ORBE/ Ma. Teresa Medina Marroquín *Responsabilidad ciudadana, voto de confianza

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“La bondad es el principio del tacto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir”

Henry F. Amiel

Empieza bien el 2010… pero para los gobiernos.

Sí, tanto en la administración estatal como en las municipales respiran tranquilos al ver que la responsabilidad de los ciudadanos se mantiene intacta, a pesar de tantas malas noticias económicas.

Las gráficas de los medios de comunicación locales resultan por demás elocuentes.

Filas y más filas demuestran que cientos de contribuyentes cumplidos ponen a trabajar a marchas forzadas a los empleados recaudadores, algunos por cierto de lo más indolentes.

Lo mismo vemos a humildes personas de la tercera edad esperando pacientemente en Presidencia Municipal para pagar el impuesto predial, que a empleados de familias acaudaladas desembolsando fuertes sumas de dinero para pagar los derechos vehiculares de lujosos automóviles.

Y sí, cual voto de confianza, los tamaulipecos se arman de paciencia para darle a las administraciones gubernamentales el dinero que necesitarán para que funcionen y realicen las prometidas obras, las cuales deberán entregar durante este último año de gobierno.

Bien, la historia se repite, el buen pueblo mexicano se apresta a cumplir con sus obligaciones fiscales mientras los funcionarios públicos empiezan a hacer proyecciones para echar mano pronto de esos recursos.

Pero… ¿valdrá la pena dar este voto de confianza ciudadana hacia los gobernantes en turno?

Y es que no hay que perder de vista que los mecanismos de transparencia gubernamental son simple y llanamente letra muerta.

Además, tampoco hay que olvidar que el actual 2010 es año electoral y las suspicacias sobre el destino de los recursos públicos estarán a la orden del día, como en otras ocasiones.

Suspicacias alimentadas, repetimos, porque los mecanismos de transparencia no funcionan; ¿o a caso no le resulta por demás extraño que ninguna solicitud de información importante haya sido dada a conocer públicamente?; ¿y sabe por qué?, simplemente porque no ha sido respondida favorablemente.

Vaya, no hay que ir muy lejos, los organismos civiles nacionales e internacionales, de esos que se encargan de medir la transparencia gubernamental, recurrentemente han reprobado los supuestos esfuerzos oficiales en ese sentido.

En fin, ojalá que nuestros gobernantes no fallen al voto de confianza que ahora reciben y tampoco tengamos que esperar a que dejen la administración pública para saber que algunos de ellos se corrompieron e hicieron efectivo aquello del “año de Hidalgo”.

Que rueden cabezas este 2010, eso sí sería creíble.

Que la Contraloría Gubernamental y la Auditoría Superior del Estado dejen de ser “elefantes blancos” sería una muy buena respuesta al voto de confianza ciudadana que ahora vemos en las oficinas recaudadoras.

Solo es cuestión de que cada quien haga su trabajo, sin ningún pretexto, sin intereses de ningún tipo más que el cumplir con la responsabilidad que se ha encomendado.

Cada quien cumpliendo desde su trinchera, respondiendo a las obligaciones que todos tenemos por el simple hecho de ser ciudadanos responsables.

Por eso insistimos, ojalá que nuestros gobernantes no fallen al voto de confianza que ahora reciben.

En fin, no nos resta más que desearles un excelente fin de semana, y si es en familia, qué mejor.

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