ANECDOTARIO/JAVIER ROSALES ORTIZ *NO HAY QUINTO MALO

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Su semblante jovial, risueño y despreocupado lo dibuja completito.

Llego así, he igual abandono las instalaciones del Congreso de Tamaulipas, lo que es un indicativo de que el control que ejerce sobre esta bella tierra norteña es total.

Vestido de traje oscuro y de corbata verde, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, conoce bien el impacto que produce su presencia en todo evento público que pisa y el de ayer fue uno de los más importantes de su gobierno porque marca el final de su administración y con ello se juega el recuerdo que va a heredar en la mente de los tamaulipecos.

Seguro de si mismo y sin errores de dicción, Eugenio leyó un mensaje que resume los avances que ha logrado su régimen durante un año de gobierno, el quinto para ser exactos, luego de que entrego el documento al presidente del órgano colegiado de Tamaulipas, el diputado priísta, Felipe Garza Narváez.

Fue durante más de 30 minutos el centro de atención en el fastuoso e imponente edificio del Congreso de Tamaulipas, donde las diferencias ideológicas, los enconos y la mala vibra se deslizaron a un segundo termino y quedaron sepultadas por abrazos fuertes, besos y sonrisas muy visibles.

Antes del evento la Senadora priísta, Amira Gómez Tueme, abrazo a la Delegada panista de la Sedesol Federal, Luz Irene Alzaga Madaria, lo que habla de que la mala cara y el gesto indiferente entre personajes de ambos partidos puede ser solo producto de una torcida imaginación.

Y es que ese mismo civilizado acercamiento caracterizo a los funcionarios de diferentes partidos políticos durante el evento de Eugenio, por lo que no existió mancha que entorpeciera un día que para el gobernador era más que importante.

En las gradas seleccionadas para los invitados, la camaradería era evidente y el personaje más solicitado para el saludo y el abrazo fue el ex gobernador, Tomás Yarrington Ruvalvaba, quién sonriente se incorporaba de su asiento y repartía buenos deseos para docenas de legisladores, funcionarios y ex funcionarios que hicieron malabares para estrechar su mano.

Uno de ellos fue el ex diputado federal, Enrique Cárdenas del Avellano, quién cuando deparo de su presencia se abalanzó desde una distancia de diez metros y no le importo pisar uno que otro cayo para lograr su objetivo.

El ambiente que reino casi se acerco al de una fiesta familiar, porque Amira, Carlos Flores Rico, Mercedes del Carmen Guillen Vicente, Rodolfo Torres Cantú y los demás legisladores tamaulipecos se mostraron efusivos para departir con todos aquellos que se cruzaron en su camino sin que importara la diferencia de colores.

Y entre los 43 alcaldes de Tamaulipas, fue Ramón Garza Barrios, el más asediado por la prensa, pero en ningún momento se presto a hablar de política y de futurismo, porque en sus declaraciones se remitió ha abordar lo relativo a su trabajo como alcalde de Nuevo Laredo.

También puso oídos sordos a preguntas sobre el ruido que intenta hacer el diputado local panista, Francisco Javier Cabeza de Vaca en los medios nacionales en los que acusa a los alcaldes casi de depredadores y en los que insinúa que Tamaulipas está en manos del hampa.

De hecho escasas fueron las declaraciones que valen que los reporteros le arrancaron a los invitados a ese evento, como fue el caso de Humberto Filizola Haces, representante de Tamaulipas en Nuevo León, quién se concreto a mencionar que allá en la sultana del norte se la pasa con ganas, porque la arrachera y el cabrito están deliciosos.

Abajo, en la tribuna legislativa, Eugenio con palabras cortas, muy precisas distribuyo cariño para cada uno de los funcionarios de su gabinete, porque resalto lo que se ha logrado en educación, en salud, en fomento turístico, en agricultura, en finanzas públicas, en política interior y en obra pública, entre otras.

Deferencia especial mereció su esposa, la señora Adriana González de Hernández, porque su apoyo para la causa ha sido fundamental durante su administración.

Fue el de ayer un evento bien organizado, pulcro y significativo y eso lo reconoció el representante del presidente, Felipe Calderón, Francisco Mayorga Castañeda, quien dijo que gobernar es un privilegio y Eugenio ha demostrado que la prosperidad es la ruta trazada.

Son ya cinco años del gobierno estatal.

Y “Geño” dio prueba de que no hay quinto malo.

Correo electrónico: anecdotario [email protected]

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