No entiendo mucho de ecuaciones econométricas, ni mucho menos de proyecciones cuánticas o de observaciones astronómicas, pero lo que sí entiendo es que día tras día mi salario, al igual que el de millones de mexicanos, merma en relación inversa al incremento que en el mismo tiempo sufre el precio de los alimentos, los servicios básicos y todo tipo de productos suntuarios.
Pero tampoco entiendo como es que el presidente Felipe Calderón haya dicho con tanto desparpajo, que México ya entró en un proceso de franca recuperación económica, y que los efectos de la crisis ya pasaron (¿?), cuando en el país existe una pandemia peor a la de la influenza, cuyos estragos son tal vez más mortíferos y peligrosos que la misma enfermedad, y que es la incertidumbre de no tener algo para comer mañana, porque no se cuenta con un trabajo.
Tampoco cabe en mi sentido común, el que funcionarios de alto nivel como el mismo presidente Calderón, el secretario de Hacienda y otros funcionarios que tal vez nunca han padecido hambre ni la miseria de haber vivido en un barrio marginal, digan que la crisis termina, cuando ellos mismos han anunciado el incremento criminal a los impuestos, los que de seguro llevarán a muchos al suicidio económico para el próximo año.
Una crisis económica termina cuando la inflación se detiene como consecuencia de la estabilidad entre la oferta y la demanda, cuando existe suficientes y bien remunerados empleos, cuando con un salario se pueden satisfacer las necesidades más apremiantes en una familia, y cuando los niveles de inseguridad bajen y no vayan asociados a factores económicos.
Por eso es que cuando me enteré que el gobernador Eugenio Hernández Flores no estaba del todo en acuerdo con la apreciación de Felipe Calderón, me dio gusto, pero más al saber que el mandatario estatal reconoce que hay signos de recuperación, pero no el final de la crisis, la que al menos en Tamaulipas aún existe, según reconoce el mismo gobernador. Pero bueno, aunque no se trata solo de apreciaciones ni de puntos de vista divergentes, la realidad pondrá en su sitio el próximo año a quien mienta.
Una declaración que me sorprendió mucho fue la que hizo el alcalde de San Pedro, Nuevo León, cuando con sus palabras dijo al gobierno federal que es ineficiente su trabajo en la lucha contra la inseguridad, al menos en ese estado.
El edil fue claro y duro, tanto que molestó a los funcionarios responsables de brindar seguridad a la sociedad y que hasta el momento, lo único que han logrado es un sentido de frustración social y de repudio a los fracasados intentos por poner orden en un país que se va al caos.
Sin embargo, tampoco estoy de acuerdo en ‘sacar la casta’ al estilo en que lo dijo el edil, ya que ello traería consecuencias no predecibles en el campo político y social. Pero si sacar la casta la entiendo como ser más propositivos al momento de actuar, creo que sería de mayor provecho hacerlo de esa manera y no combatir al delincuencia con guardias blancas, tal y como se había acostumbrado en la década de los años 70.
Algo que también me sorprendió fue la declaración que ayer hizo en conferencia de prensa, el jefe de la jurisdicción sanitaria, Jaime Gutiérrez, de que en una semana los casos de influenza habían aumentado en casi 100%, ya que apenas la semana pasada había dicho que eran 129 caos, y para hoy sumaron 229.
¿Qué es lo que ocurre? , ¿Por qué tan atroz incremento? Es imposible que tantos casos e hayan presentado en tan poco tiempo, y más cuando por voz del mismos funcionario, cada semana el incremento es de entre 8 y 10 casos. Por lo que presumo que algo raro ocurre en torno al asunto de la influenza, ya que si se ocultan datos o se trata de engañar a la población, se estará atentando contra la salud pública, ya que no hubo explicación clara al respecto.
Ayer hubo sesión de cabildo, y como siempre ocurre, ésta comenzó con más de 60 minuto de retrazo, por lo que me tuve que retirar, muy a pesar de que se tuvo que haber informado sobre la ley de ingresos para el próximo año.
Me di cuenta antes de retirarme del recinto, que el cuerpo de regidores que se presentaron, platicaron y se saludaron con tanto entusiasmo, que nos hizo pensar a más de un comunicador, que desde hace varias semana no se han visto, Y es cierto, porque la mayoría de los 21 regidores nunca se presentan a sus labores, por lo que pienso que es natural el que se saluden de esa manera tan efusiva, puesto que casi nunca se ven porque nunca van a trabajar. Vergüenza deberían tener.
Por cierto, un funcionario me dijo, sin que me conste, que el regidor por el PRD, Jorge Valdez Vargas, no asistió la sesión de cabildo de ayer, porque el angelito se había dado un descanso y que se fue a pasear a Nueva York. Y pues como no, si su altísimo salario le permite ese y otros lujos, amén de no acudir a las sesiones de cabildo. Por favor, cuando menos preséntese, pase lista y váyase.
Por cierto que Valdez Vargas ahora que es presidente de la comisión de Obras Públicas, ya no hace tanto alarde de las obras que antes criticaba mucho porque les encontraba fallas por todos lados, y era tanto su encono por las supuestas fallas, que solicitó dicha comisión, y curiosamente ahora ya no la critica ni tampoco ha detectado fallas. ¿Qué les habrá dicho a los constructores y contratistas para que ya no detecte tantas anomalías que había cuando era presidente de la comisión de ecología?
Que siempre no viene el lunes el secretario de salud federal, José Ángel Córdoba Villalobos, quien canceló de último momento su visita al consulado de México en Laredo, Texas. Debo suponer que fueron causas de fuerza mayor, porque de otro modo debemos entender que se trata de una irresponsabilidad de este funcionario, y de una grosería al cuerpo diplomático de nuestro país, ya que en el consulado tuvieron que cambiar de nueva cuenta los preparativos.
Hasta mañana