Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *¿Qué esperaban?

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La noticia caló hondo en los muy pocos diputados del Partido Acción Nacional que tenemos –porque la ley se los permite, y no porque hayan tenido votos- en el congreso local; los diputados plurinominales, los cuales siempre hemos pensado que no tienen nada qué hacer en un congreso donde se deben reunir los representantes populares y no los “primos” y “amigos” de los dirigentes en turno.
Los “pluris”, según algunos, son figuras que se crearon para que las minorías tengan voz en los congresos, sin embargo, choca esta mentalidad con la esencia de una Cámara Baja, porque se supone que un diputado representa al pueblo, y sabemos que éstos –los plurinominales- no representan más que a uno o dos amigos poderosos de cada partido. Aplica para todos, eso no tiene duda.
Y luego, miembros de la llamada “bancada” panista, con su alarde de prepotencia y bajo oficio político, azuzaron a los demás integrantes de la actual legislatura, llevando inclusive cámaras para filmar, en franca violación a la ley, los votos que eligieron al doctor Felipe Garza Narváez como presidente del mes de noviembre y encargado de contestar el quinto informe del gobernador Eugenio Hernández Flores.
¿Qué esperaban los señores del PAN?
Seguramente que se dejara la responsabilidad de dirigir en el diputado que más faltas tiene, es decir, que no ha entendido su responsabilidad como tal, que además, no llegó por el voto popular, luego de haber sido alcalde de Reynosa donde sus desaciertos y actos deshonestos están de manifiesto, siendo que tiene cuentas pendientes que por razones que no conocemos no se han llevado a las instancias legales correspondientes para ubicarlo donde merece y pertenece.
El diputado Francisco Javier García Cabeza de Vaca pensó seguramente que como premio a su deshonestidad manifiesta, a sus desplantes y falta de ubicación personal y política sería premiado con la presidencia del Congreso para noviembre.
Créame, si yo fuera diputado, a esos faltistas y alborotadores los pondría en otro lugar que no fuera el máximo órgano de representación ciudadana.
En la sesión de este miércoles, el pleno eligió a Felipe Garza Narváez como presidente de noviembre, y fue en una decisión mayoritaria que siempre calará en los que representan los menos votos, en este caso, los miembros de Acción Nacional que se empeñan en que se les reconozca una posición que no tienen y que perdieron en las urnas.
De Felipe Garza Narváez podemos decir que es un político con experiencia: tres veces diputado por mayoría de votos, es decir, no por compadrazgos como muchos. Obtuvo 24 votos contra 8 del señor Cabeza de Vaca, quien obviamente, volvió a presentar el lado “puberto” de quien no sabe acatar una decisión mayoritaria.
El hombre no tiene la menor idea de lo que es la política; ya se sirvió tres años, ahora ha tenido casi dos años de impunidad avalada por un fuero mal entendido, y no contento con eso, quiere ser presidente del Congreso.
Esperemos que los nuestros se comporten no como los del Congreso de la Unión, y den muestras de civilidad política, y que sepan acatar lo que la mayoría dispone.
Como suele suceder en estos casos, miembros de Acción Nacional violaron la ley al grabar la emisión “secreta” del voto: filmaron cuando cada legislador estampaba su simpatía, cuando le llevaron a la ánfora correspondiente y demás, y dentro del espectáculo ofrecido este día, la diputada Leonor Sarre, quien pensábamos que ya había superado los afanes protagónicos de su partido y tendría la madurez que dan los años, todavía defendió a su correligionario reynosense, cuando, insistimos, es quien ha faltado un mayor número de veces.
Es una verdadera lástima que no haya castigo de ninguna índole para quien en forma irresponsable incumple con su función como diputado, y aplica al de Reynosa, porque eso únicamente ha demostrado, aparte de ser excelente en estrategias de difamación y demás.
Claro, entendemos a la diputada Sarre, quien finalmente debió tomar partido por su gente, sin embargo, ¿Dónde está la responsabilidad del diputado?
O sea, si está mal, pero es de mi partido, hay que apoyarlo. Grave, muy grave, por eso la gente no cree en los llamados equivocadamente “representantes populares”.
El generalizado rechazo para quien quería imponerse en la decisión de dirigir el Congreso local en noviembre ha provocado una serie de declaraciones de gente afín a esa ideología partidista, quienes no cesan ahora de atacar al PRI, partido que en la entidad tiene la mayoría por decisión de la gente, y que suponemos que debe asumir su responsabilidad como tal.
Eso y más tenemos en cada sesión; recordamos al viejo amigo Raúl Terrazas, cuando en una ocasión le reclamamos que haya llevado a su pequeño hijo al Congreso: “¿Por qué lo traes aquí, donde no hay claridad?”, se le dijo, a lo que, ingenioso respondió: “Mi hijo me pidió que lo llevara al circo, y pensé que éste era el mejor lugar”.
Mucho tiempo ha pasado ya, pero el concepto sigue igual.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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