Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Equidad de Género: un acierto

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Cuando el gobernador de Tamaulipas llegó a la titularidad del poder Ejecutivo, pensó no en la cuota –para muchos, absurda- de la llamada “equidad de género”: puso en cada sitio a quien consideró como la persona más adecuada, que pudiera responder a las necesidades de Tamaulipas.
Y el tiempo le ha dado la razón a Geño: los hombres han respondido, pero las mujeres también han hecho una gran labor en la administración estatal, y hay varios valiosos ejemplos.
Mire que al jefe del Ejecutivo le ha respondido personal de la calidad de Manuel Muñoz Cano, Rodolfo Torre Cantú, Juan Manzur Arzola, José Manuel Assad Montelongo y muchos otros más, lo que demuestra que, entre sus amigos de toda la vida, el gobernador supo elegir a los que tenían el perfil para ser buenos servidores públicos.
Las damas tienen un espacio especial, aparte, porque se han caracterizado por su entrega al trabajo cotidiano, y eso lo sabe cualquier hombre: la mujer es mucho más entregada y responsable, y en la mayoría de los casos, más meticulosa, lo que le permite entregar resultados excepcionales.
En el Registro Civil está Rosalinda Banda, quien realmente ha convertido una oficina tradicionalmente alentada por la ineficiencia, en una dependencia eficaz, donde la honestidad ha vuelto a salir a flote.
Sin embargo, el gobernador es un hombre que cumple su palabra, y así lo demuestran los miles de compromisos que se echa a cuestas; a diario la gente se acerca –nos acercamos- a él a pedirle apoyo para algo, a grado tal que tiene una oficina encargada de estas necesidades de la sociedad tamaulipeca, que llevan el seguimiento y garantizan el cumplimiento del ofrecimiento que ha hecho Eugenio Hernández Flores a miles de ciudadanos cada día.
Y no cabe duda que la mejor elección para ese cargo debería recaer en una dama, porque son más sensibles, entienden mucho mejor que no hay que ser “tramitólogos” sino efectivos, y tienen la capacidad de escuchar y entender a la gente, tratándola no como número de solicitud, sino con nombre y apellido, lo más importante que puede recibir el ser humano: un trato digno, generoso, humano y comprensivo.
Eugenio Hernández tiene una oficina llamada dirección de Compromisos y Relaciones Públicas del Ejecutivo Estatal, donde despacha en forma por demás eficiente Rocío Pérez Cantú, aquella estudiante de Relaciones Públicas que fue colaboradora del doctor Felipe Garza Narváez y recibió la oportunidad de colaborar en forma cercana con el gobernador tamaulipeco, quien ha depositado en la dama toda la confianza necesaria para llevar el seguimiento de sus compromisos.
No pudo Geño haber hecho mejor selección. Ha tenido ahí durante años a una mujer cuya sensibilidad humana está probada y comprobada: miles –sin exagerar- de tamaulipecos hemos tenido necesidad de acudir a ese pequeño sector del aparato gubernamental, y lo único que hemos recibido son atenciones, desde quien se encarga de la limpieza hasta su titular, Rocío Pérez Cantú; todos, sin excepción, tienen una probada capacidad y vocación que debieran interpretar cada uno de los miles de trabajadores del gobierno estatal y seguir el ejemplo.
Las muchachas que atienden a los tamaulipecos explican detalladamente el trámite que se sigue, dan un seguimiento escrupuloso y están siempre al pendiente de que la gente se vaya atendida, y, de ser posible, con una sonrisa y su asunto resuelto.
La Dirección General de Atención Ciudadana y Relaciones Públicas del Ejecutivo se ha distinguido con varios certificados de calidad ganados a pulso con la entrega, minuto a minuto, día a día, de cada uno de sus integrantes, que, curiosamente, en su mayoría son damas.
Damas con una mística de servicio que les ha podido inculcar quien dirige tan delicada área. Seguros estamos que poca, muy poca gente podría desempeñar tal función con la eficiencia que tiene, y que le ha colocado como una de las grandes fortalezas del Ejecutivo Estatal.
Vemos llegar gente con necesidades para que sus hijos estudien, con problemas de atención médica o abasto de medicamentos, con problemas de tenencia de la tierra y muchos más; en ese pequeño rincón del Palacio de Gobierno, quienes lo constatamos en muchas ocasiones, sabemos del esfuerzo y el trabajo que se lleva a cabo: la titular de la dirección, Rocío Pérez Cantú llama al funcionario o funcionaria que se requiera para poder canalizar las necesidades que fueron comentadas por alguien ante el gobernador Eugenio Hernández Flores, y no deja el caso hasta que se tiene una solución definitiva.
Siempre pone de manifiesto el interés del gobernador por resolver positivamente sus compromisos, promesas y acuerdos ciudadanos, eso es muy importante. Una labor callada, modesta, pero mucho muy efectiva.
Es por eso que consideramos que funcionarios de este tipo deben ser estimulados y promovidos, pero sobre todo, reconocidos. Seguros estamos que el gobernador no pensó si necesitaba a un hombre o una mujer para acallar los comentarios sobre la equidad de género, pero también ciertos estamos de que ha hecho la mejor de las elecciones.
Así como su secretario particular, como el secretario de Desarrollo Social –ex secretario particular del gobernador, hoy un eficiente funcionario de primera línea- o como el secretario de finanzas, quien ha demostrado que se puede manejar el dinero público con eficiencia y honestidad, así es de importante la labor de la directora de Atención Ciudadana y Relaciones Publicas del Ejecutivo. Su labor, a todas luces, es reconocida por miles.
En ese sentido, consideramos que Geño Hernández Flores tiene un excelente equipo de trabajo, que no se basó en la equidad de género, sino en la eficiencia que cuando era candidato nos prometió a quienes votamos por él, y que no nos ha defraudado.

El proyecto turístico que
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