Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Los ingenieros

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Ya construyeron un paquete fiscal que no fue aprobado por el Senado y tuvo que ser remitido de nuevo para sus adecuaciones; también, hay que decirlo, ya han autorizado mejores salarios… para cada uno de los 500 integrantes de la cámara, y ahora, la mejore de todas las puntadas: un doble puente, para holgazanear, perdón, descansar, los días 16 y 20 de noviembre con un mismo motivo: la Revolución Mexicana.

Decían que el 16 era el que se tomaba como “cambalache” para descansar, en una ley que suple los días obligatorios por los que están pegados a fin de semana, con objeto –muy lógico- de evitar los puentes y la deserción laboral y escolar en estas fechas, porque tiene efectos nocivos en la calendarización y el desarrollo.

Sin embargo, pensamos que si el día 20 era viernes, no había una razón de peso para cambiar el asueto. Los diputados federales decidieron entonces descansar el 16 que es “por ley”, y el día 20 también, para que pudiéramos todos ir al desfile, ya sea como parte de un contingente deportivo, o como espectadores.

Algo insólito en el mundo: dos días festivos para una sola fecha.

Y luego dicen que no tenemos unos diputados únicos en el mundo.

Pero no crea que son los únicos, porque en uno que otro congreso local también se dan decisiones bastante incongruentes.

Hacemos la aclaración de que por incongruente consideramos algo que está fuera de toda lógica, sin congruencia, pues, y nada tiene que ver con el que no comulguemos con la idea que se sustenta como válida. En una nación democrática todas las voces tienen valor, y pueden estar totalmente en contra de lo que hemos dicho, pero como dijo Voltaire hace mucho: es menester defender con lo que sea el derecho a expresarse.

No chocan las ideas, lo que choca a veces es el grupo o persona, que quede claro.

Pues bien, llegó la propuesta, como todos sabemos, al Senado, y ahí los otros representantes presumiblemente populares decidieron dar marcha atrás a la propuesta del Congreso y sus 500 diputados, flamantes asalariados de lujo, y se quedó como día de descanso este lunes.

No tenemos idea de cómo hará la gente para llevar a cabo los festejos de la Revolución, ya que, con descanso o sin él, hay fiestas que se tienen que conmemorar, y ésta es una de ellas, sin lugar a dudas.

Este fin de semana tuvieron también los diputados unos días y horas bastante activos, “ajetreados” dijeran otros, y es que había que terminar lo relacionado con el paquete fiscal. Recordemos que son dos cosas muy distintas que van unidas la ley de ingresos y la de egresos, es decir, el ordenamiento legal que marca el proceso para allegarse recursos, así como también para gastarlos, y ahí, los diputados tamaulipecos tienen una participación interesante, porque han seguido muy de cerca la gestión del gobernador Eugenio Hernández Flores para que haya dinero de la Federación en Tamaulipas, convertido en obras y muchas otras cosas más.

Pero nos salimos un poco el tema: hablábamos de los “ingenieros” de la política porque no solamente construyen puentes y los avalan, sino porque igual construyen una ley que pudiera no ser popular, votan contra el deseo de la mayoría que representan o simplemente, no van a trabajar, sin que nadie les descuente un centavo siquiera por la holganza con que se conducen algunos, y un claro ejemplo lo tenemos en el Congreso de Tamaulipas, donde un aspirante a gobernador por Acción Nacional subestima su labor como diputado –que no como representante popular- y falta cuantas veces lo desea.

Aclaramos que es diputado local y no representante popular porque llegó, como otros tantos, de “rebote” a un Congreso que tiene la figura del diputado plurinominal, y que no es más que un tipo que tiene amigos en el poder y lo ubican en buenos puestos dentro de la lista correspondiente, y cuando hay elecciones, se reparten los 200 lugares entre todos los partidos.

¡Qué bueno que los senadores tuvieron congruencia! Qué bueno que decidieron que hubiera clases y trabajo el viernes próximo, y ahora, nos pronunciamos porque, con ese vigor y fuerte defensa de los intereses de la Nación y de nosotros, los gobernados, nos permitan tener un gobierno del cual podamos sentirnos orgullosos, porque el hecho de que los pocos pensemos que nos están esquilmando nuestros impuestos quiere decir que no hay confianza en lo que se utiliza, y que la mayoría no pague, no es sano en ninguna administración ni Nación.

Mientras tanto, no se necesitan especialistas, ellos tienen la maestría para construir cuanto puente se pueda y en la medida que la gente se deje: total, son los que hacen la ley, y si algo no les gusta, lo cambiarán para no batallar, para no tener que trabajar tanto.

Esos son nuestros ingenieros populares.

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