Investigadores de la Gran Bretaña han concluido que los espectadores de una imagen subliminal son capaces de procesar inconscientemente la información emocional derivada de éstos
Científicos de la Universidad de Londres afirman que la mente sí procesa las imágenes intermitentes, mostradas por lapsos de tiempo inferiores a los que el cerebro requiere para reaccionar conscientemente. A este tipo de imágenes se les ha denominado subliminales desde 1957, año en que el mercadólogo James Vicary las describió.
En un estudio cuyos resultados acaban de publicarse en Emotion, revista de la Asociación Estadounidense de Psicología, el equipo de investigadores mostró a 50 individuos, durante fracciones de segundos, un grupo de imágenes que contenían palabras divididas en tres clases: positivas, neutrales y negativas.
Entre las positivas se contaban “paz” y “feliz”. Negativas eran “agonía” y “desesperación”, y neutrales: “caja” y “oreja”. Al terminar de mostrar cada palabra, se le pidió a cada uno de los voluntarios que la clasificaran como neutral o como “emocional”, en caso de que fuera negativa o positiva.
A pesar de que ninguno de los participantes fue capaz de leer ninguna de las palabras, los científicos observaron que las negativas fueron clasificadas de forma correcta en una proporción mucho mayor a la de las neutrales y las positivas. Así lo reporta el portal de Internet de la cadena de noticias BBC.
Debido a esto, los investigadores, liderados por la profesora en psicología y neurociencia Nilli Lavie, han concluido que el cerebro sí procesa, de manera inconsciente, la información derivada de una imagen subliminal, especialmente si se trata de información emotiva y de carácter negativo.
“Existen ventajas evolutivas que nos hacen responder rápidamente a la información emocional. No podemos esperar a que nuestra conciencia reaccione cuando vemos un letrero que dice peligro y estamos manejando en condiciones de lluvia”, afirma la profesora.
Este es el primer estudio que concluye la efectividad de los mensajes subliminales. En 1957, James Vicary aseguró que había elevado las ventas de refrescos durante una exhibición cinematográfica gracias a un anuncio subliminal, pero años más tarde admitió que había falseado los resultados de esa prueba
Desde entonces, ningún estudio científico había argumentado a favor del poder de estos mensajes. Ahora, el equipo liderado por Nilli Lavie lo ha hecho e incluso ha llamado a reconsiderar su uso en campañas publicitarias que fomenten la conciencia pública. “Mate la velocidad podría ser más efectivo que disminuya la velocidad”, ha dicho la especialista.