Como recurso natural, el agua significa vida, así de claro.
Y en este caso, muchos son los puntos de la geografía nacional que tienen problemas de abasto del líquido, a grado tal que ha habido necesidad de restringir su distribución, y una clara muestra la hemos visto en el Distrito Federal, donde la enorme cantidad de habitantes y el uso indiscriminado les han llevado a ello.
Victoria, hace unos veinticinco años tenía problemas: ya mucha gente se ha olvidado que teníamos agua unas cuantas horas al día, porque no existían pozos suficientes ni sistema que pudiera garantizar el abasto.
El desperdicio siempre ha estado vigente: mucha pero mucha gente, en un alarde de falta de conciencia y solidaridad con los demás, utiliza la manguera para “barrer” la banqueta y dejar como nueva su acera. Si usted se atreve a cuestionarle, simplemente le responden en forma poco cordial: “yo la pago, qué le importa”, y cosas por el estilo. Eso lo vemos todos los días, y a pesar de que hay una nueva cultura ecológica en el mundo, sique habiendo irresponsables que no cuidan el vital líquido, como le conocemos.
El gerente de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Victoria, José Florencio Bringas Martínez comenta que con las primeras lluvias de septiembre ha llegado una tranquilidad necesaria.
Hoy, mucha gente tiene garantía de abasto gracias a lo poco que ha llovido y se ha significado en los pozos y puntos de abastecimiento, además de las temperaturas que han bajado un poco, lo que nos lleva a un menor consumo, y por otra parte, a que los muchos irresponsables ya no riegan sus banquetas, ya no utilizan el agua para mantener vigentes sus jardines.
Hoy, los jardines lucen con un verde especial; no es igual el agua con que regamos que la de lluvia. Dice Don Beto que la de lluvia es agua llena de bendiciones, porque viene de Dios, y probablemente tenga algo de cierto, porque si usted disfruta de cualquier parte de las áreas verdes de la ciudad se dará cuenta que nuestros prados y demás tienen un verde especial, distinto… lleno de vida.
Es increíble lo que hace la lluvia cuando se conjuga con los recursos naturales vegetales. Lo vemos todos los días.
El consumo decreció: de mil 400 litros por segundo, a mil 150, y eso, aunado a lo que está llegando del cielo, nos permite tener expectativas positivas en cuanto a la disponibilidad del líquido.
Ahora viene la parte que nos toca: cuidar lo que tenemos, porque no es algo que esté ahí todo el día, todos los días: hay que tener conciencia para cuidar el líquido que nos permite estar vivos.
La COMAPA Victoria podrá con ese ahorro sustancial pensar en los proyectos que les permitan conjurar una situación como la recientemente vivida y que nos dejó muchos sinsabores: la sequía atípica de este año ha afectado en forma seria a presas y lagunas, ríos y demás mantos acuíferos, por lo que hubo necesidad de comenzar a tener conciencia de lo que debemos cuidar el líquido.
Con esos recursos que ya no se gastan, porque significa el menor consumo también un menor gasto de energía eléctrica y otras cosas, la Comisión podrá aumentar el volumen de obras de mantenimiento en la red que tiene más de mil 500 válvulas en la ciudad, tuberías y muchas cosas que tienen que arreglarse periódicamente, amén de lo que surge de manera involuntaria y que constituye una descompostura que hay que atajar, comprar refacciones y demás.
El ahorro y cuidado del agua debe ser responsabilidad de todos, porque así lo marca la norma básica de convivencia humana: pensar en los que tienen dificultad para proveerse de aguita, y cuidar lo que nos llega a nosotros, recordando aquellos comerciales que rezaban: “¡Ciérrale!”, mostrando a un gordito que pedía a gritos el cuidado del agua.
El contador Bringas está contento porque su trabajo se facilita cuando llueve, a pesar de que no faltan los malintencionados que comentan que hay más baches y pozos, y que entonces habrá dificultad para el abasto de agua en la ciudad, pensando que algunos sectores se quedarán sin el líquido porque así debe de ser.
Esperamos que éstos se equivoquen y que siempre tengamos la disponibilidad necesaria.
Es común también que algunas casas acusen el paso del los años y experimenten un consumo distinto al cotidiano, ya que las fugas estarán siempre presentes, lo que constituye un gasto doble: para la familia, porque paga de más, es decir, paga por algo que no recibe, y de la autoridad, porque está surtiendo algo que no se compensa ni por cobro ni por recurso natural.
Ahora, esperemos que las lluvias se generalicen, que septiembre sea de esos meses para recordar como sucedió el año pasado cuando tuvimos precipitaciones de tal forma que pudimos garantizar agua para 2009. Esperamos, sinceramente, que no haya problemas para nadie pero también esperamos que todo mundo entienda, que le “caiga el veinte” y se ponga la pila, que cuidemos mucho el recurso y que podamos tenerlo siempre disponible.
La COMAPA tiene una infraestructura muy grande qué mantener, y para ello necesitan dinero, que proviene, en una muy grande parte, de lo que usted y yo pagamos por tener el privilegio de estar siempre aseados, de poder emplear el líquido para lo que nos plazca.
El agua es de todos, no debemos olvidarlo, y hay que hacer algo por mantenerla.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!