Mujeres universitarias; encrucijada laboral

0

– Las mujeres son más del 50 % de la matricula de la UAT
Retienen las mujeres las mejores calificaciones, pero no el éxito laboral.

Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA

Victoria, Tamaulipas.- La historia contemporánea ubica a las mujeres universitarias con amplia ventaja académica sobre los hombres, mayoritariamente, incluso en las aulas y en los últimos años ya no hay carreras vetadas para ellas…

Pero el viento a su favor se desvía fuera de los muros escolares en donde el éxito académico no corresponde a la superación profesional, sino a la colocación laboral:

“Y de pronto te encuentras a la mejor alumna de la generación trabajando de dependienta en una tienda de autoservicio…”

De esta manera comparte y sintetiza la doctora Josefina Guzmán Acuña, subdirectora de la Dirección de Tutorías de la Universidad Autónoma de Tamaulipas su experiencia de campo al monitorear la relación del mercado laboral y la educación superior en las mujeres.

Expone que las mujeres en la Universidad representamos el 30% es la media en la planta docente:

-Estamos en la media nacional, pero sub representadas, y curiosamente a la inversa, la matrícula universitaria que es en promedio de 42 mil alumnos, es mayoritariamente femenina, incluso hay carreras en donde las mujeres son más del 50%, ya no hay carreras típicamente de hombres, incluso en aquellas como son agronomía, veterinaria, ya también están pobladas de una basta población femenina.

Puntualiza que más allá de las cifras en el día a día, en las aulas de la Universidad , las mujeres enfrentan situaciones inéditas que deben de reconocerse, para tomarse como referente y actuar en consecuencia.

-Mi tesis doctoral estuvo centrada en esta relación, porque de hecho todos los premios universitarios se lo llevan las mujeres, son las de más altos promedios; recuerdo que desde hace ocho o mñas años el ingeniero Filizola decía, “orale que pasa con los hombres, por qué las mujeres se llevan siempre todos los premios universitarios, quiere decir que las mujeres universitarias somos más trabajadoras, más comprometidas, más apegadas en todo lo que hacemos, lo que da un falso reflejo, una ilusión de éxito que con frecuencia se queda entre las paredes de un salón de clases”.

Explica lo encontrado en sus indagaciones académicas realizadas entre las estudiantes:

-Detrás del éxito académico no esta asegurado ningún futuro ni laboral ni de crecimiento profesional, porque la realidad es que cuando llegamos al campo laboral no nos va tan bien…nos interrogamos? Pero por qué si yo me saqué puro diez en la universidad? –suelen preguntarse las estudiantes de excelencia- lo que hemos encontrado, lo que yo encontré en mi investigación es que las mujeres universitarias desarrollan habilidades para el estudio, pero no habilidades para el desarrollo de vida, de liderazgo, de capacidades, de comunicación, podemos decir que estas mujeres son más calladas, más reservadas y menos involucradas en el proceso de su evolución como seres humanos, eso propicia que sean materia muy fértil para que les vaya muy bien en la escuela porque son más calladas, más apegadas, dedicadas, alumnas ideales aún para muchos profesores que ven con buenos ojos la docilidad que llega a convertirse en patrón de conducta de estudiantes de este tipo.

¿Pero que pasa con ellas? –Se cuestiona y se responde la investigadora de la UAT:

-Este perfil de conducta les impide que puedan desarrollar otras habilidades, por ejemplo, hay estudios que marcan que en las aulas universitarias las mujeres debaten menos un punto a un maestro que un hombre, las mujeres opinan menos y permanecen más tiempo calladas que los hombres, hicimos un monitoreo en la Universidad de Arizona, realizando un conteo de cuántas veces hablan las mujeres, encontrando que hablamos y opinamos mucho menos que los hombres en un salón de clases, esto aplica en general y propicia que las habilidades que nosotros tengamos en el aula, aunque sea no solo bien recibidas sino impulsadas, choquen al salir al mundo profesional, y las virtudes ya especificadas, no sean muy requeridas en un mercado laboral demandante de mujeres audaces, activas, expresivas, comunicativas que tome decisiones, innovadora, eso nos hace que quedemos un poco rezagadas.

Cabe señalar que la doctora Josefina Guzmán Acuña es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y profesora con reconocimiento de Perfil Promep, autora de artículos, libros y capítulos de libros. Ostenta el grado de Doctora en educación Internacional por el Centro de Excelencia de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Maestría en educación, Licenciada en Letras Españolas por el Instituto Tecnológico y de estudios Superiores de Monterrey Campus Monterrey.

Participante en diversos proyectos apoyados por el CONACYT. directora y asesora de tesis de maestría y doctorado.

Imparte clases en la Maestría en Tecnología Educativa del Centro de Excelencia de la UAT, así como también
es profesora de la Maestría en Tecnología para el aprendizaje del Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara y de la Maestría
en Educación Virtual de la Universidad Veracruzana. Profesora de tiempo completo de la Unidad Académica de Ciencias, Educación y Humanidades de la misma universidad, entre otras responsabilidades similares y quien desde la Subdirección de tutorías le apuesta al cambio que se esta dando desde el seno de la UAT, para enfrentar los desafíos que el alumnado en general y las alumnas en lo particular enfrentan en estos tiempos de cambios:

-Ahorita la Universidad en este proyecto de tutorías, que es la parte humana de la educación, lo más noble que nos permite un acercamiento real con las y los alumnos, platicamos , lo guiamos y lo orientamos en la profesión, esto en general y si nos vamos a lo particular, con las mujeres universitarias nos permite interactuar con ellas, desde sus enfermedades, sus padecimientos, sus sufrimientos y también sus capacidades, entonces cuando en el programa de tutorías nosotros detectamos a una joven que tiene un talento especial, la orientamos, tratamos de darle otras herramientas, de vincularla a otros procesos evolutivos para que ella misma contribuya a su formación, también tratamos de identificar cuales son sus necesidades especificas en relación a su problemática porque hay investigaciones que ponen en evidencia que las mujeres en la universidad dejan mucho la carrera por el tiempo que le dedican al novio, a las relaciones de pareja, aquí también estamos tratando de llegar los tutores, siendo guías, consejeros para que las alumnas tomen también sus propias decisiones y prioridades, que es lo que quieren para ellas y como deben manejar su paso por la universidad.

-Trabajamos mucho con la su acertividad, exigir, pedir nuestros derechos, lo que nos merecemos y solicitarlo de una manera cordial, todas estas herramientas que estamos poniendo a disposición de las alumnas, sirven para que ellas no solo puedan ser buenas en las aulas, buenas trabajando sino también líderes, no dóciles, que presentan, que proponen, que inoven y en consecuencia que se les respete por su trabajo.

Puntualiza que esto tiene una razón de ser si le agregamos que estamos viviendo una situación generalizada de crisis en todos los sentidos, en donde ya una carrera universitaria no solo no te garantiza el éxito, sino un trabajo seguro:

-Lo vemos con los estudiantes en los últimos semestres, que se preguntan qué van a hacer, a dónde voy a ir, con quién voy a trabajar… y luego nos toca ver a nuestros egresados trabajando en lo que se puede, por eso lo que nosotros hacemos va más allá del aula; por ejemplo se presenta el caso cuando mis alumnas vienen embarazadas o llegan con el bebé, es doloroso, pero en lugar de rechazarla porque el bebé puede llorar y no dejar dar la clase, les abrimos el salón, solo de pensar en el esfuerzo extra que representa venir desde su casa, cargando con el bebé reciben nacido, y se sienta ya haciendo dos roles, para mí eso tiene un valor enorme, porque se ve el empeño que se tiene por sacar a ese hijo adelante, cuando muchas en su lugar prefieren irse a su casa por estar embarazadas, también tenemos universitarias que ya son casadas, y antes de llegar al salón tienen que ir a dejar a sus niños, encargarlos, llevarlos a la escuelita, luego salirse un rato, recogerlos, preparar comida, atender pareja y regresar a tomar otra clase, y en la noche estudiar. Para todas ellas la universidad trata de ser amable, siempre se ha buscado ser un espacio seguro, donde puedan ir las mujeres sin que la agredan, sin que la estigmaticen, sin que la molesten, sin que la discrimen lo hacemos con una toma de conciencia conjunta, entre maestros, tutores y alumnos y ahorita fomentar una conciencia más clara de la problemática de género, conscientes de que esta apertura de la UAT, puede ser la línea divisoria entre el éxito y el fracaso de las universitarias.

La especialista puntualiza que en lo que se refiere a embarazos entre universitarias,podemos decir que tenemos focos rojos, no sabemos con precisión cuántas estamos midiéndolos, porque de alguna manera desquician el sistema escolar, porque debemos ser flexibles con ellas, pero luego no sabemos qué tanto, porque debe prevalecer un equilibrio ya que no porque están embarazadas las vamos a pasar en todas las materias, pues debe haber un compromiso personal de cada una para seguir, pues se corre el riesgo de caer en el paternalismo, lo que no es lo ideal ya que deben de asumir su responsabilidad con la escuela, con la institución y con el hijo que van a tener, asimismo nos hemos dado cuenta que los chavos también se embarazan y en ellos se concentra la mayor deserción escolar por este motivo, ya que cuando esto sucede dejan la escuela porque ya no pueden seguir pues tienen que trabajar para sacar adelante al hijo y a la pareja, se puede decir que para ellos es mucho más complicado.

En síntesis: tenemos jóvenes en riesgos en muchas cosas, vivimos una época difícil pero todos, padres de familia, maestros y alumnos, debemos de unir esfuerzos para salir bien librados de cualquier reto.

(Visited 1 times, 1 visits today)