Sucedió en una de las muchas calles de Victoria: llegó rauda, veloz y presta la grúa de una empresa que se ha dedicado desde hace casi dos años a violentar el estado de derecho y a colaborar con las autoridades en una misión casi imposible: hacer respetar el reglamento de tránsito.
En este sentido, entendemos que es muy difícil hacer que todos podamos tener la capacidad de pensar en los demás y respetar los lineamientos que se deben observar para no caer en medidas fuera de la ley: estacionarse bien, nunca en doble fila, respetar los límites de velocidad y las luces rojas; atender la luz amarilla como lo que es: precaución, circular con derechos pagados, es decir, placas y tenencia, y una serie de medidas más que tienen un sustento jurídico en el reglamento de tránsito municipal que ya ha sido impugnado por varias personas, al considera que no cumple con lo básico en cuanto a garantías constitucionales.
Si le damos un vistazo al reglamento, entenderemos muchas de las acciones que a veces nos caen de sorpresa, cuando un oficial de tránsito nos detiene y nos dice que tal o cual artículo no fue observado. Todo eso está bien, siempre y cuando se aplique el reglamento parejo, sin limitaciones, sin consideración para quien gusta de vivir al margen de la ley.
Porque, finalmente, la ley está para cumplirse, y como dijeran los abuelos: si no nos gusta, busquemos otra opción profesional.
Pero sucede en las calles de Victoria algo muy curioso: si usted se estaciona en la esquina, está, indudablemente, infringiendo el reglamento, y seguramente uno de esos veloces choferes de grúa llegará más rápido que nada, para enganchar su vehículo y llevárselo, para que luego pague usted una multa y el consecuente arrastre y bodega de auto en las instalaciones de los “grueros”.
Todo eso pasa los 500 pesitos, devaluados pero necesarios pesos.
Si usted se estaciona con la parte delantera hacia la calle, olvídese, ya es casi seguro que los rápidos choferes de la grúa se llevaron su carro; por el contrario, si lo que asoma es la cajuela, no se preocupe, no se lo van a llevar, no, al menos hasta hoy. ¿la razón? Sencillo: dicen los agentes que se batalla para sacar un carro en reversa, y que mejor se llevan los que tienen la parte del frente hacia la calle.
O sea, la ley se supedita a que el hombre de la grúa no tenga la suficiente habilidad para enganchar un vehículo desde la parte trasera.
Eso sí, son buenos para la prepotencia, la grosería, el mal trato y todo lo nefasto que puede haber, pero no podemos quejarnos, porque al parecer, tienen forma de seguir siendo así sin temor a que se les castigue.
Somos de la idea de que, cuando alguien infringe la ley debe ser castigado, y su usted o yo nos estacionamos mal, manejamos a velocidad superior a la permitida, conducimos en estado de ebriedad o paramos en doble fila sin razón de emergencia, debemos ser sancionados, pero a cambio, pedimos la reciprocidad que la autoridad debe otorgar al ciudadano.
En este sentido, nos gustaría que no hubiera esa cantidad incontable de cajones exclusivos, la mayoría, fuera de la ley, porque eso, aunado a los pocos lugares del centro, propician una crisis mayor de afluencia vehicular en arterias que son fundamentales para el desarrollo de la ciudad. Es tiempo de pensar un poco en ello y hacer lo que se pueda por mejorarlo.
Insistimos en la necesidad de que entre la ley en forma agresivamente justa, que sean implacables, pero por favor, que se lleven a cualquiera, esté como esté, donde esté y sea de quien sea, porque de todos es conocido que Victoria es una ciudad de influyentes, y aquí cualquiera puede amenazar con cesar a los elementos que lo detuvieron.
Todos tenemos cuates y somos lo suficientemente poderosos como para hacer algo así, y la verdad, no es buena señal.
El secretario del Ayuntamiento César Saavedra Terán se ha pronunciado porque se viva en completa legalidad, que todo mundo pueda disfrutar de la ciudad en la medida de su posición y necesidades, que todo sea de todos y para todos. Quiere legalidad, en pocas palabras.
Sin embargo, con ese grupo de operadores de grúa que solamente están para llevar al coche que se les antoje, no pensamos que sea una buena idea.
Ya es ganancia que arriba de cada grúa va siempre un agente del municipio y toma inclusive la fotografía del vehículo mal parado, por si alguien de esos que nunca faltan “charolea” y se dice muy influyente. Lo anterior nos lleva a pensar que la ley no se aplica adecuadamente.
El secretario Saavedra tiene mucha confianza en que, poco a poco, todos los que habitamos la ciudad podamos entender que hay más que una ley, y que debemos cumplir cualquier ordenamiento que la ley marque, nos guste o no.
Definitivamente, a nadie le gusta que se lleven su carrito, pero ahora, para evitar esos malos momentos, es importante siempre cargar con unos pesillos de acuerdo a lo que se pueda uno tardar, y hacer el cálculo que cuesta 6 pesos la hora en la calle, o si lo prefiere, el negocio de moda son los estacionamientos, con una tarifa de 10 a 12 pesos por hora.
De esta forma, hay ya una postura sobre el tema: no se vale que no paren parejo, que no se lleven parejo, y además, es tiempo en que todos sean tomados de igual manera.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!