Menuda sorpresa nos llevamos el fin de semana cuando al acudir a algún expendio de gasolina, observamos que el dinero invertido en el combustible para nuestro auto, cuesta desde el sábado 5 centavos más por cada litro, es decir, que por cada tanque lleno de un auto mediano, gastamos 30 pesos más.
Pero este nimio incremento en el pecio de las gasolinas pasaría desapercibido para la mayoría de la gente, si no fuera porque se trata del precursor más importante para el incremento en el precio de todo tipo de productos, desde los comestibles hasta los suntuarios.
Al aumentar la gasolina, los industriales y los empresarios, sin duda alguna ya piensan aumentar el precio de los productos que elaboran y que consumimos los mexicanos, al aprovechar ducho incremento como pretexto para recuperar lo que ellos llaman, gastos de operación de su empresas y negocios.
Dicho aumento, el que fue aplicado con la autorización de las secretarías de Hacienda y de Economía, no solo es inconstitucional y arbitrario, porque viola el Acuerdo Nacional a Favor de la Economía y el Empleo, signado por el presidente Felipe Calderón y los titulares de esas dependencias, sino que pone en serio riesgo la estabilidad social, al atentar contra la economía familiar de la manera más impune.
Ello, porque sabemos bien que al iniciar enero, la escalada de aumento a los impuestos de todo tipo, será otro detonante para un nuevo incremento en el precio de productos de consumo básico. Y como siempre ocurre, seremos los consumidores quienes paguemos los platos rotos que rompa el gobierno, cada vez que cometa errores.
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Una nueva encuesta elaborada ahora por la empresa Mitofsky, está circulando en la red de algunos portales tamaulipecos, por lo impactante de sus resultados, contraviene lo publicado por otras encuestadoras que desde algunos días han comenzado a verter sus opiniones, y a inquietar al votante, sobre todo a los indecisos, que son los más susceptibles de ser influenciados por opiniones secundarias, y los que desafortunadamente, los que siempre tendrían la decisión de inclinar la balanza al momento del conteo del sufragio, ya que si indecisión prevalece hasta el momento en que se encuentran en la urnas, y eso es en extremo peligroso, políticamente hablando.
Los resultados de Mitofsky dados a conocer ayer, indican que en estos momentos la preferencias electorales le dan al PRI un margen de triunfo del 50%; al PAN un 18%, mientras que el PRD prácticamente no le dan ninguna posibilidad, al simpatizar con este partido solo un 2% .
En cuanto al rechazo, el PRI es el más favorecido con silo un 11%, mientras que el PRD es el partido más repudiado por los electores tamaulipecos, al obtener un 43% de rechazo. El PAN tiene un 18%.
Pero la encuestadora aclara que se trata de preferencias hacia los partidos, no hacia los candidatos, debido a que aún no hay nombres designados, aunque el rechazo se basa en la debilidad de cada partido.
En lo que se refiere al conocimiento de los tamaulipecos en cuanto a las elecciones del 4 de julio, la encuesta señala que un 52% solo sabe que las elecciones serán para designar nuevo gobernador, un 40% contestó que serán para designar alcalde, y un 15% contestó que serán para renovar el congreso local.
Pero como quiera que sea, insisto, los resultados de cualquier encuesta solo reflejan el interés del propietario de la empresa, y los intereses de los partidos que pagan las encuestas, y esto se ve por los resultados tan encontrados que han surgido en los últimos días, que nos dejan a la imaginación lo que pudiera ocurrir si hoy no fueran las elecciones.
Hasta mañana