Interiores/CARLOS LÓPEZ ARRIAGA *¡IVA México!

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Aniversario 199 de la revuelta madrugadora en cuyo punto de partida coincidimos todos -MIGUEL HIDALGO- aunque el posterior remate es por antonomasia difuso y concita divergencias que aún no terminan de cicatrizar.
Como en la revolufia 100 años después, sabemos quien la empezó y por ello lo celebramos (HIDALGO y MADERO, con un siglo de diferencia) aunque todavía nos cueste trabajo ubicar si tal movimiento alcanzó sus fines o la inercia misma de las muchedumbres permitió que los cachorros del viejo orden tuvieran tiempo de entrar al tocador, cambiar de ropaje y treparse al carro de los vencedores.
Hoy mismo, en pleno 2009, lucen su credencial tricolor personajes que hubieran encontrado fácil acomodo entre corifeos y lagartijos del general DÍAZ, o incluso en la tropa de FÉLIX MARÍA CALLEJA.
En fin. Celebraciones cautelosas se esperan hoy no solamente en la capital del país sino en plazas de profundo significado -centenario y bicentenario- como Morelia y Querétaro, amenazadas ambas por el fantasma del narcoterrorismo.
La primera como recuerdo tráfico de un año atrás. La segunda como amenaza ubicua que se filtra por los teléfonos y se multiplica en la rumorología colectiva.
Y mire usted como somos de míticos los mexicanos (atávicos, diría don PEDRO MORALES) cuando se trata de fechas y conmemoraciones.
En la entidad queretana, un vocero del gobierno panista atribuyó las versiones de un pregunto atentado en ciernes a cierto personaje de contextura fantasmal al que aludió como “un trotamundos que anda de albergue en albergue” presagiando el Armagedón mexicano.
Pero hay más…
Recordará usted (lectora, lector) que el pasado día nueve, del mes nueve, del año nueve (que al revés equivale al tenebroso 666 de la bestia apocalíptica) un cura protestante oriundo de Bolivia y de nombre JOSMARC FLORES PEREIRA secuestró un avión mexicano para anunciar calamidad y media.
El hombre quería hablar con CALDERON para comunicarle un vaticinio siniestro que habría recibido por presunta revelación divina. Un gran terremoto sacudiría la capital mexicana este martes 15 de septiembre.
¡Tendremos hoy ocasión de comprobar su poco o mucho tino como profeta!…
Ello, aunque dichas sean las cosas, peores augures nos depara la miscelánea fiscal, gran manzana de la discordia con la que se estrena la sexagésima primera legislatura federal.
El principal grito de este mes patrio se escucha no en plazas ni en escuelas sino en el gabinete económico y ese nuevo engendro arancelario que ya se calcula en dos por ciento.
Sólo en México se ven proyectos que buscan ayudar a los pobres sacándoles primero el dinero de la bolsa. Ello, amen de incrementar el IVA, extendiéndolo a rubros como alimentos y medicinas.
Pero hay más. Se recordará que el gran arquetipo del sistema político mexicano, FIDEL VELAZQUEZ SANCHEZ, falleció en 1997, el año en que el PRI perdió la mayoría absoluta en la cámara baja y el control del Distrito Federal.
Igual se expide acta de defunción a la Secretaría de la Reforma Agraria, heredera epónima del movimiento campesino, un año antes de celebrar el centenario de la Revolución.
Para ilustrar el caso me sirve un recuerdo de mi trajinar reporteril.
Invitados alguna vez por el entonces líder cenecista HUGO ANDRES ARAUJO, un grupo de compañeros de la pluma visitamos el santuario zapatista de Anenecuilco, Morelos.
Era el caluroso agosto de 1994, un año que empezó y terminó terrorífico.
En el evento, CARLOS SALINAS recorre plazas y deposita ofrendas, de la mano de OTTO GRANADOS, PEPE CORDOBA y también JOHN WOMACK, aquel gurú de Harvard que cobró celebridad entre los mexicanos cuando dedicó su tesis doctoral al Ejército Libertador del Sur, la guerrilla de OTILIO, GENOVEVO, NABOR, EUFEMIO y, por supuesto, EMILIANO.
A la salida, haciendo gala de buena memoria, HUGO ANDRES nos propone visitar una histórica hacienda repartida por ZAPATA.
Recuerdo que bajamos de los vehículos ante una tapia gigante cubierta por enredaderas y un portón cuya solidez parecía de pocos amigos.
Huelga decir que jamás entramos. Tras insistentes timbrazos, una voz sepulcral se escuchó por el interfono para negarnos tajantemente cualquier acceso. Después se hizo el silencio.
La explicación vino luego. Resulta que, al paso de las décadas, los herederos de la vieja hacienda habían recuperado la posesión plena del predio, anulando el reparto zapatista.
Paradojas habemus…
De hecho, la contradicción está a la orden del día, estructurando nuestra realidad cotidiana, hoy que se celebra el aniversario 199 (¡Cuidado con los nueves!) y entramos prácticamente a la fase más intensa de celebraciones centenarias y bicentenarias, en la república y en Tamaulipas.

BUZON: [email protected]
WEB: http://vivatamaulipas.blogspot.com

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