Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Los “militantes”

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Es curioso ver la forma en que se desgastan algunos líderes de partidos políticos, buscando, obviamente, los reflectores, porque de plano nos dan a los ciudadanos la impresión de que no tienen nada en el bolsillo y no pueden proponer algo interesante.
Un caso, cuando los que dirigen el Partido Acción Nacional se quejan de la campaña de credencialización del Partido Revolucionario Institucional, diciendo que es ilegal la manera en que lo hacen, que no se vale y otros argumentos bastante arcaicos, sin fundamento.
Es una reacción cuando ven que alguien se les adelantó. Ricardo Gamundi Rosas, diputado local y dirigente del PRI es un individuo que tiene capacidad y un enorme colmillo político, y cuando algunos noveles llegan a pensar algo… él ya va de regreso. Eso sucede con Garza de Coss, quien realmente ha enseñado una buena voluntad para dirigir al albiazul en Tamaulipas, pero la falta de experiencia acaba por imponerse.
En el caso de las credenciales, se dio la queja que obviamente no prospera porque no tiene nada de malo que un instituto político trabaje como lo hacía antes el PAN, en tiempos en que estaba conformado por militantes que dejaban su camiseta sudada en pos de la causa.
Esos tiempos en que Leonor Sarre, Juan Guerrero y gente como Lesvia Garza procuraban convencer a la gente de las bondades de su partido. Esos momentos definitivamente se han ido y ahora han dado cabida a gente que solamente busca reflectores… y dinero mal habido.
Casos, tenemos muchos, de sobra conocidos, porque dice la sabiduría popular que hay dos cosas que no se pueden ocultar: el dinero, y lo pen…
En el caso del primero, resulta bastante obvio cuando una comunidad conoce a tal o cual persona y de repente ve que cambia autos, casa, forma de vida, colegio de los hijos y demás. Es obvio que hay más recurso que antes, y no hay que ser tan listo para saberlo, sino simplemente, lógico.
En el caso de los militantes, mucho se ha dicho que si un alcalde era de tal o cual partido y jugó con otro y ganó. Nosotros no entendemos esos pleitos.
Es como si usted tuviera una pareja, la que, luego de determinado tiempo, se va con otra persona, ¿pensaría usted que debe ir a terminar o a finiquitar relaciones para dar como válida la ruptura? Es obvio que ya no hay nada, y cuando uno se va de casa a vivir a otra, es porque ya no se considera de esa primera casa, así de claro.
Quieren debilitar la figura de un alcalde diciendo que fue panista y que ahora es priísta, cuando simplemente se ha dedicado a tratar de hacer su mejor esfuerzo, y la verdad, está fuera de toda lógica el hecho de que el presidente del PAN esté esperando a que el hoy alcalde vaya a sus oficinas a firmar la renuncia: es obvio que no quiere nada con ellos, y si es inteligente, lo va a captar.
Garza de Cos no puede obligar a nadie a estar ahí, o es como el caso del PRD, donde hay una diputada de apellido Chavira que debe algo así como 22 meses de cuotas, y todavía le piden que pague o la suspenden.
¿No se dieron cuenta que la mujer sorprendió la poca buena fe que pudiera tener el PRD?
La verdad, sentimos que ha sido un terrible abuso el que ha llevado a cabo la dama en cuestión, porque de todos es sabido que hay compromisos con los partidos, y en ese caso, se debe cumplir con lo que se compromete uno.
El caso de la señorita Chavira es penoso, porque quien les conoce a ella y su hermano saben o dicen que tienen una muy buena posición económica y social, por lo que no es congruente que, siendo gente de dinero, con un cargo que le da un excelente salario que nunca soñaron, no paguen lo que deben.
O de plano ¿Será tan grande la necesidad personal?
Esas son las cosas que no son congruentes con los postulados de cada instituto político, cuando exigen a algunos y a otros no, y se ponen, como decía la abuela, “paisajosos” con querer que la gente vaya y les renuncie, en tanto ellos hacen lo que quieren con cargos y demás representaciones.
Lo que pensamos, como ciudadanos, ya cansados de dimes y diretes, es que quienes ostentan cargos partidistas, cargos populares y cargos oficiales, deben entender que los ciudadanos merecemos el mínimo respeto de parte de ellos, y no se vale la incongruencia de sus actos.
Es tiempo que se pongan la pila, que hagan lo que les corresponde, que se sujeten a su función social.
Estamos cansados, la verdad, de este tipo de gente, que no ha entendido que la oportunidad de servir se debe aprovechar. Mucho podrían aprender de la gente que nos gobierna ahora y que aunque se diga lo contrario por algunas voces mal intencionadas, se ha preocupado por fomentar el empleo y la productividad, signos de que se combaten las carencias básicas.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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