Su propio cuerpo podría prevenir el cáncer

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Científicos canadienses descubrieron que una proteína ya presente en organismos vivientes, incluyendo los seres humanos, podría prevenir la división incontrolada de las células que causan algunos tipos de cáncer.

Un estudio de las universidades de Montreal y Sherbrooke, de Canadá, explica que las moléculas SOCS1 pueden prevenir la actividad excesiva de las citocinas, unas hormonas culpables de la inflamación crónica típica de enfermedades como el cáncer de pulmón o estómago.

“Hemos descubierto que la proteína SOCS1 recibe señales de situaciones de inflamación crónica y activa un programa celular que hace que las células, en vez de avanzar hacia una división no controlada que caracteriza un cáncer, entren en un estado durmiente (latente), que no les permite iniciar la división y de esa forma no pueden convertirse en células cancerosas”, le dijo a BBC Mundo Gerardo Ferbeyre, autor del estudio.
Enfermedades crónicas

La investigación, que fue publicada este viernes en la revista Molecular Cell, podría servir para diseñar una estrategia de prevención del cáncer para personas que sufren enfermedades crónicas, lo que podría ser especialmente útil para los afectados por el tabaco o el amianto, según los autores.

Los cánceres asociados con la inflamación son la mayoría de los que afectan hoy a los seres humanos, de acuerdo al informe. Por ejemplo, el de pulmón, que es el más frecuente, estaría causado por inflamación provocada por el tabaco y otros agentes irritantes.

O el de estómago, causado por ingerir comidas muy calientes. Además, los autores del estudio piensan que el cáncer de próstata podría tener también un componente de inflamación crónica.

Cómo crear la proteína

“La molécula SOCS1 se produce en todas partes del cuerpo humano, pero normalmente se encuentra en muy pequeñas cantidades (…) En las personas que padecen de cáncer, alrededor de un tercio de ellas se mueren porque estas defensas naturales no funcionan bien”, dijo Ferbeyre.

“En estos casos, la SOCS1 se pierde por varias razones, como que tengan lugar cambios en el ADN que hacen que la molécula no se produzca”, añadió.

Por ello, los siguientes pasos de estas investigaciones se centrarán en reactivar su producción. Los científicos confían en poder utilizar medicamentos con este fin, utilizando un proceso químico que afecta el gen responsable para el nacimiento de la SOCS1.

Sin embargo, será muy difícil que estas medicinas funcionen a corto plazo. “El proceso de traducir una investigación fundamental en un resultado clínico es un proceso muy largo”, advirtió Ferbeyre.

“Eso, en el mejor de los casos dura diez años”, dijo.

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