La crisis no pega en el mercado de San Juan

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Se pueden hallar filetes de león o cocodrilo; “sólo falta que vendan de unicornio”, dicen los clientes

Periódico La Jornada
Jueves 26 de noviembre de 2009, p. 44

Filetes de león o de cocodrilo, cangrejos gigantes de Alaska… “sólo falta carne de unicornio”, dicen los clientes del excéntrico mercado de San Juan, en la capital mexicana, que sortea con relativo éxito la crisis económica gracias a la fidelidad de los exigentes paladares que atiende.

“La verdad es que a nosotros nos ha golpeado poco. Nuestros clientes no dejan de venir porque normalmente es gente de altos recursos, a la que tampoco le pegó mucho la crisis”, comenta Fernando Velázquez, con cuatro cámaras de seguridad en su establecimiento, El Gran Cazador, de 3 por 2 metros.

San Juan, con 50 años de antigüedad, no sólo es la debilidad de las clases pudientes “que saben comer”, dice Alejandro Espinoza, del local Los Coyotes.

“Nos visita también gente pobre que quiere hallar lo que comía en sus pueblos, como el tepexcuintle”, mezcla de perro con topo que vive sobre todo en el sureste de México, añade.

“También vienen personas que hacen brujería. Ellos están buscando a veces un tipo de sangre especial o el pelo de algún animal o incluso a éste vivo”, añade Andrés García, de 19 años.

En este local uno puede encontrar un kilogramo de filete de león a 650 pesos o pactar la compra del animal vivo, que puede costar unos 120 mil pesos.

Para el gusto de estos dos jóvenes empresarios, cuyos padres introdujeron las carnes exóticas en San Juan, el león es “mejor vivo”.

“La carne tiene un consistencia muy fibrosa y su sabor es muy ácido; sólo se puede asar y no es muy agradable. A mí lo que me encanta es el filete de cocodrilo”, dice Alejandro Espinoza, mientras muestra un pedazo del animal congelado que alcanza para media ración. Se vende a 100 pesos.

“Además de las carnes exóticas, lo interesante del mercado de San Juan es la gran variedad de productos de muchas partes del mundo. Hay frutas, verduras, semillas y quesos de todos tamaños; se puede encontrar casi cualquiera”, comentó el chef ejecutivo de Le Cordon Bleu México, Arnaud Guerpillon.

Guerpillon y el chef de cocina de taller del prestigioso restaurante Pujol coinciden, entre risas, con el famoso refrán del mercado de San Juan, donde además se consiguen exquisiteces prehispánicas como gusano de maguey y hueva de mosco.

“¡Es muy cierto, en el mercado de San Juan sólo falta que vendan carne de unicornio o de pegaso!”

La historia del mercado de San Juan nace en la época prehispánica, cuando se trataba sólo de un tianguis (mercado) indígena ubicado en lo que después fue la plaza que llevaba el mismo nombre.

Fue el único de los mercados de la época que no prohibieron los españoles, y –ahora enclavado en el corazón de la ciudad de México– se compone de más de 300 locales.

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