Comenzar un nuevo período llamado año es, sin lugar a dudas, algo que todos esperábamos todavía la noche anterior, la llamada “noche vieja”, cuando se reúne la gente con los seres queridos –familiares, amigos o ambos- y disfruta, previo brindis, de los buenos deseos, bendiciones y platillos que generosamente llegan a la mesa para ser compartidos.
Al iniciar el año 2010, muchas cosas se presentarán en forma, como suele suceder, única e irrepetible: en el ámbito nacional, celebramos doscientos años de independencia y cien años de haber iniciado la Revolución, movimientos que han marcado el destino de nuestro país y que muchas veces son criticados por quienes consideramos que algo no funcionó como se gestó inicialmente, y que se ha tratado de levantar pese a las malas decisiones que nos han acompañado en algunos momentos a través de la historia.
México sigue en pie, estamos luchando y queremos mejorar las cosas; todos hacemos un esfuerzo en la parte que nos corresponde y deseamos ver a esta increíble nación crecer dentro de las adversidades que nos han llegado y que hemos superado entre todos –o casi todos-, pero que pensamos que la oportunidad está aquí, y que tenemos que tomarla, luchar por ella y avanzar.
Se inicia pues, en este primer día del año 2010, una nueva oportunidad para lograr las metas, por los medios que hayamos elegido. Algunos pensamos que la bendición de Dios nos llevará lejos; otros, sin embargo, que será únicamente el esfuerzo personal. Todo es válido, siempre y cuando actuemos de buena fe y creamos realmente que lo que pretendemos es honesto, útil y válido para nuestras convicciones.
Escuchar a “Mago de Oz” en su obra discográfica “Fisterra” nos lleva a pensar en aquel paraje mágico que, en el límite de la antigua civilización se yergue como la ventana al nuevo mundo, el nuestro, el que hemos construido los habitantes de la América del siglo veintiuno. Volver a estar ahí es uno de los anhelos, el sueño de muchos, y la ilusión de otros tantos.
Pero también, poder concluir los proyectos de superación personal nos llevan a soñar que 2010 será el año de la consolidación personal, en donde habrá una prioritaria acción y esfuerzo para recobrar la salud que se ha alejado momentáneamente en el año que ha concluido. Este será, sin duda alguna, un buen año para todos nosotros. Lo sabemos, lo sentimos y, sobre todo, lo deseamos y lucharemos por llegar a esos propósitos.
Atrás quedaron las enconadas luchas contra lo que nos aquejó durante 365 días queriendo acabar con lo que pretendimos y no lo lograron. Hoy, iniciamos este nuevo esfuerzo. Si hemos tropezado, nos levantamos con mayor impulso y queremos establecer las nuevas metas que hemos de cubrir, entre las que sobresale la búsqueda de la felicidad de cada uno de los que nos rodean, iniciando, por lógica, con la personal, que será el punto de partida para alcanzar la mano de los que están cerca y caminar juntos.
Este año 2010 inicia en Tamaulipas con muchos proyectos. En la política, sabemos que hay decisiones importantísimas que seguramente muchos estarán esperando con deseos personales, comunitarios y sociales. Todo es válido.
Hace unas horas pensamos en todas aquellas personas que influyeron para que llegásemos en las condiciones que lo hicimos a esta fecha. Muchas gracias para los que nos hicieron levantar, los que nos jalaron la mano para impulsarnos, y también, gracias para aquellos expertos en colocar escollos en el camino de los demás, porque sin esas actitudes no hubiéramos aprendido a sortear situaciones difíciles.
Es el momento también de pensar en que al iniciar el año, la oportunidad de crecer y avanzar está latente en todo momento, y también, de pensar en que todos hagamos un mayor esfuerzo.
Tenemos mucha fe en las autoridades de nuestra patria chica, en quienes dirigen el Tamaulipas que nos ha tocado vivir, y hacemos votos porque la luz del entendimiento y la sabiduría conduzcan a la entidad a buen puerto.
También, en quienes tienen la responsabilidad de entregar a la juventud mejores armas académicas para avanzar. En ese sentido, agradecemos a la vida el haber tenido la oportunidad de tratar con quienes nos involucran en esa tarea tan difícil pero tan satisfactoria.
Personalmente, pensamos en esas personas que nos han impulsado, y pedimos a ese ser que todos tenemos dentro de nuestros sentimientos de fe, para que les siga iluminando, que todos podamos aprovechar la oportunidad que la vida nos depara en este año que inicia, y entonces, poder llegar al final del mismo con la típica frase: “me ha ido bien, he cumplido, las metas están cubiertas”.
Todos merecemos ser felices, pero hay que levantar el vuelo en conjunto, buscar el éxito y las oportunidades, como la que hoy nos entrega la vida y quien nos la facilita, para lograr encausar toda nuestra fuerza, nuestro empeño y esperanza en hacer de la felicidad un motivo cotidiano dentro de la existencia de cada uno de los nuestros y quienes nos rodean.
Que el Gran Arquitecto del Universo nos permita construir un mejor futuro para todos nosotros. Sea pues.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!