Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Golpe Mortal al pueblo

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Si usted pregunta al columnista su opinión sobre el mal llamado “impuesto contra la pobreza”, seguramente no le gustará la cara que tendremos, y menos la frase idónea. En este caso, procuraremos utilizar otras menos agresivas o menos ofensivas.
Somos de la idea de que no paguemos impuestos únicamente el 14 por ciento de los mexicanos, sino el 100 por ciento de los causantes, incluyendo diputados, senadores y servidores públicos de todos niveles, hasta esos que pomposamente anuncian que se reducirán el salario pero siguen viajando a hoteles de lujo, en aviones carísimos, comiendo o cenando en restaurantes cuyos precios son exorbitantes.
Somos también, de la opinión de que Hacienda debe hacer algo porque todos nos convenzamos de la justicia de la legislación fiscal mexicana, donde vemos que únicamente se “ajusticia” al que se va de la boca y a unos cuantos. Los peces gordos, obviamente, nunca se tocan, y todo mundo sabe quiénes son.
Pero es insultante ver la amplia y grotesca figura del secretario de Hacienda hablar de recortes, de ajustes, de despidos y nuevos impuestos.
Los impuestos nuevos servirán, sin lugar a dudas, para que muchos empresarios y pequeños empresarios decidan vivir de otra cosa y cierren su sus puertas, originando desempleo, más del que ya existe en el sexenio de quien quiso que se le conociera como “presidente del empleo”.
Subir impuestos no remedia nada, pero si nos pone de manifiesto la falta de claridad y energía de las autoridades, y en este sentido, hablamos, como dijo la monja del chiste aquel de Pancho Villa: “¡dijeron que a todas!”
Mire, un clarísimo ejemplo: Victoria tiene un parque vehicular de más de 150 mil automóviles, de los cuales, poco más de la mitad: o no trae placas, o es contrabando y porta placas americanas, o tiene placas vencidas por 3,4 y hasta diez años.
La ley dice que no se puede circular sin placas ni permiso, sin embargo, no ha nacido en este pueblo una autoridad competente que meta en cintura a quien vive al margen de esta ley.
Habrá que pensar lo que hacen los que supuestamente hacen cumplir la ley fiscal, y que no se preocupan por los demás.
Ahora, pongamos el ejemplo de Victoria: el 2 por ciento será para ayudar a la pobreza, es decir, que haya menos pobres: ¿Quién decidirá en qué se gastará?
Y mire el lector, hay que pensar en una sociedad que no es discriminatoria y que tiene igual niños y niñas, muchachos y jóvenes, adultos y adultos mayores: todos somos igual de mexicanos y contamos con derechos similares.
¿Por qué, entonces, pensar en quienes tienen situaciones difíciles, descobijando a quienes hemos sostenido una situación mediana y que con medidas como la del 2 por ciento podemos caer en pobreza crítica?
Se critica que no haya obras pero no se ve que hay una infraestructura en el estado que sigue creciendo y eso nos ayuda a la mayoría; no se ha pensado que si todos pagásemos impuestos, no habría evasores ni esos que viven de la calle y no pagan tributo a Hacienda, pero sí están dispuestos a “dejarse pescar” en los operativos contra la fayuca que se anuncian como para prevenir, y que durante todo el año no se tocan, salvo en el día en que va el fotógrafo de la PGR y uno o dos colegas invitados.
Tiene razón Carstens: la situación se antoja muy difícil, y no vemos la manera en que se brinque el escollo sin un raspón por lo menos.
En estos días hemos tenido oportunidad de charlar con comerciantes, industriales, empresarios, burócratas y uno que otro despistado, y el sentimiento general lleva al enojo, porque nadie quiere más carga tributaria, y no queremos porque no vemos que se hagan nuevas obras, pero sí nos damos cuenta de las pachangas que se organizan en casa de quienes tienen todo el control de la situación.
En lo que respecta a Victoria y a Tamaulipas, podríamos considerar la posibilidad de que el Congreso del Estado haga algo para legalizar la obligatoriedad de cumplir la ley. No es posible que haya más de la mitad de muebles sin placas o sin permisos y tránsito, ocupado en levantar carros que “osan” estacionarse en una esquina, porque solamente atacan en las esquinas, y a carros que tienen el frente hacia la calle. Si está usted en otro lugar o con el frente hacia adelante, nunca le van a molestar.
Porque son todo, menos tontos.
¿Qué hacer para mejorar económicamente? Mire, en casa se recortan gastos realmente y cuando se tiene una respuesta se toman cartas en el asunto, no se puede vivir pensando en lo que haríamos, sino en lo que tenemos que realizar.
Es tiempo, sinceramente, de exigir responsabilidad al Presidente Calderón, que si bien es cierto que está trabajando en buena manera, sus colaboradores pareciera que son de otro partido, ya que con actitudes como las demostradas, a muchos se nos quitan las ganas de tributar.
Ojalá pudiera alguien escuchar lo que dice la gente, y entonces, entonces sí, tomar la medida adecuada que permita a México sobrevivir de esta enorme crisis que ahora sí, nos está hundiendo.
Es hora, pues, de que , como mexicanos, nos pongamos la pila y gritemos orgullosos “Viva México, aunque nos esté llevando la…”
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