Quien tiene alguna relación con el arte y la cultura en Tamaulipas, sabe que hablar de Medardo Treviño no es precisamente hablar de algún hijo de Río Bravo, o de una persona que anda deambulando por la vida: cuando se habla de Medardo se habla de teatro, novela, dramaturgia, pero sobre todo, de calidad.
Y es precisamente esa calidad que estuvo ajena a nosotros durante algunos años –y no es reproche-, porque Medardo tuvo la suerte de haber sido nombrado colaborador del director de cultura Mier y Terán durante prácticamente dos sexenios. Antes, había trabajado con Guillermo Lavín Santos del Prado y había entregado muy buenas cuentas.
Dentro de su labor, ha sido director teatral durante muchos años, así como también triunfador de diversos concursos y representante de nuestro país en otros países, dentro de festivales culturales.
Luego, con su dinamismo se posesionó de importantes responsabilidades dentro del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, labor que le alejó durante años de los concursos y este tipo de cosas, en detrimento de quienes tenemos un gusto o pasión por el teatro.
Decíamos algunos: “¿Qué culpa tenemos los tamaulipecos y amantes del teatro que Medardo sea funcionario?” en relación a su alejamiento casi automático de los escenarios.
Y es que hubo algunos detractores del arte que tiene Treviño que buscaban cualquier pretexto para hundir su trayectoria, para hablar de un supuesto tráfico de influencias que nunca se comprobó, y de mil y una cosas que siempre acompañan a los triunfadores, provenientes de aquellos que son amantes de la diatriba, la traición y sobre todo, el fracaso.
Medardo Treviño ha ganado el Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido 2009, con la obra “Figuras de Lluvia”, misma que fue seleccionada entre 60 trabajos presentados por escritores de Puebla, Yucatán, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Morelos, Jalisco, Veracruz, Querétaro, Aguascalientes, Baja California Norte, Guanajuato, Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León, Estado de México y el Distrito Federal.
Para Treviño no es desconocido el triunfo: ha ganado importantes reconocimientos como son el Premio Nacional de teatro histórico por su obra Cantata a Carrera Torres, Premio Nacional de Teatro Griego, Mejor director del Concurso Nacional de teatro Griego por la obra Reso, Premio Nacional de la Asociación Nacional de Críticos de teatro por el Público de García Lorca como la mejor obra dirigida en el interior de la república en 2004, Mejor Actor en el Festival Mesoamericano de Teatro, premio Nacional de teatro de la AITA-IATA en tres ocasiones, Premio Estatal de teatro en varias emisiones del concurso Estatal de Teatro Maestro Rafael Solana.
También podemos decir que ha participado en festivales internacionales como el Cervantino y otros, en varias partes del mundo como Croacia, Cataluña, Grecia y Cuba.
Tiene 42 obras de teatro y 38 direcciones de obra también, y ha publicado seis libros y cuenta con una obra traducida al inglés y al croata.
Conocimos a Medardo como actor, de esos de lucha. Recordamos cuando el espacio cultural Tequio se convirtió en refugio de quienes buscábamos diversión y ambiente nocturno de corte bohemio, con algo de canto nuevo, y sobre todo, un sentimiento compartido por los bohemios de cada jornada.
En Tequio aprendimos muchas cosas del teatro, que nos permitieron aprender a apreciar las obras que veíamos en los festivales que desde tiempos de Américo Villarreal Guerra se presentan en la entidad con un gran éxito.
Luego, participamos tomando fotografías de algunas de sus magníficas obras, entre las que estaba “La Yerbabuena”, “La Coyota” y muchas más.
Logramos desarrollar técnicas interesantes dentro de la fotografía teatral gracias a la plasticidad y variedad de su trabajo.
Hoy, Medardo se levanta como lo que realmente es: un hombre de teatro y de cultura, de ideas valiosas y que muchas veces ha sido incomprendido, pero finalmente, la calidad de su trabajo nos muestra que siempre los que hacen bien las cosas merecen y consiguen el éxito.
Hemos seguido el trabajo de Medardo por más de 25 años, y la verdad, las experiencias han sido muy alentadoras. Nunca ha sido por dinero o trabajo sino por un inmenso placer por poder disfrutar de lo bueno que hace la gente de esta entidad tan trabajadora.
El maestro Treviño recibe justo reconocimiento, y eso, solo podemos reconocerlo con el fuerte y grande aplauso de aquellos que esperamos que den la tercera llamada para ubicarnos en el sitio que nos permitirá disfrutar, aplaudir, y reconocer, en este caso, el talento de un tamaulipeco que ha dejado los mejores años de su vida en un escenario.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!