Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- La obesidad infantil que afecta a gran parte de la población en edad escolar, no solo es un problema que se gesta en las escuelas, ya que es un hecho que desde los hogares se incurre en una serie de hábitos nocivos que están afectando ya la salud de los niños, aseguro el Presidente del la Asociación Civil, “Vive con Diabetes”, Carlos Santamaría Ochoa.
Opina que por lo anterior es necesario que la lucha contra la obesidad y el sobrepeso se haga desde todos los frentes:
“Aquí es donde padres de familia, maestros y sociedad civil tenemos mucho por hacer, ya que si como padres nos quejamos de lo que venden las cooperativas escolares, si hacemos un reconocimiento a las prácticas que tenemos en casa, salimos reprobados, ya que la obesidad y el sobrepeso que sufren nuestros hijos no es gracias a la casualidad, sino porque por ejemplo, se ha tomado la ingesta de comida rápida como parte de la dieta familiar, basta dar un vistazo a las poncheras escolares para comprobar que en muchos casos el lonche son fritangas y jugos azucarados”.
Ante este panorama Santamaría Ochoa, menciona que ya se están viendo las consecuencias en la salud de los infantes, quienes ya padecen problemas de adultos con mayor frecuencia, como lo es la diabetes y si se va más allá, se llega a la depresión, a baja autoestima y problemas similares, porque las y los niños obesos cargan un estigma:
“Es muy cruel condenar a nuestros propios hijos a las burlas que ocasiona ser por ejemplo la o el gordito del salón, y lo hacemos por acción u omisión, ya que pretextos nos sobran para justificar que no se vean las luces de alarma cuando nuestros niños empiezan a subir de peso, que tomando como pretexto la carga de trabajo veamos como normal que lleven una vida sedentaria, cuando todo esto tiene remedio, pues hay antídotos cotidianos como es fomentarles el ejercicio, la ingesta de frutas y verduras entre otras cosas”.
Con lo anterior concluye, que con regular la venta de comida chatarra en las escuelas no basta, pues en ocasiones los padres la dan a los menores como el lonche que deben de consumir por la mañana.
