– Maria Victoria Gutiérrez: el rostro de la injusticia legal
Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- Querer recobrar la tranquilidad, la autoestima y ya no vivir con el miedo; le esta costando caro a María Victoria Gutiérrez Moreno, quien por no tener dinero para pagar un divorcio necesario, ha sido condenada a vivir con el enemigo, en que desde hace diez años se ha convertido su marido, Benigno Hernández Montoya.
No encuentra abogado, institución o asociación que le iluminen el camino y enfrentar en el terreno legal, el divorcio del hombre que hace más de 30 años le juro amarla y respetarla todos los días de su vida:
-Ni las denuncias ante la policía, ni las demandas presentadas en el ministerio público, ni los intentos de trámite de divorcio que he hecho con abogados particulares me han servido de nada, para la ley, la vida de malos tratos, agresiones y amenazas que he recibido desde hace 10 años, no son elementos suficientes para el divorcio, el cual le es condicionado por el marido a cambio de que le entregue la casa familiar.
-Es completamente injusto, porque él se resiste a irse, cuando sabe más que nadie que cada ladrillo, cada mueble, cada arreglo, me costó a mí, yo compré el solar y paso a paso fue construyendo la casa, él jamás ha sabido lo que cuesta pagar el agua, la luz, el teléfono… aún hoy en día, vive como sin nada, no me dirige la palabra desde hace años, entra y sale de la casa a la hora que le da la gana, me dice indirectas y siempre acusándome de lo peor.
Doña Maria Victoria, a sus 49 años de edad se declara perdida en los vericuetos legales que imponen las leyes y quienes se encargan de aplicarlas.
Demanda públicamente una solución definitiva a una vida de pesadilla en que han concluido 30 años de matrimonio; habitante de la manzana 7, lote 17 de la colonia Satélite, no sabe a quién recurrir para encontrar eco a su petición, su sentir es que la justicia y un sinnúmero de leyes para protección de mujeres maltratadas que de acuerdo a su sentir no se han hecho para ella.
Cinco años de intentar formalmente conseguir la separación oficial de Benigno Hernández Montoya; tres denuncias formales por agresiones y varias gestiones más ante abogados para lograr concretar el divorcio no han sido trámites fáciles de llevar:
-Cuando uno ve en la tele y escucha en la radio que invitan a las mujeres a defender sus derechos y luchar por su vida, hasta se lo llega a creer, pero cuando después de tanto año de maltrato de todo tipo –económico, emocional, físico- por fin te animas a cuando menos buscar tu tranquilidad y la de tu familia, se topas con pared, en mi caso todavía recuerdo cuando fui por primera vez a pedir justicia, me tocó con una licenciada que se llama María Victoria Lumbreras, ella, cuando le relate mi caso, me dijo que primero me iban a investigar, a interrogar a la menor de mis cuatro hijas, que primero tenían que cerciorarse con los vecinos si yo era una mujer de bien, total que la denuncia quedo en nada, al igual que las otras dos.
Remarca: Yo no quiero nada malo para Benigno, solo divorciarme y estar lejos de él, es un hombre violento, de eso hay pruebas, porque hay denuncias documentadas, por ejemplo en uno de sus arranques, llego a destruirme casi toda la casa, lo llegó a detener la policía, pero como tiene amigos licenciados siempre ha salido bien librado.
Agrega que desde hace muchos años no sabe lo que es dormir tranquila, el miedo y la angustia son sus eternas compañeras, y aunque de día se desempeña como enfermera en diferentes instituciones de salud, al llegar a su casa le regresa el temor de ser agredida, ya que su marido siempre se ha negado a dejar la casa.
-Las mujeres que viven lo que yo he estoy padeciendo desde hace diez años, sabrán de lo que les hablo.
Para ella, han sido sus ganas de salir adelante el motivo de las agresiones recibidas:
-Estudiar una carrera en contra de mi marido me salió caro, porque entre mejor me iba profesionalmente, peor iba mi matrimonio; siendo un hombre celoso me catalogaba de la peor manera, solo por mis ganas de superarme, se desquitaba agrediéndome de todas formas, como podía le hacía frente, pero sé que eso que dicen que una vida con violencia no es normal y nos puede costar hasta la vida.
Remarca: Por eso es que estoy pidiendo ayuda a quien me quiera escuchar, sé que hay asociaciones, grupos de ayuda que en verdad apoyan a mujeres como yo, a quienes si les hacen caso las autoridades, Yo tengo miedo, incluso mis nervios están destrozados, mi marido tiene amigos licenciados, y de eso se vale….y si es cierto, cuando lo he denunciado casi me detienen a mi.
Concluye: No pido más que mi separación legal…y ruego todos los días por no ser ya parte de la estadística de maltrato que tanto daño nos hace a las mujeres.
Para el Licenciado José Alfredo Jiménez Amaya, Presidente del Colegio de Abogados; lo que vive Doña María Victoria, es un lugar común en los juicios de divorcio; en donde hay casos en que muchas mujeres prefieren dejar su casa y hasta sus hijos, con tal de acabar con el martirio en que en ocasiones se llega a convertir un matrimonio:
-Si vemos el divorcio como el fin de algo, como un circulo que se quiere cerrar, como el fin de un ciclo, vemos que el camino que se cubre para cerrar el circulo es muy diverso; uno como abogado ve de todo; desde parejas que coinciden en que lo mejor es la separación y se divorcian voluntariamente, hasta aquellos que se dan de manera sumamente conflictiva, y en donde por lo general muchas mujeres se enfrentan a un cúmulo de adversidades.
Dando como ejemplo de lo anterior, menciona:
-Aunque no solo las mujeres, también hay hombres que enfrentan el proceso en medio de una serie de agresiones, acusaciones, chantajes, hay quien por tal de acabar con el conflicto renuncia a bienes materiales, aunque sepa que por ley, todo lo hecho durante el matrimonio le pertenece a dos.
Concluye señalando que en este tipo de casos, lo procedente es buscar una accesoria legal confiable, pues de acuerdo a información que tiene la Barra del Colegio de Abogados; hay quienes hacen de este tipo de conflictos su modus vivendi:
“Legalizar una separación legal siempre es difícil, sobre todo que se llega a estas en una vulnerabilidad emocional con la que abogados llegan a hacer negocio, lo que indigna y ante lo cual, nosotros recomendamos a los afectados que busquen apoyo legal ya sea público o privado, pues es injusto que a una situación de por si difícil, abogados sin escrúpulos la compliquen más.