los problemas se multiplican y, aunque muchos no hemos notado una fuerte reacción a la crisis, ya tenemos las primeras huellas de esto: los precios de artículos se han disparado y los comerciantes no tienen más que disfrazar la situación con ofertas, promociones y algo que les permita seguir vigentes, sin la pérdida de capital que les lleve a los cierres que se han anunciado en el mundo entero, y que en la entidad comienzan a ser más frecuentes.

Dirigentes del comercio organizado han externado su opinión y consideran que hay que apretarse el cinturón, tener medidas extremas de cuidado de los recursos, y pocos coinciden con la idea del secretario de Trabajo y Previsión social en el sentido de que hay que apretarse el cinturón y de que estemos conscientes de que puede suceder algo no deseable, con un “te lo dije” de por medio.

El desempleo nos ocupa, y poco podemos hacer al respecto, porque se trata de economías que salen de nuestro control y afectan a las grandes empresas que han cerrado plantas completas no solamente en México sino en otras partes del mundo. Ahora es más difícil encontrar ese trabajo anhelado; sí es real el hecho de que tenemos que cuidar los trabajos que tenemos, porque no es tan fácil encontrar uno aquí y otro allá, para poder elegir el que mejor nos convenga: hoy, hay que tomar el primero que se cruce en el camino y defenderlo por sobre todas las cosas con eficiencia y calidad total.

Los asuntos del desempleo, desgraciadamente, tienen otra problemática que llega junto con la pérdida del trabajo: la delincuencia se dispara porque hay muchas personas que, desesperadas y acostumbradas a una vida fácil y conchuda, deciden robar para mantenerse, a sabiendas de que la persona que es afectada por ellos no tiene ninguna culpa de lo que sucede en nuestro país; si bien es cierto que todos somos responsables, nadie de los ciudadanos pedimos una crisis o invertir dinero donde no se debía.

Y en torno a ello, hemos escuchado, por ejemplo, a un rector universitario preocupado por lo que viene, y comentando que las participaciones federales no llegaron a tiempo. Una actitud totalmente irresponsable del gobierno federal, ya que si bien es cierto que hay problemas económicos, nadie tiene la culpa de estas cosas cuando se recorta un ingreso y se tiene que recortar también responsabilidades.

En el caso de la Universidad Autónoma de Tamaulipas sabemos que tienen un proyecto financiero interesante que les ha permitido tener un colchón para enfrentar situaciones difíciles, pero no crea el lector que el colchón significa que hay cuentas multimillonarias: la UAT siempre ha tenido un alto grado de eficiencia para responder a sus compromisos, pero puede ser que, de no llegar el dinero de la Federación, se comience a vivir en situación crítica, ahora que más se necesita de instituciones con finanzas capaces de enfrentar los nuevos retos que se tienen en aras de lograr que los egresados de las universidades públicas tengan todo lo que se requiere para integrarse al sector productivo.

Comerciantes, funcionarios del sector de educación superior, investigadores, empresarios y, sobre todo, ciudadanos, nos hemos puesto alertas ante una situación de esta naturaleza: hay que salir avante con inteligentes medidas que nos lleven a no sufrir la falta de liquidez, pero también hay que entender que se tiene que cuidar y manejar en forma por demás honesta el recurso que es de toda la gente.

Ahora tenemos que hacer gala de toda nuestra imaginación, creatividad y responsabilidad profesional para poder salir de esta situación; entendemos que la cosa está difícil pero no es eterna, y alguna vez tendremos que salir adelante, pero para ello, se necesita mucha voluntad y entusiasmo, así que, hay que ponerlo en cada una de nuestras acciones para no tener problemas a futuro.

Y en el aspecto oficial, es interesante ver que hay la voluntad de eficientar el gasto, lo que esperamos que suceda al pie de la letra, dado que estamos acostumbrados a ver que se declara lo anterior y se sigue gastando en cuestiones que no son importantes o prioritarias.

Esperamos que las giras de funcionarios sean menos onerosas, que no se tire el dinero en camisetas y pegatinas del evento: hay algo mejor en qué ocupar el dinero, y eso lo saben las personas encargadas de los eventos oficiales.

No concebimos, por ejemplo, que un servidor público gaste en un avión privado para viajar a la frontera o la ciudad de México, cuando se puede hacer este recorrido en una forma más económica.

El caso es que ya estamos en esta difícil situación, y tenemos que evitar que el término “desempleo” ocupe las charlas de familia; conservar el empleo y hacer lo que debemos por cuidarlo debe ser premisa de todos.

Ojalá siga habiendo esa promoción como la que hace el gobierno de Tamaulipas, para que lleguen nuevas empresas que significan nuevos empleos, lo que permitirá paliar la crisis y la situación difícil.

No estamos muertos, seguimos en pie, y tenemos que luchar por sacar de este atolladero a nuestro país.

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