Niños quemados: dolorosa realidad

0

– Fundación Michu y Mau atiende a 48 quemados
– Los niños de 0 a cinco años el grupo de más riesgo

Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA

Victoria, Tamaulipas.- El siete de octubre de 2007, sábado para ser precisos, es un día terriblemente inolvidable para la familia Torres Cruz. Renata, la madre de Juanito recuerda como si fuera ayer hasta la hora en que les cambio la vida:

“Eran las ocho de la mañana, mi hijo apenas se acababa de levantar y como no había escuela estaba a mi lado viendo cómo quemaba el montón de basura de la semana; suena en teléfono y por correr a contestarlo dejo la caja de cerillos y un bote con gasolina en el patio, mi niño ve que la lumbre se empieza a apagar, toma la gasolina y el chorro agarra la llama y las llamas lo envuelven a él, todo en cuestión de segundos y como en una película de terror, cubro como loca la distancia que separa la sala de mi casa del patio, con mis manos trataba de apagarle el fuego, la ropa se le pegaba y sus gritos se confundían con los míos, con los de sus hermanos, con los de los vecinos que llamaban a la ambulancia. De ahí al hospital, del hospital a Monterrey y la vida de mi niño en un hilo, solo Dios sabe la culpa, los reproches al verlo todo desfigurado por el fuego, solo porque tenía que estar al pie de su cama no me volví loca.

De acuerdo al relato de Renata, lo vivido por Juanito les cambio la vida; ese instante fue suficiente para comprobar que el hubiera no existe y un descuido se paga toda la vida.

En ello coincide la presidenta de la delegación Tamaulipas de la Fundación Michou y Mau para niños quemados, Elsa Hernández Flores quien puntualiza que historias como la anterior solo son un reflejo de la dolorosa realidad que viven 24 niños y sus familias, así como un número igual de adultos:

-Además de que en los casi tres años van ya 120 casos de niños y adultos quemados, quienes se han acercado a la asociación en busca de ayuda, pues tragedias de este tipo afectan por lo general a los sectores sociales más vulnerables, incluso por lo que nos toca vivir , podemos afirmar que este es un mal de la pobreza, esto se refleja en las cifras en donde el 36 por ciento de los casos son provocados por el fuego directo, ya que hay comunidades en que la gente cocina con leña, por no tener estufa y si a esto le agregamos que nos falta mucha prevención, hay niños que caen en el fuego, otros que jalan la sopa caliente, el agua hirviendo.

Hernández Flores puntualiza que los descuidos domésticos que tienen lugar en la cocina han sido la causa de la mayoría de los casos de menores quemados:

-De los casos que tenemos registrados el 45% se han quemado con agua hirviendo, y es que hasta la elaboración de una sopa marucha puede propiciar que un pequeño quede mortalmente quemado, eso lo hemos visto y aunque nos duela decirlo, aquí los responsables son plenamente identificados: los propios padres, que ya son quienes tienen en sus manos la protección de sus hijos.

En este contexto los especialistas no dudan en precisar que las quemaduras en la población infantil constituyen un serio problema. Aparte del riesgo de morir que tiene el niño quemado que el del adulto, estas lesiones pueden dejar severas secuelas, funcionales y estéticas que causarán desajustes psíquicos, sociales y laborales serios durante toda la vida.

Desde el punto de vista de salud pública, el tratamiento de estas lesiones consume una gran cantidad de recursos durante tiempos que suelen ser prolongados, como se observa con la prevención y manejo de las infecciones luego de la quemadura, así como también en la preparación de la zona injuriada para el injerto, y finalmente, en la cirugía reparadora de secuelas.

Pero tal vez lo más importante, es que se trata de un problema en el cual la prevención juega un rol fundamental.

“En eso debemos de trabajar todos, porque en cada testimonio que tenemos nos queda claro que un niño quemado no solo se le quema el cuerpo sino el alma, son terribles los daños emocionales tanto para él como para la familia, por eso uno de los puntos en que nos enfocamos es en la campaña de cómo prevenir una desgracia de este tipo, como parte de esto se han llevado mensajes preventivos a por lo menos el 70% de los centros de educación preescolar”.

Explica que en cada una de las acciones cuentan con el apoyo solidario de la Fundación Michou y Mau, buscando además el respaldo institucional y de la sociedad civil:

-Quienes vivimos de cerca la situación sabemos que todos y cada uno de nosotros podemos hacer algo, ya que son tantas las necesidades pues la atención de un niño o una persona quemada representa un costo altísimo, por ejemplo esta por llegar espensores los cuales con un costo de 50 mil pesos, igual están 35 trajes de presoterapia, pero todo ello ni impide que ninguna persona se quede sin atención, lo que es nuestro objetivo, pues una vez que nos llegan los casos, todos los gastos corren por nuestra cuenta, incluso se ha hecho un rastreo de quienes en años anteriores han sufrido quemaduras para darles las atenciones clínicas que requieren para mejorar su condición de vida.

Opina que aun cuando se han dado avances en la cultura de prevención, falta mucho por hacer y en este contexto, hay medidas que pueden evitar que un niño sufra las consecuencias de los descuidos de los adultos.

MEDIDAS AL ALCANCE DE LA MANO

-No tenga a los niños en la cocina al momento de guisar
-Coloque los mangos de sartenes, ollas o cazuelas hacia adentro
-Desconectar los aparatos eléctricos que no están en uso
-Guardar los productos flamables fuera de la cocina
-Nunca deje cerillos, encendedores o objetos que puedan producir fuego al alcance de los niños.

Pies de fotos
Elsa Hernández Flores, presidenta de la Fundación Michou y Mau Delegación Tamaulipas
Niños quemados por descuido de los padres
La prevención; es la única arma contra este tipo de accidentes

(Visited 1 times, 1 visits today)