Óptica/Gastón Monge *Lo que nos faltaba

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– Posible aumento al transporte público

Diciembre se caracterizó como en muchos diciembres no había ocurrido, por el alza indiscriminada en el precio de casi todos los productos que consumimos los mexicanos, ya sean de primera necesidad como los alimentos, suntuarios como cigarros o cervezas, o los energéticos como la gasolina.

Todo ello fue motivado por el anuncio que el presidente Felipe Calderón hizo hace un mes, al entregar al Congreso de la Unión el paquete fiscal para el año 2010, que fue de inmediato convertido en el precursor de una inflación propiciada de manera inverosímil por el propio gobierno, y ya no por los empresarios y comerciantes, como solía ocurrir.

En este mes ya subieron su precio cigarros, cerveza, azúcar, harina, frijol, maíz, tortillas, pan, aceite comestible, y por si fuera poco, dos aumentos en una semana al precio de la gasolina, segundo precursor de una inflación que para el año entrante amenaza con convertirse en galopante, es decir, en el incremento incontrolable de los precios de todo tipo de productos y artículos, bajo la complacencia y disimulo del gobierno federal.

Y por si faltara algo, la CTM en algunas entidades, amenaza ya con elevar el precio del transporte público, bajo el argumento de que los ricos e influyentes concesionarios, ya no ganan tanto dinero como antes, y porque dicen ellos, que subió el precio de las refacciones de sus 200 o 300 camiones. Vaya desfachatez.

Pero esto si bien es de alto riesgo para la estabilidad social del país, y más para la economía familiar, una inflación generalizada con que podría iniciar el 2010, bajo las condiciones actuales de desempleo y terrorismo fiscal, provocaría un fenómeno que desde 1929 no se vivía, y que se conoce como deflación, es decir, la constricción del poder adquisitivo de la gente y un marcado proteccionismo de su dinero, que ocasionaría una peligrosa baja en el precio de todo tipo de productos, debido a una evidente baja en la demanda.

Si esto ocurriera, al bajar lo precios, en vez de comprar, la gente esperaría a que bajaran aún más, lo que llevaría a la ruina a cientos de empresarios, y esto es lo que más teme el gobierno federal, ya que tendría que hacer uso de sus reservas económicas para ponerlas en circulación, hacer que los bancos eleven las tasas de interés al ahorro, bajar los impuestos y alentar las inversiones vía estímulos fiscales. Triste panorama el que nos espera, ¿no?
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Salomón Rosas Ramírez, delegado en Tamaulipas del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, dijo algo que ya todos sabemos, y que por no decirlo a tiempo, piensa que descubrió el hilo negro de la política en la entidad. Apenas ayer dijo que en Tamaulipas el PRI es casi invencible, aunque si lo es.

Pero esto yo ya lo había dicho, al igual que muchos columnistas tamaulipecos, y no por pretender ser pitonisos ni tampoco adivinos, el que el PRI sea casi invencible en el estado, no se debe a su propia fortaleza, sino la debilidad de sus contrarios.

En otras palabras, el PRI en Tamaulipas se alimenta de las debilidades, fracciones, fracturas y divisiones que en estos momentos tienen tanto el PAN como el PRD en la entidad, y la fuerza del PRI es directamente proporcional a la debilidad de los otros partidos, lo que quiere decir que conforme más se debiliten PAN y PRD, más se fortalecerá el PRI, porque la anemia política de esos dos partidos, son proteína pura para el PRI.

Hasta mañana
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