Los errores de la fecundación in vitro

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El tratamiento de fecundación in vitro (IVF, por sus siglas en inglés) ha ofrecido a millones de parejas con problemas de fertilidad la posibilidad de tener un hijo.

Pero la técnica, que requiere extraer óvulos de la mujer para fertilizarlos en el laboratorio con esperma, puede tener algunas complicaciones.

Una de estas complicaciones, por ejemplo, es haber utilizado esperma donado de un hombre de raza negra en el tratamiento de IVF de una pareja blanca en Irlanda del Norte.

La pareja está ahora demandando a la clínica de fertilidad en el Reino Unido porque dice que el haber tenido un bebé de piel oscura los ha sometido a mucha presión social por las sugerencias de que pudo haber una relación extramarital.

En el Reino Unido, igual que en muchos otros países, es ilegal en tratamientos de fertilidad “seleccionar” características como el color de piel, ojos o cabello de un bebé.

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Pero se espera que una pareja obtenga esperma de un donante de su misma raza.

El caso ha provocado una serie de preguntas éticas. Por ejemplo, ¿debe considerarse racista que la pareja esté reclamando que tener un hijo de piel oscura es una desventaja?, o ¿deben las parejas pensar que con el tratamiento de IVF se les debe garantizar tener el “tipo” de bebé que desean?

Si la pareja ganara este caso, afirman algunos expertos, éste podría ser el primer paso hacia el establecimiento de un mundo de bebés diseñados o “hechos a la medida”.
Raros

Los errores en los tratamientos de IVF, afirman los expertos, son muy raros pero ocurren.

Para el tratamiento de fecundación in vitro se pueden usar tanto el esperma del padre como esperma de un donante.

Por eso, los errores en estos tratamientos también pueden involucrar implantar a una mujer un embrión “equivocado” producido por los óvulos de otra mujer o con el esperma de un hombre que no es su padre.

Se cree que la tasa de error de estos tratamientos es de aproximadamente 1%. Sin embargo, las estadísticas oficiales muestran que estas cifras están aumentando.

En el Reino Unido en 2003-04 hubo 15 errores por cada 10.000 ciclos de IVF. En 2006-07 hubo 40 errores.

En el nuevo informe oficial que será presentado en los próximos meses, se informa que en 2007-08 hubo 200 errores.

La Autoridad de Fertilización y Embriología Humana (HFEA), que se encarga de monitorear el funcionamiento de las clínicas de fertilidad en este país, afirma que este aumento en los errores se debe a que ha habido una mayor vigilancia en los procedimientos.

“Embarcarse en un tratamiento de fertilidad es una enorme experiencia emocional para una pareja”, le dijo a la BBC la doctora Ceridwen Roberts, experta en política familiar de la Universidad de Oxford.

“Y para muchas parejas, tener un bebé es mucho más importante que tener un bebé blanco o de su misma raza.

“Pero creo que en el caso de esta pareja de Irlanda tenemos que tomar en cuenta las circunstancias en que viven, en una pequeña comunidad donde predomina la raza blanca y por lo tanto siente que ha sido excluida socialmente”, agrega la investigadora.
Avances tecnológicos

La HFEA afirma que desde 1990, año en que fue creada el Acta de Fertilidad y Embriología Humana, la vasta mayoría de las clínicas de fertilidad se han adherido a los procedimientos regulatorios establecidos para erradicar errores.

Todos los centros que tienen una licencia para ofrecer tratamientos de IVF, por ejemplo, deben tener procedimientos de doble control para la identificación de las personas que se someten al tratamiento y del esperma y los óvulos que serán utilizados para la inseminación.

Tal como dijo a la BBC la doctora Francoise Shenfiled, experta en medicina reproductiva de la Universidad de Londres, cada vez hay menos posibilidades de que se cometan errores durante estos tratamientos.

“Ningún sistema es totalmente perfecto. Pero no creo que la posibilidad de que se cometan errores sea mayor que un 1%. Los errores son sumamente raros”, dice.

Hoy en día existen procedimientos tecnológicos y regulaciones cada vez más estrictas en los tratamientos de IVF.

Por ejemplo, algunas clínicas ya han introducido códigos de barras para la fecundación in vitro en el cual una computadora lee el código y hace sonar una alrma si los óvulos o el esperma no pertenecen a los pacientes.

También hay un sistema similar que utiliza etiquetas electrónicas que se colocan en el fondo de las placas que contienen al embrión y que transmiten un código individual único que también es capaz de activar una alarma.

Pero tal como señalan los expertos, a pesar los procedimientos, siempre existirá el potencial para el error humano.

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