En la colaboración anterior dejé claro que hay pocos jefes de prensa con formación profesional, algunos con dificultades para que se establezca una relación directa con su jefe y otros con debilidades propias de cualquier ser humano.
En esta ocasión me refiero a un jefe de prensa “sui generis” que no tiene formación profesional, que tiene relativamente poca experiencia en los medios y sin embargo ha cumplido con los estándares internacionales de competencia que se requieren para este puesto.
El Lic. Concha Mateos Martín, Doctorado en Ciencias de la Información, en su trabajo “Descripción de la estructura funcional del gabinete de prensa político en los entornos informativos locales” afirma que el jefe de prensa está ahí para que:
Vehicule, promueva, gestione y facilite la presencia de la Cosa en la agenda de los medios informativos. Aplique a los mensajes informativos estrategias propias de los medios de comunicación, de forma que se superen mejor los filtros que los medios aplican a la hora de seleccionar la información que publican. Contribuya a la permanente adaptación y renovación de fórmulas que cualquier institución pública o privada debe procurar mantener frente a los cambios generados por la evolución de las formas sociales cono el paso del tiempo.
Sabiendo que para eso queremos un gabinete de prensa, resulta sencillo desprender o deducir las características que deben acompañar a la persona que lo gestione –hablamos de un supuesto en el que se contempla sólo a una persona para gestionar las relaciones informativas–. Y hablamos de ese supuesto porque así plantean las organizaciones inicialmente su demanda.
Una tarea clave del gabinete de prensa precisamente consiste en diseñar una dosificación de las exclusivas que mantenga atendidos a todos los medios, no sólo a los considerados más importantes por su audiencia o prestigio.
También conviene en este campo de las relaciones públicas contactar a veces con los periodistas para sugerirles temas en los momentos de sequía informativa, pero temas que no se vinculen con la organización para la que se trabaja. Es decir, funcionar a veces como un redactor del medio o agencia a la que se trata de “conquistar” y sugerirles asuntos que hemos visto o conocido y que nos parece que son interesantes para que ellos los tomen. Ese tipo de detalles de solidaridad entre periodistas puede funcionar muy bien para que el jefe de prensa de una organización política sea percibido como un profesional más de los medios que de la organización, porque tales detalles demuestran conexión con el punto de vista de los periodistas de medios.
Nos queda tan sólo añadir un aspecto decisivo a la configuración de funciones del gabinete de relaciones informativas: la comunicación interna.
El periodista que trabaja en una entidad no debe perder sus artes de oficio periodístico y por ello debe mantener una relación de permanente curiosidad y rastreo entre todos los estamentos, áreas, departamentos y secciones de la Cosa.
Se trata, en definitiva, de que el periodista se comporte con las personas de la organización para la que trabaja como si no les conociera de siempre y como si fuera un periodista que llega de un medio y tiene la oportunidad de hacer una entrevista con detenimiento a alguien. El periodista “dentro de la Cosa” debe seguir trabajando como si fuera de “fuera de la Cosa”.
Este es el caso de Enrique Salinas jefe de prensa del Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora, que ha sacado de aprietos a su jefe Juan Villafuerte líder de ese sindicato, usando tacto y manejo periodístico que ha adquirido durante su función, en su función previa con Ramón Sampayo y en el trato con otros periodistas.
De ese modo logró que el caso del hijo de Juan Villafuerte a quien se acusó y procesó por homicidio, se llevara en los medios de una manera tranquila.
La entrega a las autoridades del hijo, por parte del propio padre, Juan Villafuerte, lo elevó ante los ojos de la comunidad.
Se ha involucrado en las actividades del sindicato y en el departamento que lo requiera o no, pero necesite un vocero o alguien que controle la prensa, y es parte de un Comité para prevenir daños mayores durante los huracanes, donde es también vocero oficial.
Quizá su mayor problema es que todo eso es mal visto por el Comité Ejecutivo del SJOIIM que no saben cuan útil les puede ser.
Un sindicato, partido, institución, asociación, fundación… debe seguir creando el vínculo informativo entre sus miembros que pueda generar entre todos ellos y desde todos ellos hacia la sociedad un discurso homogéneo, organizado, coherente, unívoco y armónico.
Quizá lo que le falta, es lo que sugiere el autor citado: “…a todos los miembros del sindicato, partido, institución, asociación, fundación… hay que susurrarles informativamente una interpretación única y colectiva del contexto de actualidad, para que todos ellos sostengan de forma orquestada la visión y tesis centrales de la entidad (en este caso el Sindicato). La entidad debe sembrar sus planteamientos internamente para que de forma colectiva y permanente, a través de todas sus bocas, la entidad hable a la sociedad, más allá y más acá de los medios masivos, públicos y comerciales de comunicación.”
Menos lo dejarán editar y distribuir el órgano oficial de información interna y elaborarlo con estilo periodístico, competente, equiparable al de cualquier medio de información convencional.
Si bien ha hecho lo posible por relacionarse con las distintas áreas no en todas ha sido bien recibido, recientemente hicieron que se quitara el Departamento de Prensa, dejando sin trabajo a Secretarias y reportera gráfica en obvia oposición a las ideas sindicalistas, aún más que según nos han hecho saber, no fueron liquidadas conforme a la ley.
Una vez que hemos tocado la relación del jefe de prensa con el entramado interno de la organización, sabemos que dentro de una organización social se suelen mover más informaciones de las que llegan a oídos del jefe de prensa que está vinculado de forma casi exclusiva a la cabeza directiva, lo que requiere una absoluta confianza del jefe hacia el publirrelacionista y vocero.
Es una pena que la situación en el SJOIIM haya llegado al grado de que Juan Villafuerte dijera: “no estamos acabados”; al respecto hay una frase que dice: “disculpa no pedida, culpabilidad manifiesta”.
¿Por qué habríamos de creer que está en problemas una organización que ha fundado 3 o 4 fraccionamientos exitosamente, tiene ranchos, gimnasios, incluso un Hospital del que nos ocuparemos en otra ocasión, tuvo un periódico que con mucha visión fundó Don Agapito González Cavazos (QEPD) y se llamaba CETEME haciendo un juego de palabras entre las siglas de la Confederación de Trabajadores de México y las palabras “se teme”, y posee una cuantiosa fortuna resguardada en bancos y financieras?
¿Por qué estaría acabado uno de los más fuertes sindicatos de Tamaulipas?
Este lapsus que cometió Juan ante un reducido y selecto grupo de comunicadores (a la cual no fui convocado) y que se seleccionó porque no deberían hacerle preguntas difíciles acerca de su ausencia y de su supuesto secuestro y pago de rescate con el dinero de los obreros, versión que al parecer es falsa pero en la situación policíaco militar y de inseguridad que vive México, estamos dispuestos a creer cualquier cosa, en el caso, no sólo debió negar si le preguntaron sino que debió mostrar pruebas que el pueblo y sobre todo sus agremiados, merecen.
Como vemos la tarea de Enrique Salinas no es fácil, ha estado llena de obstáculos y de intrigas, pero ha demostrado que sin preparación académica, sin título profesional ni mucha experiencia, es un periodista nato que intuitivamente sabe cómo mover las piezas del ajedrez político-informativo en que se han convertido las relaciones entre los medios de comunicación y los líderes sindicales, políticos, etc.
¿Que tiene defectos? seguramente, pero creo que lo dicho en el párrafo anterior es un gran mérito que hace palidecer sus fallas.