ANECDOTARIO/JAVIER ROSALES ORTIZ *SHAMPOO DE CARIÑO

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Lo que en el pasado los distanció, ahora la sequía se encargó de unirlo.

Hace casi cinco años ambos contendieron fieramente por la gubernatura de Tamaulipas, uno por el PRI y el otro por el PAN.

Ahora, sentados a corta distancia, a los dos los acerca la misma pena, que es la seca que ha exterminado en Tamaulipas a 50 mil hectáreas de cultivo, a 3 mil 500 cabezas de ganado y que ha dejado sin liquido para el consumo humano a habitantes de 23 municipios tamaulipecos.

Serios, primero, sonrientes, después, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, y el responsable de apoyos de Acerca, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, le regalaron a los periodistas la nota del día y, fueron generosos, porque en lo público no existe antecedente de que ambos se jueguen bromas ligeras y menos aquellas que tienen un aroma a política.

En la sala de juntas del mandatario estatal y frente a diferentes funcionarios y comunicadores, Eugenio intentó explicar la delicadeza del caso, pero alguien le grito a Gustavo que si va por la candidatura a la gubernatura por el PAN.

“Nada de eso, yo vengo a otra cosa”, respondió entre risas el funcionario azul.

Eso bastó para que Eugenio, de pie, se acercara a él y le frotara la frente, a lo que Gustavo en un principio accedió. “Estoy frío, no tengo temperatura”, le dijo Gustavo a Eugenio entre carcajadas, para luego acomodarse en su asiento.

El gobernador retomó la seriedad del caso y desglosó los daños que la sequía a provocado en Tamaulipas, además de que hablo de los apoyos que ha recibido por parte del gobierno federal para mitigar esta dolencia que sufre el campo.

Fue corto en la rueda de prensa y luego, al termino de ella, le volvió a medir la temperatura a Gustavo, quién en esta ocasión no se dejo querer.

Se despidió de él y de los periodistas y le dijo a Gustavo “hay te los dejo”.

El gobernador dio media vuelta y se encamino hacia su oficina, lo que Gustavo aprovecho para sentarse en el asiento del mandatario estatal, no sin antes dirigir una leve miradita hacia la fotografía oficial que se ubica a su espalda y que decora el lugar.

Gustavo se acomodó bien en el confortable sillón y se estiro a sus anchas, con la intención de atender a los periodistas.

Eugenio, quién apenas había caminado unos pasos, se regresó y sonriente le advirtió: “Ten cuidado con esa silla”, lo que Gustavo digirió como una broma estudiantil.

“Ya pagaste, vete a otro lado donde también hay problemas”, le pidió también en medio de sonoras carcajadas.

Gustavo, sonriente, se incorporó del asiento y se enfiló hacia la salida de la sala, entre apretones de los comunicadores.

Ya en la entrada principal de Palacio de Gobierno me le aproximé y le pregunté que si le había agradado ocupar unos minutos el asiento del gobernador. “Si, pero le dije que ya no fuera tan delicado”, comentó.

“Tiene la piel muy sensible, por eso me levanto”, agregó después.

Como quiera que sea Gustavo calentó unos minutos el sillón siempre asignado para el gobernador.

Probó, como nunca lo ha hecho, lo que se siente ocupar ese lugar privilegiado.

Sus bromas y su carácter juguetón parece que la agradaron al gobernador.

Y él también saboreó el momento y tal vez eso lo obligue a recapacitar.

Porque ya declaró que no va otra vez por la candidatura a la gubernatura.

Aunque ya está listo para platicarle a sus cuates panistas.

Que se siente bien recibir una pequeña dosis.

De shampoo de cariño.

Correo electrónico: anecdotariorosales@hotmail.com

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