– Hoy es el dìa del adulto mayor
– Hay hijos que se convierten en verdugos de sus padres
Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- Hoy es 28 de agosto, marcado por el calendario oficial como Día del adulto mayor, fecha de referencia para voltear la mirada a un sector poblacional en crecimiento, debido a la baja en la tasa de natalidad y la mejora de la calidad y esperanza de vida.
De acuerdo a los datos estadisticos manejados por la Delegaciòn del Instituto Nacional de Personas Adultos Mayores –INAPAM- a cargo de la Licenciada Genny Solìs Martínez, hay en Tamaulipas 490 mil 523 personas mayores de 60 años de edad, de los cuales, son: 231, 074 hombres y 259 mil 449 mujeres;
Una de ellas es Doña Elena de los Reyes Ortìz quien a sus 85 años de edad no pierde la alegria.
Porque de acuerdo a su decir es triste llegar a viejo….pero màs triste es no llegar…
A ella se le ilumina la mirada, feliz de encontrar un receptor a sus silencios, gustosa de compartir su testimonio.
Con una lucidez intacta afirma desde su experiencia que la alegría es el antídoto ideal para acabar con la tristeza; eso lo hace desde siempre desde el mismo dìa en que renuncio a al matrimonio para cuidar a sus padres…hoy, esta sola habitando el asilo de la tercera edad en ciudad Victoria; en donde de vez en cuando recibe la visita de los sobrinos a los que no solo les diò cariño, sino los ayudo a convertirse en hombres y mujeres de bien; ella no se queja, no acostumbra llorar, sino todo lo contrario:
-En mi caso doy gracias a Dios que todavia me puedo mover, bañarme, incluso me levanto cantando, es dificil, por ejemplo hay una compañerita que llora mucho, me le acerco y le digo que no lo haga, que si se puede alejar la tristeza que da estar sola; yo ya tengo un año ocho meses aquí en el asilo y nunca he llorado.
Menciona que ella no tiene màs familia que sus sobrinos:
-Pero ellos viven lejos, unos en otras ciudades y otros aquí, pero los pobres siempre andan todos ocupados que no tienen tiempo de venir, a veces se acuerdan de pasada y llegan a verme alla cada dos meses, no me quejo aquí cuando menos estoy acompañada.
Historia similar tiene Doña Maria Enriqueta Marroquin, quien a sus 79 años, sin hijos y sin marido, es sostenida solo por el amor de su sobrina; Dora Medrano, quien no la abandona en recuerdo de que ella fue la madre que necesito desde pequeña.
Sabe que a estas alturas de su vida; hay pérdidas, pero también ganancias,…y que llegar a viejo es una bendición, porque hasta el miedo se pierde:
-Yo me quede sin hijo bien temprano, se me fueron al igual que mi marido, me quede tan sola que mis sobrinos decidieron traerme aquí; de todos ellos, Dora es la que siempre esta pediente, y yo lo agradezco, no me lamento de nada y el Dìa que Dios quiera llevarme me puedo ir en paz, el es el ùnico que sabe como y cuando, mientras tanto en el asilo hay platica y entre las mismas compañeras nos animamos unas con otras, porque ya nos toco asi, y ni para donde hacernos. .
Para la Delegada del Instituto en Tamaulipas, Genny Solís Martínez, es dramático el panorama de la poblaciòn de la tercera edad:
-Estamos hablando de una población altamente vulnerable, maltratada, ignorada…explotada, siendo en muchas ocasiones, su familia sus principales verdugos.
Ante esta dolorosa realidad es necesario una toma de conciencia colectiva,. Pero sobre todo de hijos y de nietos, en ellos esta la esperanza, porque no basta con decirles respeta, quiere a tu abuelo, hay que dar el ejemplo, sacar tiempo para dedicarlo a quienes nos dieron la vida, que dedicaron tiempo y esfuerzo a sacarnos adelante,.
Hace referencia que la sabiduría popular sentencia con el dicho” Como te ves me vi…como me ves te veras…por ellos y por nosotros mismos es tiempo de revalorar a nuestros mayores…desde su saberes son una fuente de experiencia que debe ser llamada a ser tomada en cuenta principiando por el seno familiar
Menciona que es tiempo de voltear a ver a este sector poblacional cada vez más extenso:
– Con tristeza y por el trabajo que se hace aquí en la Delegaciòn del INAPAM, puedo decir que veo muchas injusticias, y es que hablar de ellos es hablar de lo más sensible de una sociedad, , por eso hoy que es su día quisiera que todos los hijos hicieran reflexiòn sobre su relaciòn con los padres, y sobre todo que inculcaran a sus hijos a querer a su abuelo, a su abuela, esta es la mejor manera de empezar a recobrar lo que hace tiempo se ha perdido, y que a las generaciones anteriores nos distinguió: el respeto a los mayores, que se inculque ese cariño y ese respeto hacia el abuelo.
Agrega:
-Es doloroso ver que cuando se llega a viejo el olvido persiste, los adultos mayores de convierten en invisibles, cuando ya no trabajan, cuando ya no producen son reducidos a un fantasma a veces sin memoria que deambula por la casa, y esto no puede ser màs triste, porque dificilmente en estos tiempos en que la vida se vive tan de prisa, nos damos un espacio para reflexionar en la relaciòn familiar que tenemos con ellos.
-Ellos quieren sentirse queridos, independientemente del estatus social padecen de lo mismo: de la soledad, del abandono, incluso sienten que ya no los quieren, que los hacen a un lado, que ya no les toman opiniòn.
Afirma que no solo es la indiferiencia, sino el abuso y el maltrato lo que forma parte de la realidad que padecen los adultos mayores:
-Definitivamente hay mucha tristeza, mucho abandono, abusos, por ejemplo hay hijos que sin tentarse el corazón despojan a sus padres de sus bienes materiales., no se puede hacer eso, porque independienetemente de que los padres no recurren a la denuncia por pena, porque para ellos es una vergüenza sufrir este tipo de abusos, esto motiva a que queden en la impunidad este tipo de casos.
Respecto a la anterior puntualiza que un adulto mayor no te va a ir a decir que sus hijos son abusivos:
– Mucho menos los quieren ver en problemas, ellos soportan en silencio, es tanto su amor de padres que aguantan todo, nos a tocado ver que los viejitos con tal de no importunar al hijo, a la nuera hasta poco hablan para no molestarlos, se vuelven callados, tratan ellos mismos de hacerse invisibles, porque desafortunadamente a muchos hijos poco les importa el sentir de sus padres, que en la vejez es cuando más se necesita y que ellos no les piden nada, a veces se conforman con verlos.
Por todo lo anterior Es urgente retomar una cultura de respeto a los mayores, darles voz en la casa, cederles el asiento en el transporte público…porque al final de cuentas, todos vamos hacia alla y lo que hoy se siembra mañana se va a cosechar.