Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- Mientras en todo el país se sigue cuestionando el hecho de que ocho diputadas federales se dejaran utilizar por políticos a quienes cedieron su lugar apenas llegaron al Congreso de la Unión , pisoteando la llamada cuota de género, así como las leyes electorales que las marcan; en Tamaulipas el Presidente del Partido Revolucionario Institucional, Ricardo Gamundi Rosas justifica el fraude y la doble moral que representa este hecho:
“ En política todo es estrategia… y todo lo que no esta prohibido por la ley no puede ser inmoral, además son decisiones personales”.
El tema toma vigencia en la entidad, en donde el Delegado del PRI, Salomón Rosas Ramírez, impulso en lo oscurito un lugar privilegiado en las Diputaciones plurinominales a su esposa Sara Montiel Solís, quien con nulos antecedentes en la política ha llegado a ser Diputada Federal, siendo evidenciada la estrategia por priistas como Marco Antonio Bernal, quien en su momento declaro que Salomón Rosas sería el Diputado Número 13 para Tamaulipas.
Esto en referencia a lo que siempre ha sido un secreto a voces; que Salomón Rosas utilizó a su esposa, para alcanzar la Diputación; hecho que por el momento no se a concretado, pues Sara Montiel Solís, no esta entre las primeras ocho legisladoras que por “estrategia política” como lo ha justificado Gamundi Rosas han cedido su silla en el Congreso de la unión a maridos, hermanos y compañeros de partido
En este contexto la Presidenta de Comunicación e Información de la Mujer en México Lucia Lagunes se cuestiona:.
¿ Con qué cara van a llegar los nuevos legisladores suplentes, que siempre fueron titulares, que usaron la cuota de género para garantizar su lugar en la LXI Legislatura?
¿Cómo explicaron a sus familias que todo estaba planeado para que las legisladoras renunciaran a fin de que ellos llegaran, qué bueno, eso es mentira, fraude, pero que en el amor y en la política todo se vale?
¿Qué clase de legisladores son Maximino Alejandro Fernández Ávila, Guillermo Cueva Sada; Carlos Alberto Ezeta, Alejandro del Mazo, Julián Nazar Morales, Guillermo Raúl Ruiz de Teresa, Alfonso Primitivo Ríos Vázquez y Carlos Enrique Esquinca Cancino, a quienes, más allá de sus bancadas, los une la doble moral con que juegan en la vida política de nuestro país?
Nada justifica el que las legisladoras se hayan prestado a la farsa; tanto para que su partido cumpliera con la cuota de género, como para que un varón sin mucho esfuerzo asegurara su curul: ¿qué clase de ciudadanía hemos construido?
Cuando apenas ayer se conmemoró un año más del Día Internacional por la Ciudadanía de las Mujeres, acordado en 1994, y el cual busca hacer que los gobiernos cumplan con las mujeres al poner en práctica los acuerdos durante la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, y los acuerdos de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, en inglés), donde se comprometieron a garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, poniendo en marcha mecanismos y políticas públicas que garantizaran el acceso equitativo a la educación, la participación política y los servicios de salud.
¿Qué clase de ciudadanía hemos construido cuando unos señores, no conformes con tener el 80 por ciento de las 500 curules, tramposamente escamotean una ley para engañar a la autoridad electoral y decirle que sí cumplen con las ley; engañar al electorado haciéndole creer que, en caso de que ganara su partido, quien llegaría sería una mujer, a sabiendas que quienes realmente legislarán son ellos?
¿Cómo les plantearon a estas ocho mujeres el acuerdo para engañar, aparentar, servir de vehículo para que ellos lleguen?
Estas y otras interrogantes no esta dispuesto a contestar el marido de Sara Montuiel Solis pues cuando a Salomón Rosas se le pregunta, se limita a responder lacónico:
“Pregúntenle a ella”.