Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Otra de bancos

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A propósito de la quincena, tenemos la negra historia de uno de esos bancos que no han sabido responder a la clientela, a México y a sí mismos.
Antes, queremos hacer una reflexión acerca del debate que se ha desatado en la Cámara de Diputados, donde se establecen dudas en torno a Banamex, uno de los bancos con más tradición en nuestro país, y que ahora pertenece en gran parte a Citigroup, un banco estadounidense, motivo por el que algunos legisladores condenan su existencia y piden se legisle al respecto.
Nada hay más grave que un banco tramposo, y no es el caso de Banamex, que si bien es cierto ha tenido sus grandes yerros, han sabido solucionarlos con acciones que dejan convencido al cliente en el sentido de que sí hay errores, también hay voluntad para enmendar.
Finalmente, Banamex hace lo que puede porque la gente quede contenta, no así un banco de nombre HSBC, el cual, ante la complacencia de las autoridades bancarias comete fraudes a diario, contra la ley y los usuarios de sus negativos servicios.
Hemos tenido experiencias personales con esa banca y la verdad, deja mucho que desear el resultado, pero además, la falta de calidad humana de sus empleados, quienes sin el menor asomo de educación tratan a los clientes como si realmente nos hicieran un favor.
Honestamente, hay mucho que criticar, pero lo más grave es lo que han cometido en los últimos días y que atenta contra toda ley existente.
De todos es sabido que los salarios son sagrados y que nadie puede disponer del sueldo de los demás por ningún motivo: HSBC lo hace de una forma ilegal, y además, sin el consentimiento de sus clientes, a los que tima y roba con la confabulación de algunas autoridades que lo saben y no lo castigan, cometiendo el delito grave de complicidad.
Resulta que hay empresas e instituciones que tienen como servicio bancario el pagar su nómina a través de HSBC, el banco en mención: es una operación simple y sencilla que implica la expedición de una tarjeta de débito, que ampara a una cuenta donde se deposita el dinero ganado honestamente por cada trabajador.
Esa disposición se hace previo consentimiento de los clientes, quienes podrían tener otro tipo de relación con esa banca internacional e ilegal, como pueden ser tarjetas de crédito o inclusive, créditos hipotecarios, automotrices o ambos.
En el Hospital de Especialidades de Victoria a los trabajadores les pagan su salario, como en otras partes, a través de una tarjeta electrónica. HSBC ofreció el servicio y los directivos decidieron el manejo de su nómina a través de este banco, sin saber siquiera que robarían a sus trabajadores.
Cabe mencionar que en este caso nada tiene que ver la institución médica: son víctimas de una mala banca, al igual que los trabajadores.
Trabajadores de esa institución oficial tienen contratados los servicios de tarjeta de crédito con HSBC desde hace varios años; mucho tiempo antes de entrar a trabajar al hospital, lo que nada tiene que ver con su actividad profesional.
Resulta que el día de pago los trabajadores van a retirar de su cuenta de DÉBITO el dinero que limpia y honestamente ganaron y encuentran con que la banca decidió retener el salario y cobrarse la mensualidad de la tarjeta de la cuenta de débito, es decir, de una cuenta a otra, SIN el consentimiento del usuario, lo que constituye un grave delito, porque están disponiendo del salario del trabajador.
Cabe destacar que nadie puede disponer del salario de una persona a menos que ella lo haga manifiesto mediante un escrito, y solamente podrá la parte patronal hacerlo y tomar el dinero que se ha comprometido el trabajador a entregar.
La respuesta de la banca es por demás infantil y estúpida: estamos cobrando lo que nos debe; el columnista tuvo acceso a la información de una trabajadora que no tiene adeudo con la banca de referencia, sino que simplemente tiene que hacer su pago obligado mínimo mensual, aunque no es aún el tiempo, pero HSBC dispuso de su salario, y no conformes con eso, le congelaron el sueldo.
Es obvio, las autoridades del Hospital han hecho la reclamación correspondiente, porque no quieren que se les involucre en este grave asunto, del que, insistimos, no tienen nada que ver.
Aquí hay un culpable y se llama HSBC, uno de esos bancos que llegaron a México a robar a sus clientes y a quien se deje.
Los diputados, lejos de condenar lo que hace Banamex, debieran actuar contra HSBC, exigir a la Comisión Nacional Bancaria y de Seguros que ponga orden y prohíba a esos bancos hacer los robos que hacen. Ya mucho hacen con cobrar doble comisión cuando uno dispone de efectivo en cajeros, y aún así, nada les detiene en su voraz carrera por disponer ilegalmente del recurso de los trabajadores.
Imagine el lector cuanta gente no reclama porque no tiene las herramientas necesarias.
En este sentido, el columnista se atreve a hacer una recomendación a quien tenga oportunidad –y paciencia- de leerlo: no haga tratos con esa banca, cuide su dinero porque acostumbran disponer ilegalmente de él, tienen mucho sus acciones con las que cometen los que viven al margen de la ley, es decir, en palabras llanas y del pueblo: los de ese banco HSBC se comportan como verdaderos delincuentes, ladrones y pillos, sinvergüenzas que roban a los mexicanos, ante la complacencia de autoridades hacendarias y bancarias, y es necesario ponerles un “hasta aquí”.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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