AUGE Y CAIDA DEL MAGISTERIO EN MÉXICO/Mario Aquino *Primera Parte

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Cuando era niño, en el pueblo donde nací y en todos los asentamientos rurales y pequeñas Ciudades Mexicanas había tres personajes venerados y respetados por el pueblo, y en los que se creía a pie juntillas: El Maestro, El Médico y el Sacerdote.

Hoy, el sacerdote ha sido cuestionado por los escándalos de homosexualidad, pederastia y por procrear hijos con varias mujeres, cierto, no son todos; el Médico se ha convertido en un mercenario de la medicina, vendedor de medicinas y de operaciones mágicas que las más de las veces son mentira, por supuesto que por fortuna, no son todos; y el Maestro se ha corrompido gracias a un sindicalismo mal entendido, ha perdido su capacidad de instruir y se dedica a timar a los padres de familia y si alguien ha pisoteado, traicionado y ha hecho nulo el artículo 3º, Constitucional, es el maestro, en este caso no son todos, pero si son una importante mayoría.

En este trabajo nos enfocaremos al Maestro, con mayúscula, que con devoción y entrega transmitía conocimientos, pero también a esa parodia de maestro en el que se han convertido la mayoría de los “trabajadores de la educación”.

Su anexión al Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación los ha convertido precisamente en eso: en “trabajadores de la educación” no en Maestros, y por esa razón hacen marchas, plantones y huelgas para obtener beneficios como trabajadores porque están muy lejos de practicar el apostolado de nuestros viejos Maestros.

Cada obrero, varón o mujer, tiene alguna experiencia de que en las Escuelas Públicas los Maestros les cobran con cualquier pretexto, incluso con la buena intención de mejorar materialmente la escuela o colocar Aires Acondicionados y Calefacción, pintar, etc.

Dicen que no tienen tizas (gises) ni hojas para trabajar porque la Secretaría de Educación no se los proporciona, algunos obligan al pago de un conserje o hacen que las madres barran los salones, en ocasiones extremas cuando no hay maestro, uno de otro grado se ofrece a tomar el grupo pero no gratuitamente, cada Padre de Familia le paga 50 pesos semanales, si son 50 alumnos gana 2500 pesos libres de impuestos y pagos al sindicato.

El CAPFCE: Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas, dicen los maestros, sólo les entrega el edificio y se olvida de él, igual que la SEP y las Secretarías de los Estados.

De ese modo, los maestros decidieron luchar por sus intereses sindicales y no por la superación de sus Escuelas, no han hecho una sola manifestación ni petición porque se remodele, se proporcionen material y se asignen maestros a las Escuelas, pero han hecho miles para que les suban el sueldo o para que fulanita o zutanito se queden en una dirección.

El Gobierno Federal y Estatal, y el SNTE los han corrompido, aumentándole cada 15 de mayo sus emolumentos, nada queda de aquel Maestro humilde que ganaba menos que un soldado, aquellos Maestros por los que luchó y sufrió cárcel Othón Salazar Ramírez, quien murió el 4 de diciembre de 2008 a la edad de 84 años, en la ciudad de Tlapa, ubicada en la región de la Montaña Alta de Guerrero.

Después vinieron Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo que se “arreglaron” con el gobierno, y hoy, los maestros tienen ranchos, camionetas del año, prestaciones, trabajan menos de 100 días al año y lo peor: no enseñan, durante las clases leen el periódico, se salen a conversar con sus colegas o se van a una “comisión” dejando el grupo a su suerte.

Se bien que duelen estas afirmaciones y que muchos estarán dispuestos a defenderlas y justificarlas, pero eso no quita que existan.

Un ejemplo: Cuba tiene un sistema educativo gratuito y gubernamental, sus escuelas están, en algunas ocasiones, en condiciones deplorables, no hay a veces hojas para tomar lista ni papel sanitario, pero sus Maestros son entregados a la causa de la enseñanza.

Ahí no existe la queja de los maestros que en México es crónica: Me mandan a la primaria, y de la primaria a la Secundaria, y de la Secundaria a la Preparatoria y de la Preparatoria a la Educación Superior, alumnos mal preparados.

De ninguna manera, de esas escuelas salen alumnos bien preparados, porque lo que importa no es que tengan o no aire acondicionado, que la Escuela sea de lujo y esté pintada de brillantes colores, importa que el alumno aprenda y el Maestro se dedique a enseñar.

Siguiendo este método, a nadie se le cobra cantidad alguna bajo ningún pretexto, porque lo importante no es el dinero, es la Educación.

Sirva de ejemplo que los Médicos Cubanos son los mejores de Latinoamérica.

Pero aún más, en otros países pobres, más pobres que México, donde los Maestros no muestran sus insultantes vehículos últimos modelo ni hacen gala de sus ranchos, hay ejemplos de auténticos Maestros.

El 5 de Octubre de 2007 (Día Mundial del Profesorado) la oficina de Unicef en Mozambique, elaboró un documento que tituló: “El Maestro anónimo” y dice:

Éstos son los verdaderos magos: Sólo puede considerarse magia que un ser humano con poca o ninguna preparación, con escaso apoyo u orientación profesional, que vive en una cabaña de paja, mal ventilada y escasamente iluminada, sin tiendas cerca, y con el agua a muchos kilómetros de distancia, a cinco o diez kilómetros de la escuela, que tiene que recorrer a pie dos veces al día (de mañana y tarde) que gana un salario que sólo da para comprar alimentos para una semana, a menudo pagado con retraso y que no llega siquiera para comprar vestidos o muebles…

…consiga hacer que un niño o una niña…que ha caminado de 5 a 10 kilómetros para llegar a la escuela, después de haber pasado la noche durmiendo sobre una estera raída, dentro de una cabaña llena de grietas por donde entra ruidoso el frío, sin haber comido mucho, y después de haber tenido que hacer varias faenas del hogar…aprenda a leer, escribir y contar…a la sombra de un árbol, sentado en el suelo, en grupos de 70 niños, sin tiza o medios didácticos, sin libros ni cuadernos, sin bolígrafos ni lápices.

Será magia, para los esotéricos; un milagro, para los religiosos. Heroísmo, para el pueblo y para todo niño que, partiendo de esa nada, adquiera conocimientos y desarrolle habilidades.

Éstos son los héroes anónimos de cada nación. No son héroes de guerra. Sus armas únicas con un tremendo amor por los niños y una voluntad de contribuir para que el mundo sea mejor.

Son los héroes de la paz.

Pero no es el único ejemplo: en el campo de refugiados de Jenin, Palestina, cuando tenían la ciudad sitiada por los tanques los Maestros (con mayúsculas) continuaban con la educación en los colegios, centros de refugio y de abrigo, en todos los sentidos.

No es, el aula, Sócrates enseñaba en un jardín mientras caminaba, Aristóteles enseñaba a Alejandro el Grande entre ejercicios bélicos y batallas, cuando Alejandro conquistó a Atenas, Aristóteles se trasladó a ella, y empezó a enseñar en una escuela que se llamó el Liceo, porque estaba cerca del santuario de Apolo Liceo. Daba sus clases paseando bajo los pórticos que había hecho construir y, por esto, apodaron a él y a sus discípulos con el nombre de peripatéticos, que en griego significa paseantes, nombre con que se recuerda, aún hoy, su filosofía.

En Darfur, Sudán Occidental, Africa, unos dibujos creados por los niños de una escuela sobre su forma de ver el drama intertribal, fueron acogidos por la Corte Penal Internacional como prueba en los juicios contra el horror que vivían estos menores y sus Maestros.

Parece que a nuestros sindicalizados maestros les, pasa lo que a aquel hombre que consiguió un pedazo de “tiza mágica”, y cuya historia narro a continuación; con éste relato, concluyo esta primera entrega:

LA TIZA MÁGICA

El poder para ser poder invoca al miedo. El egoísmo para ser uno en carne humana habla de la necesidad de uno solo. Y así cada cosa de la vida aunque no es lógica se conduce por un retorcido y pequeño hilo.

Pero no todos persiguen el orden del miedo ni los intereses de uno solo. Hay quien tiene el poder de obrar magia. Así como la mar llama a los ríos, quien tiene magia en sus entrañas invoca los seres y sortilegios que hacen que la vida, a pesar de todo, siga.

Sucedió no hace mucho, en el barrio periférico de Gama Leste, en Brasilia. Al caer la tarde se llenaba aquel lugar de niños bulliciosos que vivían en la calle. Ellos y ellas sabían bien qué significaba el poder del miedo. Del miedo hecho policía o escuadrón de la muerte, que para el caso es lo mismo. También conocían qué significaba el egoísmo. Lo contemplaban a diario y lo sufrían en su corazón y en su estómago.

Cayó la noche y las estrellas descendieron. Sus ojos eran estrellas incandescentes, esperando que alguien, quien fuese, les dijera “venid, esto no es más que una pesadilla”. Y les ofreciera un mundo un poquito mejor.

Me senté al borde de la acera. Ellos estaban cerca de mí y me miraban con curiosidad. Un cachorrito de perro nos observaba a una distancia prudente mientras se rascaba las pulgas. Miré al perro, le silbé para que viniera a mí. Pero por más que lo llamaba no había manera. Uno de los niños se sentó a mi lado.

-¿Quieres que haga magia?- de inmediato contesté que sí. Sacó de uno de sus raídos bolsillos un pañuelo. Lo abrió y apareció una pequeña piedra de cal. –Es una piedra mágica. Sólo tienes que saber dibujar-.

Dibujó un hueso en el suelo y silbó al perro. Para mi asombro, el cachorro movió la cola y vino hacia nosotros.

-Para hacer magia se necesita saber qué es lo que necesitan los otros. Si se lo das o les ayudas a conseguirlo, la magia aparece-. Sonrió y siguió jugando con sus compañeros.

Me acerqué al chico de la tiza y le dije:

-Te compro un trozo de tiza mágica-. Partió un pequeño pedacito y me lo dio.

-La magia no se vende- me contestó- la magia existe y se da. Sólo hay que saber dibujar.

Desde entonces busco dibujantes que pinten un mundo nuevo. Yo lo intento todas las noches pero no sucede, el mundo no se transforma. He descubierto cuál es la causa. Desde luego no es que la tiza no sea mágica, es que yo soy un mal dibujante. (J.V. Barcia Magaz)

Ese es el problema de nuestros maestros: son malos dibujantes, no saben hacer magia con la tiza que tienen entre sus dedos todos los días.

(CONTINUARA)

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