Muchos expertos en salud están de acuerdo que las enfermedades empiezan en el sistema digestivo, el cual se compone del esófago, el estomago, el intestino delgado y el intestino grueso.
Uno de los errores típicos es confundir una limpieza del estomago con una limpieza intestinal. En realidad el estomago no se ensucia ya que la comida dura menos de dos horas en el, antes de pasar al intestino delgado. Los problemas principales que atacan al estomago son la gastritis y ulcera, y por consecuencia, el ardor y las agruras.
El verdadero peligro se encuentra en el intestino ya que la comida se puede almacenar en el por meses y hasta años pudriéndose lentamente y causando auto-intoxicación, lo cual significa que las toxinas y deshechos, al no haber logrado salir, son depositados en la sangre.
El intestino es un órgano parecido a una manguera que puede llegar a medir hasta seis pies, y se estima que puede almacenar hasta 70 libras de excremento.
Las limpiezas intestinales son muy importantes para gozar de bienestar general, ya que un sistema digestivo sucio puede causar estreñimiento, hemorroides, mal aliento, dolores de cabeza, cansancio crónico, alergias, manchas en la piel, acne, caída del cabello, problemas menstruales, celulitis, colitis, cáncer en el colon y mucho más.
Es recomendable hacerse una limpieza intestinal con cada cambio de estación, es decir, cada cuatro meses. El motivo por el cual debemos hacer una limpieza intestinal con regularidad, es para evitar que la comida se vaya pegando a las paredes del intestino. Recuerda que no todo lo que comes, sale. Si haces tres comidas al día, deberías evacuar tres veces al día. Una persona que solo tiene una evacuación al día, ¡esta almacenando 720 comidas al año!
Generalmente las comidas que mas se acumulan en el intestino son el arroz, harina, azúcar, colorantes, pesticidas y carne roja.
Una forma de evitar que estas comidas se vayan acumulando en el intestino es comiendo una gran ensalada antes de cada comida, bebiendo mínimo dos litros de agua al día y comiendo dos frutas entre comidas.
No debemos confundir una limpieza intestinal con un purgante, ya que los purgantes fuerzan a tu sistema digestivo a que evacue, pero no lo limpian. De hecho los purgantes suelen ser muy irritantes y generalmente hacen más daño que bien.
En cambio una limpieza intestinal trabaja a lo largo de varios días o semanas, limpiando y reparando delicadamente todo el sistema digestivo.
Al terminar una limpieza intestinal, el cuerpo se encarga de mantener una función de evacuación regular después de cada comida, sin la necesidad de ningún tipo de laxante ni fibra.
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