Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Ilegalidad sobre ruedas

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Es increíble transitar en la capital del estado de Tamaulipas y darnos cuenta que realmente somos pocos los que observamos la ley, pero lo que molesta, lo que choca es ver la pasividad de las autoridades correspondientes para hacer valer la ley.
Entendemos que cualquier sociedad tiene sus leyes, sus reglamentos que les permiten vivir en armonía. Aunque sean algunas bastante viejas, y que tengan más de 75 años de existencia sin que nadie les haya metido siquiera un punto o una coma para actualizarlas, tenemos leyes, y la materia de tránsito está regulada.
Recordamos que fue Alvaro Villanueva Perales, alcalde de Victoria, quien en su tiempo propuso, promovió e instituyó el nuevo reglamento de tránsito, sine embargo, algunos agentes que quisieran hacer su trabajo en forma real y honesta se quejan de que aquí nadie respeta la ley.
En ese sentido, el delegado de tránsito tendría muchas cosas que explicar a la ciudadanía, dado que es el responsable de que se cumpla con la ley.
Hace poco leímos una columna de un colega que hablaba de aquellos elementos que se apostan en alguna avenida de mucho tráfico y, como en las caricaturas de Disney, se ocultan con su “pistolita” para checar la velocidad de los automovilistas, y solamente les salen al paso para infraccionar… o arreglarse mediante la típica mordida, que las autoridades insisten en afirmar que no existe.
Ahora vemos, con profunda tristeza, que la ley de tránsito es letra muerta, que nadie hace caso y solamente se aplica a los que se dejan.
Mire usted, haga el experimento: pásese una luz roja y encare al agente y verá la manera en que se acobarda y no acata lo que dice la ley.
Vaya por la calle Hidalgo o la de Carrera Torres y fíjese la impresionante cantidad de automóviles que, o traen placas americanas (ilegal) o traen placas de bienios anteriores, lo que significa que no han cubierto sus obligaciones legales, (ilegal también) o de plano, que no traen placas, sean automóviles que circulan con el pretexto de ser nuevos, o los viejos y algunos acarcachados que de plano, no tienen justificación alguna para andar sin placas.
Cuando estos últimos participan en un accidente, no hay forma de identificarlos.
¿Y los tránsitos?
Bien, podemos decirle que estarán listos para cerrar una calle cuando se les pide, o para bloquear el cordón en su totalidad del Centro Cultural Tamaulipas. Hemos visto que no tienen la mínima capacidad para redirigir el tráfico cuando hay embotellamientos, como sucedió ayer a mediodía en la calle Juan B. Tijerina, a la altura de Matamoros o Guerrero, que el tráfico se desquició por alguna razón desconocida, y obviamente, los elegantes agentes con uniformes nuevos, motocicletas flamantes y patrullas de excelente calidad, brillan por su ausencia.
Como es costumbre, pero no se trate de poner orden, porque inmediatamente salen a defenderse y a tratar de justificar la ineficiencia que existe en esa corporación, donde la corrupción es algo de todos los días y donde una y otra vez nos quejamos de las extorsiones de que somos objeto a diario.
Cientos –o quizá miles- de vehículos transitan sin estar legalmente autorizados, o sea, sin placas, sin tarjeta de circulación, sin permisos, o con placas ilegales, sean viejas o americanas. Pero si usted se le ocurre quejarse, le dirán que faltan elementos. ¡Pero por qué decir eso si los que hay no trabajan!
Es una realidad, y todos podemos constatarlo. Ahora bien, si usted se enfrenta a ellos con el argumento de ser de gobierno, de prensa o de alguna otra forma de poder, no tendrá problemas y le dirán que “disculpe”, que siga su camino.
Es vergonzoso ver este tipo de actitudes, honestamente, y como parte de la sociedad nos apenamos de que vengan turistas y vean que vivimos en un sitio donde la ley de tránsito es letra muerta.
Acatamos las disposiciones aunque no estemos de acuerdo. En lo particular, nunca pensamos que los estacionómetros fueran una buena opción, sin embargo, cuando vamos por el centro, depositamos las monedas correspondientes y punto. No hacemos tanto alboroto y cumplimos la ley, o tratamos de hacerlo.
Pero ¿de qué sirve si hay abusos a diario? Estacionamientos para discapacitados en mil y un espacios, lo que diría que somos una ciudad donde la mayoría de los habitantes del centro son minusválidos. Se ha permitido que cualquiera pinte de azul su frente o su cochera y listo, es exclusividad para su vehículo.
No sabemos qué pasará por la cabeza de las autoridades de tránsito, pero seguros estamos que, quienes aman Victoria se darán cuenta de estas arbitrariedades y dirán a quien corresponda que hay que poner orden, hacer valer la ley.
O, ¿Es tan difícil decirle a la gente que cumpla? ¿Qué se necesita? ¿Pantalones? ¿Voluntad?
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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