Interiores/CARLOS LÓPEZ ARRIAGA *¿Vas o no vas?…

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Cd. Victoria, Tam.- Ha sido tres veces legislador local de distrito, lo cual representa, por lo menos, un record interesante, más allá de empatías, simpatías y antipatías.
Unas décadas atrás, apenas empezaba su treintena el médico FELIPE GARZA NARVÁEZ cuando fue titular de Comunicación Social durante el gobierno del doctor MARTINEZ MANATOU.
De entonces para acá, ha ocupado también el liderazgo de la CNOP, la cartera de capacitación tricolor, la responsabilidad de prensa y luego la dirigencia estatal del mismo partido.
En el inter, su estrella ha figurado como delegado natural de su partido en cuanta elección regional ha despuntado en el último cuarto de siglo.
Ello, en competencias federales o estatales, por municipio o distrito, en la mayoría de los casos con buena suerte. Ya fue también secretario particular del gobernador EUGENIO HERNANDEZ.
Dentista de profesión, su envidiable currícula de cargos y encargos, comisiones y responsabilidades, puestos y misiones oficiales, refleja sin embargo una paradoja inevitable.
Una contradicción tan difícil de entender que acaso sólo el directamente involucrado pueda explicarla.
El hombre acumula de manera copiosa méritos y galones muy menores al reconocimiento social del que es sujeto. Asunto que acaso deba (o debiera) preocuparle.
Su salida más fácil sería asumirse como víctima del recelo, la mezquindad o la envidia de quienes no perdonan el éxito. Pero sea cual sea la interpretación, el hecho objetivo está ahí.
La gente no se la cree cuando repite a “sotto voce” que posee los méritos para aspirar a la nominación del PRI para la gubernatura de Tamaulipas.
Ello, a contracorriente de la creencia generalizada que ya elaboró desde hace bastante tiempo una lista de probables (prospectos reales, no sólo aspirantes) a dicho cargo y cuyo común denominador sería el pertenecer a una generación dos o tres años más joven que el gobernador en turno.
Condición que no ha cumplido FELIPE, ni ahora con EUGENIO HERNANDEZ ni antes con YARRINGTON.
En su defensa esgrime su trayectoria, pero en su pesar aflora la desconfianza ciudadana, esa reacción espontánea de la opinión pública regional que se expresa, de la manera más sintética posible, en una sonrisa cáustica.
-“¿Por qué?”, le pregunta la gente.
-“¿Por qué no?”, responde FELIPE con seguridad que huele a reclamo.
De una reciente gira de trabajo por Veracruz, se rescata cierto diálogo, que el personaje ni acepta ni niega, aferrado en identificar antes la fuente…
Según la especie, alguien de por aquellas tierras le interrogó de sopetón…
-“¿Y que se dice en Tamaulipas sobre el sucesor de EUGENIO?”
-“Aquí lo tienes enfrente”, habría respondido el interfecto, cimentado, antes que nada, en la solidez pétrea de su sonrisa.
¿Verdad o leyenda urbana?… En Tampico, cierto empresario televisivo de apellido tigreño le habría sugerido la posibilidad de un convenio para dar sustento formal a la promoción de su precandidatura.
Palabras más, adjetivos menos, el susodicho habría respondido que sus actividades cotidianas poseían tal potencial de impacto informativo, que no necesitaba desembolsar dinero alguno en la promoción de su imagen, tan noticiosa como la del gobernador.
A estas alturas del relato, quizás sea hora de advertir a sus malquerientes que el médico GARZA está muy lejos de ser ingenuo. Iluso nunca haya sido.
Precisamente, porque conoce al dedillo las reglas del juego, sabe bien que en el carro de los triunfadores caben también los adversarios leales que legitiman toda victoria.
Fue la función de TOÑO SANCHEZ GOCHICOA ante TOMAS YARRINGTON en 1998. Fue el papel de HUMBERTO ROQUE contra PANCHO LABASTIDA en 1999.
Y fue también la función que vino a cumplir BALTAZAR HINOJOSA frente a GEÑO en 2004.
La mala suerte de FELIPE estriba en que, a fuerza de ver pasar epopeyas electorales que luego devienen en comedias, nuestra gente ha desarrollado cierta dosis de escepticismo.
Distancia crítica acaso no muy documentada pero lo suficientemente sincera como para cimentar un hondo sarcasmo.
Hoy abundan quienes dicen que el doctor GARZA “le tira al diez” para buscar un siete (o seis) el justo dividendo a la conformidad, premio de consolación, recompensa al perdedor disciplinado, todo al amparo de la operación cicatriz.
Y esto comprende asuntos como la alcaldía o algún cargo de mediano para arriba en el gabinete. A estas alturas, lo que caiga es bueno.
Desde luego, él lo niega. Espera los tiempos, dice. Ni antes ni después, como aconsejaba don FIDEL VELAZQUEZ.
Que pase el informe, que se acomoden las calabazas, que despunte el alba y los astros se coloquen en la posición idónea para aguardar su veredicto.
En tanto, con la más elocuente de las discreciones, el caballero se mueve, se placea por distintos escenarios del estado, palmeando espaldas, abrazando amigos, conocidos y por conocer.
-“Llevo 30 años placeándome”, dice en su defensa, en distintas encomiendas, recorriendo comarcas donde saben de él, lo reconocen y saludan.
Es FELIPE, el caballo negro que de un día para otro se metió por la puerta trasera al hándicap por la gubernatura, diputado y líder del congreso local.
La voz que responderá al quinto informe gubernamental, evento histórico que coincide venturosamente con el cambio de sede legislativa, rumbo al corpulento inmueble del parque bicentenario.
Es FELIPE, genio y figura…

BUZON: [email protected]
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