Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Inicia la sucesión

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Ha comenzado en Tamaulipas a correr el llamado “reloj político”, y muchos, pero muchos, han iniciado la larga carrera que les lleve, en primera instancia, a la postulación como candidatos a la gubernatura, para luego, culminar con el triunfo en julio próximo y convertirse así en titular del Poder Ejecutivo por seis largos y fructíferos años.
Los partidos han iniciado su lucha: algunos con pocas expectativas, pero otros, sin lugar a dudas, con una gran esperanza por llegar y convertirse en la fuerza dominante en una entidad priísta por excelencia.
Ha comenzado a circular una enorme lista de prospectos, entre los que se menciona a quienes realmente tienen, según la opinión pública, oportunidad de ser nominados, así como aquellos que mediante una cena o café solicitan a uno que otro politólogo y columnista les incluya en estas listas de suspirantes, a fin de que se acuerden que existen. Pocas posibilidades tienen, sinceramente.
Siempre en estas listas se cuelan nombres de quienes han querido llegar pero no tienen el capital político necesario para hacerlo, y entre éstos, de los principales partidos se menciona a algunos eternos aspirantes.
De esta forma, recordamos, por ejemplo, que durante muchos años el Partido Acción Nacional nominaba a los mismos y a la hora buena elegían a los que les marcaban del centro del país.
En el caso del Partido Revolucionario Institucional, se dice de los que todos consideramos, en base a su trabajo político de los últimos años, que pueden llegar sin problemas: Rodolfo Torre Cantú, Manuel Muñoz Cano, José Manuel Assad Montelongo, Oscar Luebbert Gutiérrez, Ramón Garza Barrios y pare de contar.
Otros quieren llegar, pero, insistimos, no hay la suficiente fuerza política como para lograrlo. Es justo reconocer que algunos que tienen capacidad y talento están preparados para ser técnicos, no políticos, es decir, son los operativos especiales e idóneos, pero su carisma no es suficiente como para lograr ganar una elección que se antoja complicada y competida gracias al yerro mayúsculo que se ha cometido por todos los partidos y que se refiere a la miscelánea fiscal, a la ley de ingresos donde nos han dejado caer como loza de concreto los incrementos tributarios que ocasionaron molestia nacional.
En este sentido, el día de ayer vimos listas enormes que bueno, tienen un poco de lógica pero también mucho de incongruencia a grado tal que postulan en el caso del Partido de la Revolución Democrática a la señorita Chavira, aquella ciudadana fronteriza que, por afán de su hermano fue convertida en diputada local y se ha convertido en la parte jocosa del Congreso local, propiciando una serie de escándalos típicos de cualquier personaje lopezobradorista o noroñista, buscando notoriedad en base a insultos y difamaciones en lugar de un interesante o lógico trabajo legislativo.
Esos son muchos de los nombres que han colado a las listas para que sean motivo de comentario en los cafés de la localidad y puntos de reunión de grillos, politólogos y uno que otro columnista.
Nada hay escrito, porque faltan los procesos que cada partido instrumente para seleccionar a su candidato. Se antoja una buena contienda, aunque, a decir verdad, no pensamos que haya dificultad para que vuelva a ganar el PRI en Tamaulipas, gracias, en parte, al trabajo que se ha realizado en los últimos cinco años y que ha dirigido Eugenio Hernández Flores, y también gracias a los múltiples errores cometidos por una supuesta y virtual oposición que a decir verdad, no existe en la entidad.
Lo cierto es que ya ha iniciado la sucesión gubernamental y, como suele suceder en estos casos, ya habrá quienes se irán a la cargada con los presuntos candidatos, dejando a un lado a quien les ha cobijado durante un lustro. La parte ingrata de la política hará su aparición en todos los puntos de la geografía tamaulipeca.
Lo cierto es que, en víspera de comenzar el proceso sucesorio, el gobernador Hernández Flores debe sentirse orgulloso de dos aspectos fundamentales: ha sabido conducir a la entidad dentro de etapas de crisis y ha llegado a buen puerto, propiciando fuentes de empleo y desarrollo principalmente, y por otra parte, ha logrado formar verdaderos cuadros políticos que pueden ser la diferencia entre ganar y no hacerlo.
Hay ejemplos de gente capaz, que no se dedica a la grilla sino a trabajar: los nombres de Manuel Muñoz Cano, Rodolfo Torre Cantú, José Manuel Assad, entre muchos otros, le dan una gran confianza al PRI en aras de buscar al hombre indicado para suceder a Geño Hernández Flores.
Las autoridades electorales preparan todo lo necesario, con la idea de que sea, como siempre, un proceso ejemplar, ciudadanizado, donde la elección del pueblo sea totalmente respectad. Esperamos que así suceda.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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