Celebra misa Diócesis de N. Laredo en honor de 66 migrantes fallecidos

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– Colocan cruces en malla cercana al río Bravo.

Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA

Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Teniendo como fondo el río Bravo, migrantes de varios países centroamericanos colocaron en la malla que impide el acceso a sus riberas, 66 cruces de madera que simbolizan la muerte del mismo número de migrantes este año, en su intento por cruzar a Estados Unidos desde Nuevo Laredo.

Una a una fueron colocadas las cruces de madera con vista a Laredo, Texas, algunas con el nombre de los migrantes fallecidos, otras con la leyenda ‘desconocido’.

Se colocaron luego de una ceremonia religiosa presidida por el obispo de la Diócesis, Gustavo Rodríguez Vega, y por el director de la Casa del Migrante, Francisco Pellizari, en la que fue su última presentación al frente del albergue.

A las 17 horas fue la cita a la que asistieron de manera puntual los migrantes procedentes de algunos lugares de México, Honduras, Guatemala y El Salvador, para participar en la misa que la Diócesis haría en su honor, y en memoria de los más de 600 migrantes que desde 1994 han perdido la vida en esta frontera.

Una mochila, un par de huaraches, las banderas de los países, la virgen de Guadalupe y pan y vino simbolizando el cuerpo y la sangre de Cristo, marcaron el inicio de esta singular misa.

“Esta es una celebración eucarística para recordar los 66 migrantes que perdieron la vida en esta frontera durante el año, y se hace de manera conjunta con todas las casas el migrante que hay en la frontera norte y la frontera sur de México”, explicó el religioso.

El sencillo homenaje se llevó a cabo a los pies de una plazoleta edificada en memoria de los migrantes, y que está a unos 200 metros del río Bravo, justo en una de las áreas utilizadas para su cruce.

Allí, el obispo recordó que a lo largo de toda la frontera norte ya perdieron la vida en los últimos 15 años, cerca de 5 mil 600 migrantes, pero dijo también que muchos han sido víctimas de abusos, de violaciones a sus derechos humanos, de secuestros e incluso de asesinatos.

Mientras el jerarca ofrecía la homilía, los migrantes se aferraban a las banderas de sus países, como recordando a las familias que desde hace semanas, tal vez meses, dejaron atrás y a las que algunos de ellos nunca volverán a ver.

“Recordemos que todos somos migrantes, y pidamos perdón por el racismo que está en nuestras mentes, perdón por quedarnos quietos ante los migrantes que perdieron la vida y porque buscan una vida más digna”, dijo el obispo.

Después de la misa, los migrantes marcharon al área ubicada entre los dos puentes internacionales, en cuya malla colocaron las cruces que fueron bendecidas por los sacerdotes, y esperar el recuento del próximo año.

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