Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- Marian Guadalupe del Real a sus 21 años esta viviendo la peor pesadilla que puede padecer una mujer; ya son 17 días de no ver a su pequeña Daniela, quien a los nueve meses de edad ha sido prácticamente secuestrada por su padre Jesús Daniel Hernández Hernández y su familia:
“Caro me esta haciendo pagar el hecho de no aguantar más la vida de martirio que me ha dado desde que salí embarazada, no solo he recibido golpes, sino humillaciones tanto de el, como de su familia, pero el no quedarme callada lo estoy pagando muy alto; pues por la fuerza se llevó a mi bebé, ya son 17 días sin ella, 17 días de andar para arriba y para abajo, buscando que alguien atienda mi demanda de justicia he ido al DIF, a la procuraduría, a la Policía Ministerial y sigo en las mismas, estoy a la buena de Dios por eso quiero hacer público mi ruego que no es otro que me devuelvan a mi niña, que es mi razón de vivir”.
Marian Guadalupe y su madre Maria Guadalupe Vargas, se declaran perdidas en los vericuentos de la justicia:
-Uno siempre ve como lejano andar en estas situaciones, porque yo me case enamorada e ilusionada de Daniel, pero del novio que fue, nada quedo cuando nos casamos y nos fuimos a vivir a la casa de sus padres en la Colonia Moderna, desde que salí embarazada el se convirtió en otra persona, violenta, nerviosa, bastaba una petición de mí parte para desatar sus gritos, sus insultos, y desde hace varios meses sus golpes, perdía el control hasta con escucharme hablar, y si a esto le agregamos que su familia siempre le dio la razón, mi vida era una pesadilla y rebelarme a los malo tratos lo estoy pagando, pues desde hace 17 días me arrebato a la niña y se la llevo a su mamá.
De entonces a la fecha ya con el miedo perdido y la esperanza de encontrar justicia a su situación, Marian respaldada por su madre quien ha llegado de Matamoros, clama por justicia:
-Quien es madre me habrá de entender, porque nadie mejor que uno para que sus hijos estén bien, por eso he denunciado a Daniel, el no puede retener a nuestra hija, porque sabe que soy una buena madre y que con nadie va a estar mejor la niña que conmigo, pero ahorita como esta muy enojado por andar denunciando lo que a sucedido se ha negado a entregármela, con todo y que ya fueron de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, un licenciado del DIF; pero esta amachado a seguir haciéndome daño.
Por su parte, Doña Maria Guadalupe Vargas, madre de Marian, comparte que no es posible que rebelarse contra la violencia se pague tan caro:
-Pero gracias a Dios, aquí en el DIF, el Licenciado Pedro Adame nos esta orientando y atendiendo en lo que legalmente corresponde; lo más duro para uno de madre es ver como una hija no solo es maltratada física y emocionalmente , sino también por la mismas leyes, pues de acuerdo a lo que nos han dicho, la recuperación de la bebe, no se puede dar de un día para otro, sino que todo esto debe seguir un tramite legal que puede llevar meses.
Pide lo que a su parecer es de justicia:
“Yo se que las leyes son duras y no hacen milagros, ojala que Daniel y su familia se tienten el corazón y nos regresen a la niña”.
En iguales circunstancias esta la Doctora Carmen Asomoza Bárcena, …quien declara no reconocer en Pedro Heredia Niño, al hombre que un día juro amarla y respetarla todos los días de su vida, el mismo con que compartió el hogar, los sueños, las esperanzas, las enfermedades de los pequeños, quien ahora se ha convertido en su peor enemigo, condenándola a la peor de las ausencias:
-Me ha quitado a mis hijos y con ello me ha quitado parte de mi vida, con todo su dinero, con todo su poder a torcido leyes y conciencias logrando quedarse con la patria potestad, lo ha hecho a la mala, fabricando situaciones que jamás se dieron, lanzando sobre mi persona todo el lodazal que solo una madre desesperada puede aguantar, fortalecida por la esperanza de recuperar a quienes han sido, son y serán el motor de mi vida Pedro Francisco, Cristina Sofía y Cecilia del Carmen, quienes están prácticamente secuestrados por mi ex marido y su nueva mujer, quien al ser estéril se apropio de mis hijos, valiéndose se todo tipo de argucias.
Asomoza Bárcena, esta dispuesta a perder hasta la vida si es necesario, para lograr que sus hijos regresen a su lado:
-No puede imponerse el dinero a la justicia, ya son tres años de este peregrinar, pasando de todo, pues Pedro a llegado a ponerlos en mi contra, manipulándolos mental y sicológicamente.
En su desesperación a decidido apostarle a la opinión pública su búsqueda de justicia, denunciando además de la conducta patológica de quien fuera su marido, también presuntas irregularidades cometidas por el juez 5° de lo Civil de Tampico, Rubén Galván:
“Fue en agosto del 2006, cuando el juez Rubén Galván decide quitarme la custodia de mis hijos, dándola mi ex marido, y lo hace impunemente sin haberme citado, sin haber escuchado lo que ya tenía que decir, sin un médico legista, sin pruebas de absolutamente de nada, de la forma más impune, y eso me ha traído un juicio que ha durado tres años, plagado de irregularidades”.
Originaria del puerto de Tampico, es una mujer que a sus 41 años de edad, de los cuales ha dedicado los últimos tres a rescatar a sus hijos:
-Ya son tres años los que me han impedido que yo vea y tenga contacto con mis tres menores hijos: Cecilia del Carmen, Cristina Sofía, y Pedro Francisco, todos de apellidos Heredia Asomoza, quienes ya tienen 17años, 14 años, y 8 años de edad respectivamente, de forma injustificada y ruin han sido arrebatados de mi lado.
Enfatiza que a pesar de su lucha permanente y cubrir todo los tramites legales no a logrado conocer la justicia:
-Se me continua privando de mi derecho natural de de convivir libremente con mis hijos, y sobre todo, se priva a mis hijos de su derecho natural de convivir con su madre, de ser cuidados y amados por ella, de recibir su afecto y atenciones, tanto mi ex marido como su actual esposa, intentan destruir el vinculo filiar madre-hijos.
Narra parte de la historia que le a costado la tranquilidad :Mi ex esposo y yo nos divorciamos de forma voluntaria en 2003, realizando un convenio de común acuerdo, en donde se estipularon las reglas de convivencia y manultencion para los hijos (expediente 1409/2003). mis tres menores hijos y yo hemos tenido siempre una vida feliz y armónica, con una estrecha relación, rodeados del afecto de nuestra familia.
Tras el divorcio, el convenio fue respetado hasta que un año mas tarde cuando su marido contrae matrimonio de nueva cuenta, pero sin poder ya tener hijos, retiene a los que tuvo con Carmen:
-Me encuentro desesperada, en un estado de indefensión total, ya que mis hijos y yo hemos sido durante mas de tres años victimas entre otras muchas cosas de injusticias, desigualdad, abuso de autoridad, influyentismo, y un deseo de destrucción de un hombre que no se ha detenido ni siquiera ante el daño irreversible que le ocasiona a su propia sangre con dicho proceder, en el que ha comprado voluntades, dicen que en Tamaulipas se protege a las mujeres y sus derechos y a eso recurro.