Mujeres campesinas agobiadas por la crisis

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– Más de 200 mil mujeres viven en las zonas rurales de Tamaulipas

– Orilladas a sembrar lo que consumen

Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA

Victoria, Tamaulipas.- Doña Juanita Romero Terán del Ejido las Pilas del municipio de Jaumave, dice que ya no siente lo duro sino lo tupido, pues como jefa de familia por “ser una de tantas” a la que el marido olvido en cuanto cruzo a los Estados Unidosç, comparte que en estos tiempos de crisis las mujeres han regresado a sembrar lo que consumen:

“Ya nos habíamos olvidado de eso, pero a como está la situación tenemos en el patio siembra de calabaza, de cebolla, chile y otras cosas que ya no podíamos comprar por la falta de dinero y es que la parcela ya no da nada, prácticamente vivimos de Oportunidades y las becas de los hijos.”

Entrevistada en las instalaciones de la Liga de Comunidades Agrarias a donde fue convocada para festejar el Día de la Mujer Rural, afirma que con todo y la pobreza que la agobia sabe que tiene que salir adelante por sus tres hijos, que todavía son menores de edad:

“A nosotras no nos queda tiempo de doblarnos, por eso es que además de sembrar la parcela, en la temporada libre me pongo a hacer gorditas de horno y me vengo a vender a Victoria, lo hago todos los días y con eso también nos ayudamos.”

Igual piensa Delfina Martínez Lara, mujer campesina del llamado cuarto Distrito, quien menciona que la necesidad de salir adelante las llevo hace tiempo a formar un grupo solidario:

“Solo que la carretera “Rumbo Nuevo” nos dio fuerte y casi nos dejo sin clientes el restaurant que con tanto sacrificio las compañeras y yo pusimos, no nos quejamos porque tenemos la esperanza de que todo nos mejore, pues en ello va la sobrevivencia de la familia, que en estos momentos tiene que andar haciendo milagros para salir adelante ya que en el cuarto distrito no hay trabajo, y en campo cada vez da menos.”

De acuerdo a los datos estadísticos manejado por la Central Nacional Campesina, en Tamaulipas, hay en promedio 200 mil mujeres que viven en mil 300 ejidos que existen en la geografía estatal, representando el 14 % de la población femenina en el estado.

En las mil 300 comunidades rurales, solo hay en promedio 35 comisariadas ejidales, quienes se han involucrado en las acciones de gestión y organización con el objetivo de lograr mejores condiciones de vida para sus compañeras.

Doña Ramona Zúñiga Medina, comisariada del Ejido Guillermo Zúñiga del municipio de Hidalgo, para quien en lo personal los tiempos han cambiado pero falta mucho por hacer y es necesario fijar la mirada de las mujeres del campo que en estos momentos no la tienen fácil:

“La verdad sea dicha, las compañeras del campo nunca la han tenido fácil, pues si nos vamos a un plano general hay muchas padeciendo la pobreza extrema y dejando hasta su alma en la parcela porque hay hijos que sacar adelante, eso no solo lo vemos en zonas como el cuarto distrito, sino también en la región de Hidalgo en donde el cultivo de la naranja es lo que nos hace fuertes, cuando los hombres emigran a los Estados Unidos o a otras partes, aquí le entramos nosotras, hay quienes de plano agarran el tractor, agarrar la cuchilla, entrar en negociaciones para la venta, además que hay que andar en las juntas, en las organizaciones sin descuidar tampoco las labores del hogar, esas no perdonan, pues ande uno en donde anden hay marido e hijos que atender.”

Para doña Ramona Zúñiga, la difícil situación que están enfrentando las campesinas las ha llevado a la organización:

-Y en esto hay que reconocer que han sido las compañeras del PRI las que nos han iluminado por decirlo de alguna forma, pues a través del organismo de mujeres, gentes como Cecilia Robles Riestra y Lupita Perea Almanza han trabajado con nosotras y con otros grupos, enseñándonos que en la organización esta el camino a seguir para lograr mejores condiciones de vida, que es lo que tanta falta nos hace, pues uno vive encerrada en un mundo en donde a veces la necesidad te gana, luchando todos los días para sobrevivir pero al tener información que hay otras oportunidades se nos mejora la vida.

¿Pero qué es ser una mujer campesina en estos tiempos? -Se le pregunta:

-En primer lugar el machismo es uno de los problemas que se tienen, por ejemplo hay muchísimas mujeres trabajando la tierra, entrándole hasta al tractor, al polocoteo y a la comercialización de la siembra; pero todavía muy pocas son reconocidas como ejidatarias, y las pocas que llegamos a tener esta conquista es porque la parcela nos fue heredada ya sea por los padres o el marido.

Además –agrega:
-Las mujeres campesinas todavía en estos tiempos están ajenas a muchas comodidades de la ciudad, hay quienes cocinan con leña, hay otras que tienen que acarrear agua de otras localidades y además por lo general son las que están a cargo de los hijos, pues aunque se tenga marido, si este se dedica a las labores del campo, deja a ellas la responsabilidad.

En este contexto y compartiendo este panorama, doña Jacinta Martínez Pérez, del Ejido Independencia del municipio de Jaumave, relata que a pesar de que ellas no tienen todos los “lujos” de las mujeres de la ciudad, jamás dejará su rancho:

-Uno nace, crece y se acostumbra a vivir en los ranchos, es una vida tranquila, pues aunque nos ven como pobres entre los pobres, a veces veo como batallan los parientes que tengo en la ciudad y la verdad tampoco están de plácemes, ya que en primer lugar andan batallando en donde vivir y en el rancho nos sobra hasta patio, que si el gas, que si la luz, que si el agua; aquí unos leños bastan para cocinar y un foco es suficiente para alumbrarnos, y si no tenemos ni para los frijoles vamos a tallar lechuguilla y ya sale hasta para la sopa.

Concluye:
-Es cierto que no tenemos riqueza y que nos gustaría que nuestros hijos no dejaran la escuela para irse de “mojados” a los Estados Unidos, pero no todo es negro, estar en el campo también tiene sus ventajas.

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