Este 29, segundo aniversario luctuoso de Juan Antonio Guajardo (Q.E.P.D.)

0

– Más reluciente quedo la estatua, ubicada en la Casa de la Cultura, al realizar trabajos personal enviado por la familia Guajardo, tras cumplirse el segundo aniversario luctuoso de quien fue varias veces alcalde de Río Bravo, diputado, senador y otros cargos

Rodolfo Sánchez Barrón/EnLíneaDIRECTA

Río Bravo, Tamaulipas.- Totalmente reluciente quedó la estatua de quien en vida fue Juan Antonio Guajardo Anzaldúa (q.e.p.d.) , después de que personas enviadas por la familia Guajardo, realizaron trabajos de limpieza y brillo durante este sábado 28 de noviembre del 2009.
De acuerdo a información proporcionada: Juan Antonio Guajardo Anzaldúa (30 de Noviembre de 1958 – Río Bravo, Tamaulipas, 29 de noviembre de 2007). Fue un político mexicano, que ocupó los cargos de Presiente Municipal y Diputado local por Río Bravo. Asi como también fue Diputado Federal y Senador por Tamaulipas. Durante su carrera representó a varios partidos políticos, jamás afiliandose a alguno de ellos.
Juan Antonio Guajardo fue Licenciado en Administración de Empresas egresado de el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey con mensión honorífica
Hasta el momento de redactar esta información, no se habia confirmado sobre algun homenaje al celebrarse el segundo aniversario luctuoso, tras el lamentable deceso de Juan AntonioGuajardo Anzaldúa.
PADRE EXTREMADAMENTE AMOROSO
José María Baez Quintero, destacado escritor riobravense, en el primer homenaje luctuoso hace un año destacó: Juan Antonio Guajardo, padre extremadamente amoroso, dejaba cualquier actividad por importante que fuera, para atender a sus niños: Juan Antonio, Sofía, Camila y José Mario. Sus expresiones hacia su esposa, fueron de amor, admiración y respeto, ponderaba constantemente innumerables cualidades que distinguen la personalidad de la señora Sofía. Hacia sus padres, su actitud fue la de un hijo amoroso, mostro siempre a ellos una profunda consideración y deferencia.
“CHICHARRON CARNITAS”
Lector implacable, dejo una impresionante biblioteca de interés general, pero particularmente en temas de normas y preceptos, poesía una inteligencia admirable, sus conocimientos le permitieron abarcar una espléndida y generosa institución, su escritorio solía encontrarse atestado de libros, abiertos y con marcas en sus hojas, observaciones papeles pegados con textos, etiquetas, señales, distintivos y contraseñas en un aparente desorden cuyo rompecabezas pertenecía al licenciado Juan Antonio.
Su debilidad gastronómica, los pasteles, las nieves de sabor, algún tipo de golosinas, pero particularmente el chocolate, era difícil se resistiera frente a una barra de buen chocolate.
Solia llevar a donde instalaba su oficina, su águila mexicana y su soldado, ambos de bronce y un cuadro con un carro de combate del Ejército Mexicano, objetos que apreciaba en demasía.
Su frase muy particular y personalísima “Chicharron Carnitas”, era como decir “ora pues”, adelante, ya esta, ya se hizo, esta bien o en su defecto lo contrario, “no lo digo yo, lo dice la constitución”.

(Visited 1 times, 1 visits today)