Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Cuidar las espaldas

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Aunque a algunos no les gusta la frase, este día inicia el último año de gobierno del ingeniero Eugenio Hernández Flores, es decir, el “cierre” del sexenio que ha dejado una serie de obras en la geografía tamaulipeca, mismas que ayer tuvimos oportunidad de escuchar en el evento que tuvo lugar precisamente en el “corazón de Tamaulipas”, la capital, bautizada por quien hoy es gobernador, cuando ocupaba la alcaldía victorense.
No se podría enumerar qué obras son las más importantes: recordemos que algunas obedecen a infraestructura rural, urbana, a puentes internacionales o carreteras, caminos y pavimentación de calles, o lo mismo, a la construcción de hospitales y escuelas. ¿Qué es más importante?
Dependiendo de las necesidades de cada rincón, habrá distintas opiniones sobre las más importantes, las mejores o las de mayor trascendencia. Lo que sí podemos afirmar es que muchos tamaulipecos tendrán una gran diferencia en su existencia cuando visualicen su vida antes y después del sexenio de Hernández Flores.
Entendemos también que en un estado donde se practica la democracia y las libertades hay opiniones a favor y en contra de todo lo que se hace, lo que se mueve… y lo que se deja de hacer. La administración de Geño no es la excepción, y ayer comentábamos que hay algunos detractores que no son capaces de ver positivamente nada. Recordamos a ciertos individuos que, si llueve, se mojan, si no, se deshidratan, pero nunca se riegan los campos o se puede continuar la obra, es decir, el pesimismo es una de sus características.
Cierto, como bien lo dijo el gobernador tamaulipeco, hay aún muchas cosas por hacer y probablemente no alcance un año para concluir con esos proyectos, pero estamos seguros de que Geño está metiendo el acelerador en todas las obras de la entidad, y una prueba la vimos ayer en el complejo donde se ubica el Centro de Convenciones de Victoria, ya que la torre de gobierno tiene gente trabajando las 24 horas de todos los días del año.
¿Qué tiene prisa por entregar obras? ¡Qué bueno! Ojalá así fueran todos los gobernantes de todos niveles de todos los rincones de México, porque entonces tendríamos otro presente y un mejor porvenir.
La realidad es que hay mucho que contar, hay algunas cosas que tendrán que redireccionarse seguramente, y para ello, el equipo de colaboradores cercanos del gobernador tendrá algunas reuniones donde puedan evaluar fuertemente lo que se ha hecho o dejado de hacer para replantear el rumbo del último año de gobierno.
También habrán de tomarse en cuenta las opiniones vertidas por diputados que harán la glosa del documento de acuerdo a sus comisiones, y es casi seguro que de cada una de esas reuniones salgan cosas positivas para todos, porque, finalmente, y aunque muchas veces no parezca, los diputados son representantes nuestros, de los ciudadanos que queremos hacer notar nuestra presencia con sugerencias, quejas o peticiones al gobierno que nos ocupa.
Lo cierto es que, tradicionalmente, y aunque duela reconocerlo, inicia en este tiempo una etapa de traiciones para muchos funcionarios que, durante un lustro dieron trabajo y sustento decoroso a muchos que, como cada seis años, buscarán “colgarse” de la figura de quien gobernará a partir de 2011 en uno de los estados más importantes de la República Mexicana por diversos rubros que tienen que ver con producción y productividad.
Los famosos “Judas” o como le quiera llamar, pero están ahí, prestos a emitir una serie de comentarios elogiosos todos –por supuesto- a favor de quien será el abanderado a la gubernatura.
Para lo anterior hay que prepararse, y seguramente el gobernador Eugenio y sus más cercanos colaboradores están ya vacunados, porque saben que dentro de toda esa gente existen algunos que no precisamente saben ser amigos, y tampoco leales.
La lealtad tendrá en esta navidad y meses subsecuentes su mejor y más fuerte prueba, y en Eugenio Hernández Flores a quien valorará este sentimiento y valor humano. Sabe el “gober” que algunos, como las ratas en el barco, se arrojarán a la “mar política” en pos de un “salvavidas” con otro nombre, y traicionarán y harán cosas indebidas.
Sabe Eugenio también quiénes son sus amigos, y seguro está que no le dejarán solo durante el año que falta y más, porque han sido sus amigos por décadas, y ellos han conformado un buen grupo de personas con afectos e intereses similares.
Pese a las traiciones características de los últimos años de gobierno, Eugenio y su familia pueden estar tranquilos, porque seguirán teniendo a su grupo de amigos, aquellos que, antes de ser gobernador acostumbraban llamarles, visitarles o compartir momentos familiares.
Esos, los de siempre, estarán con él… los del madruguete, los oportunistas y arribistas ya están buscando entre el diccionario de la política tamaulipeca el currículum que habrán de memorizar, agregando la frase: “lo sabía, desde que éramos chicos yo tuve fe en él”.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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